Victor I
Freak
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¿Esto va aquí? Amor, humor, literatura y muerte.
No abrir. Peligro. Ladrillo
p.d. Benito no me falles. Yo sé que en el fondo no te caigo tan mal.
No abrir. Peligro. Ladrillo
En el verano de 2007 publiqué mi primer poemario, “El aullido esdrújulo” Llevaba tiempo cocinándolo y tras habérselo enseñado a Arturo, aka Ilovezorras y a Pispis, su inequívoco aliento me confirmo que era el momento de sacarlo al ruedo a darle capotazos los críticos y ser coronado con los correspondientes laureles. Entre los diferentes poemas, hoy convertidos ya en himnos generacionales, destacaba uno titulado “Arrebato cotidiano”, donde pasaba revista a los tópicos sobre las relaciones de pareja, aportando un visión crítica y existencialista del amor interpretada como la culminación del vacío causando por la desnaturalización del hombre y su búsqueda de un sucedáneo arquetípico de su “yo” báquico.
Uno de los versos que lo componían fue especialmente celebrado. “No me gusta que me mientas, aunque me gustan tus mentiras” Aquella frase se convirtió instantáneamente en el eje de todo un movimiento cultural que durante aquel verano y buena parte del otoño del 2007 monopolizó las pulsiones de la intelectualidad europea. Se imprimieron camisetas con el mesiánico verso, se utilizó como logo para una colección de gafas de pasta que anunciaba Willy Toledo masturbándose con un muñeco de Hello Kitty y se realizaron numerosas performances que inevitablemente concluían con los participantes fornicando mientras vociferaban el famoso lema.
“Es una polla, un inmensa polla flameante a la que debemos ofrecer nuestro ano” escribió sobre mi poema Arcadi Font en la revista de referencia “Palímdromo”. Jeremy Betham, crítico reputadísimo del “Inclito`s Magazine” lo alabó diciendo que ese verso era un “asesino de masas. Toda la poesía anterior ha quedado aniquilada. Es el primer poema de la historia, lo antes eran sólo rebuznos, quejidos de cursis melindrosos” Para Jose María Godín, quien dedicó la portada de “El Heraldo Cúbico” a mi libro “Redivictor ha roto con el espacio figurativo de la literatura tradicional para adentrarse en una poesía de tres dimensiones, física, visceral, orgásmica. Las palabras eyaculan sobre el lector y este reciben el líquido genésico como una revelación” Incluso Su Majestad el Rey Juan Carlos I se apropió a modo de homenaje de varios fragmentos de mi poema para componer el que fue considerado por muchos el mejor discurso de Nochebuena de todo su reinado. Aquello, como era de esperar, me llenó de orgullo y satisfacción.
En realidad mi libro hablaba de algo muy sencillo adornado con ciertos arabescos barrocos, un poco de esencia oriental y la pose transcendental de un artista hipersensible y atormentado. Ellas mienten porque Todas Putas. Nosotros mentimos por derecho natural y supervivencia. El origen del engaño no importa, lo importante es que esta mentira aglutina a los seres humanos en torno a ideales, a personas inexistentes y a fantasías que nos sirven de parapeto para una realidad que últimamente tiene muy preocupando a Nueces y que ocupa los últimos segundos de mi lucidez antes de atronar el silencio de la noche con mis ronquidos: nos vamos a morir. Yo me voy a morir. El cuerpo que respira a mi lado también va a morir. El cuerpecito de la habitación de al lado, yo no lo veré, por Dios, no lo veré, también. Todo es irremediable y estúpido y desvirtúa casi todos los asuntos en los que se ocupan los seres vivos. ¿Para que amar a seres mortales y engendrar a seres mortales?
Uno de los versos que lo componían fue especialmente celebrado. “No me gusta que me mientas, aunque me gustan tus mentiras” Aquella frase se convirtió instantáneamente en el eje de todo un movimiento cultural que durante aquel verano y buena parte del otoño del 2007 monopolizó las pulsiones de la intelectualidad europea. Se imprimieron camisetas con el mesiánico verso, se utilizó como logo para una colección de gafas de pasta que anunciaba Willy Toledo masturbándose con un muñeco de Hello Kitty y se realizaron numerosas performances que inevitablemente concluían con los participantes fornicando mientras vociferaban el famoso lema.
“Es una polla, un inmensa polla flameante a la que debemos ofrecer nuestro ano” escribió sobre mi poema Arcadi Font en la revista de referencia “Palímdromo”. Jeremy Betham, crítico reputadísimo del “Inclito`s Magazine” lo alabó diciendo que ese verso era un “asesino de masas. Toda la poesía anterior ha quedado aniquilada. Es el primer poema de la historia, lo antes eran sólo rebuznos, quejidos de cursis melindrosos” Para Jose María Godín, quien dedicó la portada de “El Heraldo Cúbico” a mi libro “Redivictor ha roto con el espacio figurativo de la literatura tradicional para adentrarse en una poesía de tres dimensiones, física, visceral, orgásmica. Las palabras eyaculan sobre el lector y este reciben el líquido genésico como una revelación” Incluso Su Majestad el Rey Juan Carlos I se apropió a modo de homenaje de varios fragmentos de mi poema para componer el que fue considerado por muchos el mejor discurso de Nochebuena de todo su reinado. Aquello, como era de esperar, me llenó de orgullo y satisfacción.
En realidad mi libro hablaba de algo muy sencillo adornado con ciertos arabescos barrocos, un poco de esencia oriental y la pose transcendental de un artista hipersensible y atormentado. Ellas mienten porque Todas Putas. Nosotros mentimos por derecho natural y supervivencia. El origen del engaño no importa, lo importante es que esta mentira aglutina a los seres humanos en torno a ideales, a personas inexistentes y a fantasías que nos sirven de parapeto para una realidad que últimamente tiene muy preocupando a Nueces y que ocupa los últimos segundos de mi lucidez antes de atronar el silencio de la noche con mis ronquidos: nos vamos a morir. Yo me voy a morir. El cuerpo que respira a mi lado también va a morir. El cuerpecito de la habitación de al lado, yo no lo veré, por Dios, no lo veré, también. Todo es irremediable y estúpido y desvirtúa casi todos los asuntos en los que se ocupan los seres vivos. ¿Para que amar a seres mortales y engendrar a seres mortales?
p.d. Benito no me falles. Yo sé que en el fondo no te caigo tan mal.