Peinadoaloafro
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Por lo menos Ud. tiene una jugada en mente, tiene excusa. Yo no necesito de un plan para tirar por la borda partidas que estás disfrutando por lo bueno del desarrollo.
Llevo unos días recuperando sensaciones, recordando conceptos, disfrutando de las mieles de la victoria; el amargo sabor de la derrota las más.
Es en la derrota donde anida la mayor de las decepciones. No por ella en sí ya que una jugada maestra, un astuto engaño o una veloz incursión no merecen más que el mayor de los reconocimientos.
Pero ocurre que cuando en el fragor de la batalla, con todo por decidir y con las espadas en alto, contra un adversario de tu categoría que engrandecerá la magnitud de la victoria, en ese momento repito, ocurre lo inimaginable.
De repente, y sin saber por qué, un regalo en clave de caballo estratégico, movimiento de la dama sin razón aparente, o regalito con lazo en una decisión desafortunada tira por la borda todo el trabajo desarrollado.
No van menos de 5 partidas regaladas por errores no forzados. Frustrante a más no poder.
O espabilo o espabilo.
Llevo unos días recuperando sensaciones, recordando conceptos, disfrutando de las mieles de la victoria; el amargo sabor de la derrota las más.
Es en la derrota donde anida la mayor de las decepciones. No por ella en sí ya que una jugada maestra, un astuto engaño o una veloz incursión no merecen más que el mayor de los reconocimientos.
Pero ocurre que cuando en el fragor de la batalla, con todo por decidir y con las espadas en alto, contra un adversario de tu categoría que engrandecerá la magnitud de la victoria, en ese momento repito, ocurre lo inimaginable.
De repente, y sin saber por qué, un regalo en clave de caballo estratégico, movimiento de la dama sin razón aparente, o regalito con lazo en una decisión desafortunada tira por la borda todo el trabajo desarrollado.
No van menos de 5 partidas regaladas por errores no forzados. Frustrante a más no poder.
O espabilo o espabilo.