Una auténtica tortillera, de las que huelen a sudor y a ducados, de las que gastan Seikos automáticos y bragas gris oscuro con camal, nunca hubiera dejado que le metiera el nardo.
Su novia no es una bollera, es una niña algo descentrada y algo chupiprogre, que no sabe por dónde tirar para darse importancia, es un coño no receptivo que hace malabarismos para justificar su vida miserable. Una niñata que a veces se pone muy triste sin saber por qué, pero le gusta que los demás, y sobre todo usted, se den cuenta. Una subnormal con la cabeza llena de pájaros que no lubrica ni orgasmea cuando se la requiere y es menester.
Llaman ustedes novia a cualquier cosa, y eso es algo que está muy feo. Lo suyo, hamijo, es un error de concepto, y de aquellos polvos vinieron estos lodos. No sé si me explico.