Y de estar el tiempo suficiente, cuando vieses a una muerta de hambre con ínfulas de artistucha de mierda vestida como una muñeca Nancy con un corte de pelo que sólo es aceptable si tienes seis años o eres mongola de nacimiento hablar de grupos que no los conoce ni su puta madre porque entre otras cosas son basura, hablar de películas de la Nouvelle Vague, hablar de sus likes en Instagram o simplemente hablar, pensarías en que esta subnormal de dónde ha salido, y te la imaginarías llorando en mitad de la era porque se le ha metido tierra en sus zapatos de mongola y te darías cuenta de que individuas así no valen pal campo, pa la casa ni pa la cocina, de que no valen para trabajar ni para nada digno, mucho menos como pareja y que en general no valen para nada y las descartarías inmediatamente no sin antes preguntarte si debes hacerlo arreándole un soplamocos a la vez. Te empezarías a dar cuenta de qué es lo que de verdad importa en una tía, que no es la Nouvelle Vague, los likes en el Instagram, los grupos de mierda, las poses de mierda, las ropitas de mierda, los cortes de pelo de subnormal ni todo ese rollo de mierda. Y a lo mejor conoces a una moza limpia, sin basura en la cabeza, trabajadora y honesta que te hace unas lentejas que no se las salta un gitano, te las tiene en la mesa puestas al llegar de trabajar y luego te pide que le des calor en la cama por la noche y a lo mejor también en una de esas noches en las que estás tumbado oyendo a los grillos (que esta vez están en el campo y no dentro de la cabeza de quien tienes a tu lado) en vez de los sonidos estridentes que esa hija de la gran puta perpetra, habiendo llegado de arar del campo, con la conciencia tranquila por haber trabajado, con el fruto de tu trabajo en tu estómago, bien follao y bien comido, te das cuenta de que lo que tienes a tu lado es mucho mejor de lo que jamás ninguna IMBÉCIL de estas te puede aportar jamás y de que tu vida tiene más sentido en todo.
Clásico
Freak
Muerto por dentro+
