Cocina El método Montigñé: Dictamos tu comida, somos tu vida.

Ilustradme con vuestra sapiencia:

Llevo unos 20 días alimentándome con este método y siguiéndolo a rajatabla... pero no he perdido ni un solo kilo. Me siento con mucha más energía, necesito menos horas de sueño... pero nada. No me sobra peso, pero necesito perder 2 kilos.

En cambio, amigos gordacos sí que pierden como un equipo de 2ªB.

Causas? Soluciones?
 
Yogur de piña rebuznó:
Ilustradme con vuestra sapiencia:

Llevo unos 20 días alimentándome con este método y siguiéndolo a rajatabla... pero no he perdido ni un solo kilo. Me siento con mucha más energía, necesito menos horas de sueño... pero nada. No me sobra peso, pero necesito perder 2 kilos.

En cambio, amigos gordacos sí que pierden como un equipo de 2ªB.

Causas? Soluciones?

Llámame loco, pero puede que sea por eso...
 
iskariote rebuznó:
Gracias por aportar algo de luz al tema, supongo que si le dijesen estas cosas a la gente que está dudando si ciclarse o no, si se lo dijesen de manera transparente y no en plan "dronja mala, fuera bicho", se lo pensarían bastante más. Y sus novias ni te cuento :lol:.

Afortunadamente yo ni me lo planteo, pero es que tengo mucha curiosidad por saber qué empuja a la gente a hacer algo así a pesar de las consecuencias y en este mundillo nadie suelta prenda, se mantiene más en secreto el consumo de esteroides que la pederastia.

Lo del secretismo debe ser en el gimnasio, donde nadie quiere ser señalado, en el anonimato del que te dota internet se suelta cualquier secreto. Creo que hay foros en los que se detallan pormenorizadamente los pros y contras de todos y cada uno de los tipos de ciclos.

iskariote rebuznó:
El hilo, junto a muchos más llenos de trolleo sin par, está en un flamante subforo que nos han puesto en el "pregunten los retards".

Una buena rutina de fuerza se basa, principalmente, en ejercicios básicos o multiarticulares, desechando por completo los de aislamiento. Además se caracteriza, y esto sí va a misa, por el rango de repeticiones, que oscila entre 1 y 6, según el nivel del practicante.

¿Qué habéis hecho para que os destierren a las sentinas de esta sacrosanta casa? En cuanto a las rutinas, yo hacía justamente lo contrario, ejercicios por grupos y muchas repeticiones. Como no tenía mucho peso disponible, al final intentaba aumentar la cadencia de las repeticiones para mejorar la fuerza, pero creo que no es suficiente. Me pasaré a echarle un ojo, y comentaré cómo me va.

Morzhilla rebuznó:
Bah, total para lo que uso el penis... estoy dispuesto a correr el riesgo de perder mi potencia sexual y asi me ahorro las 3 horas diarias de paja a cambio de ser el nieto bastardo de cutler.

amos hombre richarl, tira ya de recetas.

La verdad es que si quieres ciclarte, lo mejor que puedes hacer es localizar una farmacia en la que el titular no esté nunca y sólo tenga mancebas, no te pondrán muchas pegas, trust me.

Becerro de oro rebuznó:
Pero vamos a ver Rishard, que a mi me dan igual las bases científicas y tal.

Eso lo tenía claro desde el minuto uno.

Becerro de oro rebuznó:
Yo hago el método porque me permite mantener un peso estable comiendo como un pork y sintiéndome vigoroso.

Me alegro por ti, de verdad.

Becerro de oro rebuznó:
Antes comía cosas aceptadas socialmente como pan blanco con margarina, macarrones con chorizo y bizcochos y estaba hecho un gorrino comiéndo mucho menos de lo que como ahora, con ardores de estómago y sintiéndome debil todo el día. Creo que todos los metodistas del foro me darán la razón.

Pero es que estás poniendo ejemplos de tipos de platos que están reñidos con la pérdida de peso promovida por cualquier método. Si no es molestia, ¿podrías decirme qué tipo de platos has excluido de tu dieta y por cuales los has sustituido?

Becerro de oro rebuznó:
Por tanto y por mucho estudio mareador de perdiz que esgrimais, el método funciona porque a nosotros nos funciona.

