Werther rebuznó:
La doctrina dentro de la religión es muy importante, si no existirían cientos de sectas católicas desperdigadas por el mundo, cada una con su credo, y muchas de ellas regidas por incompetentes abusadores.
La cohesión en cuanto al dogma evita que mentes demasiado imaginativas interpreten lo que quieran, haciendo que el común de los mortales, que la mayoría son unos ignorantes, caigan en el error. La Iglesia Católica no obliga a nada. Cada uno es libre de profesar su creencia o no.
¿Y qué doctrina es la verdadera?... En Religión, hablar de una cohesión doctrinal es una utopía. En Ciencia, la teoría de la gravedad es la misma aquí y en Pekín. Pero conceptos subjetivos e imaginarios como la Santísima Trinidad, la virginidad de María, la Resurrección de la Carne, etc. etc. son interpretados de mil manera entre un teólogo y otro. Por eso hay tantísimas ramificaciones y confesiones enfrentadas entre sí, doctrinalmente hablando, como los grupos protestantes y los católicos. Un ejemplo es el dogma de la Virginidad de María. O sea, la Inmaculada Concepción. ¡¡¡Una de las mayores contradicciones dogmáticas que la Iglesia ha inventado!!!...
Como sabéis, la Iglesia ha creido, durante siglos, que el esperma masculino era el único principio activo de la generación. Una creencia que se vio desbaratada en 1827 cuando se descubrió el óvulo femenino, quedando perfectamente demostrada la participación paritaria de la mujer en la procreación. Esto supone que hasta 1827 se podía decir que María había concebido a Jesús 'por obra y gracia del Espíritu Santo', pero desde esa fecha es imposible mantener ese dogma, salvo que se niegue la existencia del óvulo. Por consiguiente, la concepción 'por obra y gracia del Espíritu Santo' no pudo ser en exclusiva, sino una concepción digamos que al 50%, puesto que tuvo que participar el óvulo de María.
Esta es una consecuencia de la feroz misoginia de la Iglesia Católica, que ha aprovechado cualquier ocasión para difamar y menospreciar a la mujer, desde su fundador, Pablo, hasta hoy día. Por eso defendía que el hombre, y sólo el hombre, era el productor del principio activo de la procreación; y la mujer no era otra cosa que una especie de incubadora viviente y pasiva. La ciencia, una vez más, ha eliminado definitivamente tanta ignorancia y tanta torpeza interesada, poniendo a la mujer a la altura que le corresponde y de la que jamás debió descender.
Siguiendo la tradición mitológica -antes que María ya existían otras diosas vírgenes en el mundo pagano-, María tenía que ser virgen -¡faltaría más!- y, para que no existan dudas al respecto, la Iglesia va y lo declara dogma de fe. Todo ello a pesar de que en todos los evangelios -rara unanimidad- y en varias ocasiones se menciona a los hermanos y hermanas de Jesús. Esta evidente contradicción -otra más- se ha pretendido solventar diciendo que eran "hijos de otra María, discípula de Jesús", una explicación tan burda y sin sentido que no sólo contradice a los evangelios sino a otros escritos apostólicos y eclesiásticos, donde se cita repetidamente a los 'hermanos del Señor', y muy especialmente a Santiago, que llegó a comandar la primitiva comunidad cristiana.
Pero vamos a ver: ¿es que tiene alguna importancia que Jesús tuviera hermanos y hermanas y que su madre les hubiera concebido como las demás mujeres?, ¿es que la madre de cada uno de nosotros deja de ser lo mejor que existe por el mero hecho evidente de que no puede ser virgen?, ¿qué es lo más importante para la Iglesia, la doctrina de Jesús o el haber nacido de una virgen? No consigo entender cómo semejante asunto ha dado lugar a no pocas guerras, torturas, desolación, odios y muertes.
El caso es que, entre unos y otros, han conseguido que el ideal femenino de madre, y en este caso de Madre de Dios, se haya transformado en una especie de producto de laboratorio totalmente aséptico sexualmente. Así aseguran que fue concebida sin pecado original -el único ser humano que lo consigue-; la fecunda el Espíritu Santo, sin necesidad de aportar el óvulo; continúa siendo virgen 'antes del parto, en el parto y después del parto'; no se le conoce ni se le admite la más mínima manifestación de sexualidad; y hasta la muerte la respetó, pues según nos dicen, no murió, sufrió simplemente una 'dormición' y subió al Cielo 'en cuerpo y alma'. Ya me contarán si es posible conseguir una pureza carnal mayor.
Esto es una señal más de que la Iglesia ha considerado siempre el sexo como algo sucio y degradante. Y resulta muy curioso constatar que la Iglesia, cuanto más ha ensalzado a María, más ha denigrado a la mujer. Ellos sabrán por qué... Lástima que muchas mujeres católicas no se den cuenta de todo ello y sigan ignorando que la Iglesia Católica, a lo largo de los siglos, las han tenido como culpables de los pecados del mundo y como un ser inferior al varón...
Yo pienso que la exaltada figura de María ha servido como escudo para suavizar, de cara a la galería, ese rasgo misógino de la Iglesia. Y muchos creyentes han caido en la trampa. Pero no hay más que echar mano de la historia, no solo pasada sino también presente, para saber lo que se cuece en las altas esferas del clero en esta y otras cuestiones. No despreciemos la verdad histórica por una supuesta verdad religiosa... Y lo poquito que nos han contado no son más que invenciones aceptadas por consenso en dos o tres concilios teológicos (¿o debería decir mitológicos?)...
Saludos
Ummita