El Hilo de los temores nocturnos de foreros que se jiñan

Aún asi, lo se los sueños, a saber el puto subconsciente lo que quiere decir, pero vamos que uno ya se la suda.Si el cerebro tiene libertad creativa y lo utiliza de esa manera, pues el verá.

Me jode mas cuando sueño la canción perfecta y al despertarme la he olvidado.
 
Se me olvidaba, otra pesadilla horrible ha sido que todavía tenía que aprobar el bachillerato y que al despertar tenía exámen de mates. Esa me da tanta ansiedad que cuando la he tenido, al despertar he tenido que estar pensando un rato para asegurarme de que no era verdad.
 
Cenobita rebuznó:
Se me olvidaba, otra pesadilla horrible ha sido que todavía tenía que aprobar el bachillerato y que al despertar tenía exámen de mates. Esa me da tanta ansiedad que cuando la he tenido, al despertar he tenido que estar pensando un rato para asegurarme de que no era verdad.
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Es obvio que la enseñanza pública es dañina cuando tanta gente tiene pesadillas con que de repente se da cuenta de que le falta una y tiene que volver. Yo llegué a tener una en la que tenía que volver a la EGB por que se había perdido mi cartilla de escolaridad. Con niños de 8 años que yo ni entraba en la silla esa.
 
El sábado cené en familia y mis hermanas prepararon carrilleras en salsa. Creo que no lo había catado nunca. Se me quedó grabado el manjar. Y soñé que iba con un amigo de la infancia que me encontré por la calle a una carnicería y cuando llegó mi turno pedí carrilleras, y me dijo el carnicero que estaban a 50, le dije que vale, ya me hacía una idea que eran caras. Pero voy a pagar y no llevaba nada encima, le digo a mi amigo que si puede pagar él que luego se lo daba. Y solo tenía 50 céntimos. Menuda vergu, el carnicero con ellas envueltas en papel estraza y sosteniendo la bolsa por encima del mostrador y yo allí sin saber qué hacer.
Al final nada, eran demasiado caras para mí. Ni en sueños me las puedo permitir. Pero que listo es el subconsciente.
 
Verruga rebuznó:
El sábado cené en familia y mis hermanas prepararon carrilleras en salsa. Creo que no lo había catado nunca. Se me quedó grabado el manjar. Y soñé que iba con un amigo de la infancia que me encontré por la calle a una carnicería y cuando llegó mi turno pedí carrilleras, y me dijo el carnicero que estaban a 50, le dije que vale, ya me hacía una idea que eran caras. Pero voy a pagar y no llevaba nada encima, le digo a mi amigo que si puede pagar él que luego se lo daba. Y solo tenía 50 céntimos. Menuda vergu, el carnicero con ellas envueltas en papel estraza y sosteniendo la bolsa por encima del mostrador y yo allí sin saber qué hacer.
Al final nada, eran demasiado caras para mí. Ni en sueños me las puedo permitir. Pero que listo es el subconsciente.
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Es increíble, tienes razón.

A mí me pasó anoche con una cosa que daba por perdida. De repente veo una solución que había despreciado y me despierto incluso motivada.

De adolescente me pasaba una cosa muy curiosa: si una noche soñaba con un compañero de clase en el que no me había fijado ni por casualidad, al día siguiente pasaba a atraerme mucho. Hasta que soñaba con otro, claro.

El otro día soñé con Cenobita y ahora cuando lo veo postear me siento confusa...
 
Hoy cuando llegábamos a casa de tomar unos refrigerios la cría mediana ha visto una culebra de tamaño mediano reptando hacia la puerta. La mujer me ha dicho que demuestre mi hombría y haga algo y he cogido un trozo de rodapié que tenía en el garaje y con la arista ingletada le he cortado el cuello. Ha costado porque ahora hacen los rodapiés de pura mierda, pero después de amenazarme con su ridícula boca el bicho ha empezado a desvanecerse. Le he dado tremenda golpisa y la he tirado en la puta calle para que se la encuentren mañana las viejas que van a pasear por la mañana e intentan husmear en mi hacienda.

Eso me recuerda que tengo sueños y temores nocturnos con serpientes. Es algo recurrente.

Quizá sea porque una vez que estaba de viaje por un país de mierda íbamos en una furgoneta Nissan Vanette. Su motor central tenía todo tipo de escapes y estábamos a punto de asfixiarnos. Le dije al moreno chófer que parase en un pueblo.

Salimos de la furgoneta y paramos a tomar unas mirindas en un negocio local. La gente miraba fascinada nuestros dorados cabellos y nuestra tez europea. Entre el gas, la mirinda caducada y el olor a carne en putrefacción y las moscas, me entró un apretón de esos que hacen historia.

Le dije a la gerente del colmado que si podía usar el TOILET. Me señaló una caseta de madera en la parte trasera, que al parecer era el cagadero comunal de las chabolas colindantes. Un agujero en el suelo sin cisterna ni hostias, a ver si os váis a creer que estábamos en el Ritz.

Me dirigí hacia ahí dejando por el camino la mirinda y otras cosas que no recuerdo.

Cuando agaché mi peludo culo y solté una escopetada de mierda, una culebra pequeña saltó del orificio. A pesar de su agresividad, no consiguió morderme ni las pelotas ni el perineo ni nada. Seguramente estaba cegada por el impacto de mis heces, que en aquel momento eran una mezcla de cacaolat con tropezones y aroma picante.

Desde ese día tengo mucho miedo y cago en la postura esa de la foto del downie que pone los pies en el aro y separa su ano de la loza (gran foto, ponedla, por favor).

Y por la noche sueño con serpientes y caca.
 
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Con 10 años soñé que mi padre me despertaba de noche porque mi madre se había puesto de parto, íbamos con el R9 a toda hostia ondeando un pañuelo hasta que llegábamos a la clínica Montpellier de Zaragoza.

Curiosamente esa misma noche comenzó mi peor pesadilla, mi padre me despertó de madrugada y ...
 
El temor es un pensamiento, una vez deja uno de pensar desaparece el miedo. Terrores nocturnos y derivados forman parte de un estado de ignorancia. En el momento que alguien se desapega de todo desaparecen el miedo y la frustración. Será entonces cuando llegará ese estado en el que si se ven seres terribles no se sentirá ningún temor y lo contrario, es decir, si son visiones gloriosas tampoco se sentirá ningún deseo de acercarse a ellas.

Los ejemplos que se han citado antes como pegar y no tener fuerza o correr y no coger velocidad son diversas expresiones de frustración. En estados meditativos avanzados y cuando se ha adquirido ecuanimidad esas sensaciones desaparecerán.
 
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