El hecho de que hayáis bajado de peso siguiendo ese método no significa que haya sido por lo que sostiene como cierto el hamijo Monti.

Clive Sinclair rebuznó:
Es cierto que la explicación que hace Montignac de que es un concepto erróneo el de la clasificación de glúcidos de absorción lenta y rápida, es más bien pobre. Pero es que ese tampoco es el fondo del asunto.

Pues yo sí lo considero relevante, como poco.

Clive Sinclair rebuznó:
Montignac señala como bases importantes que hacen que un hidrato de carbono tenga un determinado IG a:
- la proporción de amilasa/amilopectina del almidón (a mayor cantidad de amilopectina mayor IG y viceversa) que hace que la transformación efectiva del almidón en glucosa varíe mucho de un alimento a otro.
- la cantidad de residuo. Esto parece más que aceptado por todo el mundo: a mayor cantidad de fibra (alimento más integral) menor rendimiento de la digestión en glucosa. Los alimentos refinados aumentan ese rendimiento y consiguen un mejor aprovechamiento del potencial energético del hidrato.

Vamos por partes, me imagino que se te querrás decir amilosa/amilopectina, ya que la amilasa es la enzima encargada de metabolizar el almidón. Estoy de acuerdo en los dos puntos, para ese viaje no hacían falta alforjas, pero eso no implica que se pueda dar barra libre de productos integrales, por ejemplo, y que no importen las calorías.

Clive Sinclair rebuznó:
En cuanto a lo que comentas de la posibilidad de que un alimento tomado con grasas puede bajar su IG, puede ser cierto, pero ¿cuánto? ¿suficiente como para que esos ácidos grasos no sean almacenados posteriormente en los michelines? Yo no me arriesgaría. Prefiero bajar el IG de un alimento de otras formas, que las hay.

El ejemplo que he puesto no ha sido inocente, pretendía haceros ver que el IG no es tan relevante como preconiza Monti, y qué mejor forma que hacerlo con una combinación considerada anatema para él. ¿Podrías ilustrarme en otras formas de bajar el IG?

Clive Sinclair rebuznó:
Lo de la pasta con proteína. No es así. Es no a la pasta con carne porque normalmente la carne tiene una proporción significativa de grasas saturadas. Si fuese una carne especialmente limpia (tipo pechuga de pavo) u otra fuente de proteína como el tofu, no hay tal problema.

Vale, eso me gusta más, porque si no se convertiría en otra mierda de dietas disociadas, ¿no? Pero es lo mismo que cualquier dieta hipocalórica racional, disminuye la cantidad de grasas, especialmente de origen animal por ser saturadas, para hacer ingestas menos calóricas. ¿Cómo coméis las grasas animales, si las coméis? ¿En qué cantidad?

Clive Sinclair rebuznó:
Y lo más importante es lo que apunta Becerro sobre los resultados. Intentar torpedear el método cuando los resultados están ahí, la gente se siente sana y energética, los análisis de sangre son óptimos y no supone ningún estrés o restricción inasumible el llevar sus preceptos, ¿dónde está el problema? Quizá lo que más obsesiona a la gente que sigue este método es encontrar sustitutos o sucedeaneos aptos para seguir zampando lo que siempre les ha gustado. Estoy seguro de que si saliese una Nocilla apta sería record de ventas. Pero no se trata de eso, se trata de educación alimenticia.

Las clásicas dietas hipocalóricas han demostrado ser perniciosas, psicológicamente duras y con unas recaídas elevadísimas con efecto rebote.

Obviamente no estoy intentando torpedear nada, y me alegro de vuestros buenos resultados. El SNS ya tiene demasiadas cargas, si habéis quitado unas cuantas más, mejor para todos. Lo que pretendo señalaros son determinadas inconsistencias del método, disociaciones que lo único que hacen es obligar a hacer ingestas menos calóricas, algo que no reconoce Monti, y a veces sin mucho sentido. Te hago la misma pregunta que al Ternerín Slim, ¿podrías decirme qué tipo de platos has excluido de tu dieta y por cuales los has sustituido?
 
