Tiboroski
Nuestro hombre en París
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Sin duda era una sabia decisión la que tomaban en la India (ahora con estos modernismos se está abandonando) de que la viuda desconsolada se arrojase a la ardiente pira funeria de su esposo. A Esther Doña la sujetaron y no pudo lanzarse a la pira y partir con el marqués de Griñón. Por tanto, ahora esta viuda alegre está en trámites de arruinarle la vida y el bolsillo al juez Pedraz.
Así son las putas finas.
Si una penca de ese calibre quiere dar un pelotazo no lo hace con un Juez de Instrucción por muy de la Audiencia Nacional que sea, lo hace con alguien que tenga pasta de verdad. Que el Juez en ejercicio que más gana de España no llega a los 160k y este, si acaso, la mitad. Para una golfa premium eso son peanuts.
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