En Estados Unidos se llama "el sueño americano". La historia de un hombre corriente que desde la más subterranea marginalidad alcanza la gloria más luminosa. Creo que en Inglaterra se refieren a lo mismo con algo parecido al "orgullo de la clase obrera". En España somos más cañís y arrabaleros y simplemente les llamamos "los héroes del barrio"
Raul representa el triunfo de la clase media, el chico de familia humilde que le hizo un regate al puesto que le esperaba en un taller de coches o al volante de una furgoneta de reparto y en lugar de criar niños asilvestrados y feroces junto a una mujer gorda y avejentada, se ganó un lugar en la Historia y un yate para disfrutar de las irisadas aguas de Menorca.
Lo más prodigioso de todo esto, la parte fabulosa y cinematográfica de esta historia, es que se lo ganó por puro instinto, por arte y gitaneo, por derecho escrotal, pues es un jugador en el que todos reconocemos un físico vulgar, una técnica mediocre y un talento siempre cuestionado. Raul podía haber sido cualquiera de nosotros, pero acabó siendo él, porque tuvo o simplemente le arrancó a la vida ese "algo especial" que convierte a un hombre normal en un hombre y en nombre para la historia. Solo un aristocráta elistista y snob puede ponerle peros a una trayectoria categorica, irrebatible, sideral; sólo un resentido alambicado y torticero puede hacer una exégesis tan bastarda y espurea. El presente es cuestionable pero el pasado es inamovible.