Exclusiones y sustituciones:

-dulces: se excluyen los hechos con azúcar y harina sustituyéndose por otros hipergrasientos que tienen como base el huevo, la nata o la harina de almendras.

-Pasta y arroz: se toman con verduras y proteina de pescado. Los platos de pasta con grasas animales (queso, panceta, etc) pasan a elaborarse con vermicelli de soja verde.

-Patatas: solo se toma cocida, en pequeñas cantidades y entre verduras y legumbres.

-Fritos: se cambia el rebozado por harina de garbanzos, de almendras o salvado de trigo.

-Bebidas: se banéan los zumos y refrescos industriales y se sustituyen por vino, sidra o cerveza si es en cantidades modestas.

Punto.
 
A toneti se le va a poner dura con lo que voy a poner.

Ayer me devolvio un amigo unas botas de futbol que le deje. Como le cantan los pies al cabron lo que no hay en los escritos, he ido esta mañana a comprar un bote de fungusol por que no me quedaba. Como ahora miro la etiqueta de todo lo que compro, al repasar lo que llevaba el bote me he encontrado que en su composocion llevaba almidon de maiz.

Yo flipo, es que no hay nada que no se fabrique con azucar, fecula de patata o algun deribado del maiz. Coño, hasta polvos para los hongos tiene que llevar algo de esto.
 
Llevo comiendo polvos para hongos toda mi vida y aqui estoy, fibrado, energético y vigoroso.

Deja de soltar falacias.
 
RichardYates rebuznó:
Pues yo sí lo considero relevante, como poco.
Como concepto teórico quizá, como parte del método en absoluto.

RichardYates rebuznó:
Vamos por partes, me imagino que se te querrás decir amilosa/amilopectina, ya que la amilasa es la enzima encargada de metabolizar el almidón. Estoy de acuerdo en los dos puntos, para ese viaje no hacían falta alforjas, pero eso no implica que se pueda dar barra libre de productos integrales, por ejemplo, y que no importen las calorías.

No te harán falta alforjas a ti, pero la realidad es que las recomendaciones médicas habituales nunca hablan de estos aspectos y mucho menos se atreverían a decir que el recuento calórico no importa, porque esa es precisamente la noticia que están esperando los gordos de la vida. Yo interpreto el método y digo que el recuento de calorías no es básico porque hay muchos factores que hacen que las calorías medidas en un laboratorio no se transformen en las mismas calorías en el organismo, pero que tampoco hay que cebarse de forma obligatoria. Lo que no es necesario es pasar hambre.



RichardYates rebuznó:
El ejemplo que he puesto no ha sido inocente, pretendía haceros ver que el IG no es tan relevante como preconiza Monti, y qué mejor forma que hacerlo con una combinación considerada anatema para él. ¿Podrías ilustrarme en otras formas de bajar el IG?
En este mismo hilo se han puesto ejemplos y nada caseros. Contrastados por estudios universitarios serios. La congelación del pan y su posterior descongelación, el tostado del mismo, son métodos que hacen bajar notablemente su IG. El consumo de pasta al dente, o hacerlo en frío. Sinceramente prefiero esos métodos a bajar el IG del pan comiéndolo con tocino


RichardYates rebuznó:
Vale, eso me gusta más, porque si no se convertiría en otra mierda de dietas disociadas, ¿no? Pero es lo mismo que cualquier dieta hipocalórica racional, disminuye la cantidad de grasas, especialmente de origen animal por ser saturadas, para hacer ingestas menos calóricas. ¿Cómo coméis las grasas animales, si las coméis? ¿En qué cantidad?
Para nada hipocalórica. Yo me como unas ensaladas bien regadas de aceite de oliva, nueces, aguacate, fruta y proteína en forma de pollo, pescado, legumbres. Todo ello con un buen vaso de vino. Y me quedo saciado. Te invitaría a comer para retarte a zamparte una de mis "ensaladas". Yo como pocas grasas animales. Nunca he sido aficionado y no me voy a aficionar al chorizo ahora. Pero Becerro y otros sí son de los adoradores del cerdo e igualmente les va bien.

