Estaba en el restaurante "no vivo en el foro".
Bueno pues, allévoy!
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De esto hace la bocha, pero fue más o menos así.
Estuve dos meses y medio, o asín, ayudando a un excuñado de camarero, en barras de fiesta de pueblos.
Jornadas de empezar a las seis de la tarde y acabar a las seis de la mañana, y así un día detrás de otro.
Me iba pagando un par de veces a la semana porque era todo muy informal, y me sacaba mis buenos dineros, hasta que empezó a alargar el período de los pagos cada vez más. Además me daba de menos, porque me contaba que tenía que pagar las subastas de las barras con los beneficios y además pagar a los proveedores. Y claro, siendo el novio de su hermana, viviendo juntos y todo, yo confiaba.
La cosa es que al final acabó debiéndome poco más de mil pavos.
Yo le insistía educadamente, que no quería quedar mal con la familia de ella.
Le dije que no iba a ninguna barra más hasta que me pagase, así que me iba soltando dinero, pero siempre menos que el que había generado en esos días tras la barra, por lo que perdía más dinero que el que ganaba.
Al final me planté y le mandé a la mierda.
El quid es que ni había contrato ni nada, sólo su palabra. La confianza da asco.
Le dije a mi ex que quería mis más de mil y pico pavos, que yo ya pasaba de hablar con su hermano. Y el cabrón directamente dejó de llamarme para ir a las barras, y menos para pagarme.
Me sentí como un puto pardillo, así que le envié un SMS con la cuantía, el número de mi cuenta bancaria y un "tú verás".
Siguió haciéndose el remolón.
Pues fui por la vía rápida.
Él tenía un bar, así que monté unas octavillas de Power Point con una falsa fiesta en su local dedicada a Camarón, Los Chichos y compañía, con 2x1 en copas, y las repartí en una barriada de gitanos, yo vestido como el retrato robot del Unabomber, con gorra, sudadera con capucha y gafas de sol.
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Imaginaos cuando llegó la noche y se le llenó el bar con más de medio centenar de gitanos exigiendo copas 2x1 y que le pusieran a los Chunguitos.
Le volví a enviar el SMS con la cuantía y el número de cuenta, cuando calculé que era el momento de mayor esplendor gitanil, y al cabo de una hora me contestó con un simple "cabrón". Al día siguiente me preguntó mi ex y yo me hice el sueco.
Antes de acabar la semana ya tenía el dinero en mi cuenta.