A mi me gusta decir que es una dieta con un bajo aprovechamiento del potencial calórico. Ingieres x calorías pero se transforman en energía un porcentaje sensiblemente menor. La ventaja es que comiendo así puedes comer más, te sacias, cagas dabuti y no sufres los picos y valles glucémicos propios de las dietas basadas en hidratos refinados.



RichardYates rebuznó:
Obviamente no estoy intentando torpedear nada, y me alegro de vuestros buenos resultados. El SNS ya tiene demasiadas cargas, si habéis quitado unas cuantas más, mejor para todos. Lo que pretendo señalaros son determinadas inconsistencias del método, disociaciones que lo único que hacen es obligar a hacer ingestas menos calóricas, algo que no reconoce Monti, y a veces sin mucho sentido. Te hago la misma pregunta que al Ternerín Slim, ¿podrías decirme qué tipo de platos has excluido de tu dieta y por cuales los has sustituido?
Insisto, para nada hipocalórica. Y no olvides que para muchos de nosotros no es la pérdida de peso el leivmotif de esto, es que hemos combatido la falta de energía, la apatía y la malagana propias de esa montaña rusa de la glucosa por el consumo de hidratos refinados. Porque no nos engañemos, la comida de hoy cada día se basa más en hidratos refinados.
En cuanto a qué excluído y qué he añadido:
Pues obviamente me he quitado con facilidad (importante) los dulces, fritos, pan, bocatas y demás sin problemas de ansiedad. Ahora he redescubierto las legumbres, como pastas integrales y algunas cosas más. Pero en ningún caso estoy comiendo menos. Mi problema en realidad tampoco era de peso: 1.80 y entre 83 y 85 kg pero con una base de entrenamiento. Ahora estoy entre 77 y 79 y acabo de llegar de hacer 12 km, press de banca y caerá paja seguro.
 
RichardYates rebuznó:
Lo del secretismo debe ser en el gimnasio, donde nadie quiere ser señalado, en el anonimato del que te dota internet se suelta cualquier secreto. Creo que hay foros en los que se detallan pormenorizadamente los pros y contras de todos y cada uno de los tipos de ciclos.

Me ha picado la curiosidad al leerte, pero pensándolo un poco más en frío, puestos a leer un foro donde la gente cuente que no se le levanta, prefiero Putalocura, donde al menos se trata el tema con el mínimo respeto posible.


RichardYates rebuznó:
¿Qué habéis hecho para que os destierren a las sentinas de esta sacrosanta casa?

mamadas a mi vecino, muchas mamadas a mi vecino.
 
Becerro de oro rebuznó:
Por tanto y por mucho estudio mareador de perdiz que esgrimais, el método funciona porque a nosotros nos funciona.

Es que funcionar puede funcionar cualquier método en el que se acabe sacando más de lo que entra. Conozco a uno que ahora está a base de Cocacola Zero todo el día, desayunando todos los días bollería y comiendo en el restaurante Paco de la esquina (lo que no sé es qué toma de cena). Habrá perdido más de 15 kilos, y tan feliz él. ¿Pero quiere decir eso que la Cocacola y la bollería del Mercadona son buenas?

Clive Sinclair rebuznó:
Las clásicas dietas hipocalóricas han demostrado ser perniciosas

¿Cuáles son los efectos perjudiciales de esas dietas hipocalóricas?
 
Yo no se que puta manía le teneis... Una dieta que te quita harinas y azucar y todo el mundo poniendole pegas :121

Si usted tiene alguna vez sobrepeso y quiere adelgazar, haga una dieta hipocalórica y todos tan contentos, nadie se lo va a impedir.
 
Yogur de piña rebuznó:
Son los dos kilos de la vergüenza, aunque no me sobren realmente, cómo voy a quedarme a 2 kilos de mi objetivo cual maricona? :face:

Pero es que tienes lorza o que? Ves mal tu cuerpo? Ves a la piscina o levanta hierros, otra cosa no se me ocurre...
 
rendder rebuznó:
Yo no se que puta manía le teneis... Una dieta que te quita harinas y azucar y todo el mundo poniendole pegas :121

El día que se abra el quinto hilo sobre alguna dieta hipocalórica poniéndola como si fuese la polla en rama también le cogeremos manía, te lo prometo.
 
rendder rebuznó:
Pero es que tienes lorza o que? Ves mal tu cuerpo? Ves a la piscina o levanta hierros, otra cosa no se me ocurre...

De lorza no, lo que pasa es que con esos 2 kilos menos se me afinaría la cara y quedaría fetén. :oops:

De todas formas, aunque no adelgace más seguiré con esta forma de alimentarme, porque física y anímicamente hace que me sienta mejor que nunca.
 
pastanaga rebuznó:
¿Cuáles son los efectos perjudiciales de esas dietas hipocalóricas?

Si de todo el ladrillo que me he cascado sólo eres capaz de intentar hacer sangre de una frase suelta es que has fallado en tu gloriosa misión de troll.

Dieta hipocalórica=hambre=lo dejo=efecto rebote=me pongo como la madre de Pastanaga
 
Clive Sinclair rebuznó:
Si de todo el ladrillo que me he cascado sólo eres capaz de intentar hacer sangre de una frase suelta es que has fallado en tu gloriosa misión de troll.

No, no es una frase suelta de entre las de un largo mensaje, es una frase que has repetido alguna vez en las últimas semanas.

Clive Sinclair rebuznó:
Dieta hipocalórica=hambre=lo dejo=efecto rebote=me pongo como la madre de Pastanaga

Ah, bueno. Es que yo pensaba que te referías a efectos perniciosos para la salud intrínsecos a la alimentación. Pero si todos los contras se reducen a la alta tasa de rebotes, entonces se entiende mejor, aunque en realidad hipocalórica no implica necesariamente hambre. Otra cosa es que se sea capaz de saciar el hambre con los alimentos adecuados, pero eso también puede suceder con Montigñé o con cualquier otra.
 
El otro día releyendo las frutas recomendables para la Fase I vi que no salía la piña, pero en la lista de IG no aparece.

¿Qué pasa con la piña?
 
pastanaga rebuznó:
Otra cosa es que se sea capaz de saciar el hambre con los alimentos adecuados, pero eso también puede suceder con Montigñé o con cualquier otra.

Y cuales son esos alimentos?? :face:

Hace como díez años yo empecé una dieta hipocalórica (ya podías ser hombre o mujer, medir 1,90 o 1,50, era una dieta de 1200 calorías), dieta puesta por un dostoooor, con su carrera de 6 años, la cual era:

Lunes:

Comida:

30 gramos de caracolas (me deshuevo con las recetas e ingredientes que ponen en las dietas) con tomate frito.

Después de que mi santa madre me pusiera ese ridículo plato y comérmelo en unos 10 segundos, no hubo mas remedio que echarme otro plato (o 2) para poder aplacar el hambre que yo tenía...

Yo ya voy por 88,4, 13 kilazos desde enero :121
 
rendder rebuznó:
Y cuales son esos alimentos?? :face:

Por poner sólo uno, no debería volver al foro si de entre las docenas de opciones no dijese la que tienes delante de los morros.

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Joder, Libhertac Mingital tiene a un articulísta que hace la paleodieta henemijo a ultranza de la alimentación cerealística :121:121:121:121:121:121:

Leed sus reflexiones. El capital quiere que comamos maiz y temamos a las grasas:

El liberalismo es la doctrina política basada en la defensa de la libertad de todo ser humano (la propiedad privada es la delimitación de la inviolable esfera personal de libertad), y que promueve un orden social de relaciones libres, pacíficas y voluntarias. Desde el comienzo, los liberales advirtieron el que sería, cuanto menos, potencialmente su mayor enemigo: el Gobierno o Estado, quien con sus impuestos, expropiaciones, regulaciones y prohibiciones detentaría el poder y capacidad de cercenar la libertad. Así, el revolucionario americano George Washington afirmaba: "Gobierno no significa razón. No significa elocuencia. Gobierno significa fuerza y, como el fuego, es un sirviente peligroso y un amo temible". Los paleos –defensores de la dieta paleolítica– llevamos décadas sufriendo directamente el monopolio de la verdad y credibilidad del Gobierno y sus agencias. Al menos desde que éste en 1977 bendijo políticamente la dieta alta en carbohidratos y baja en grasas con la promulgación de los Dietary Goals del Gobierno de EEUU, si bien muchas agencias públicas comenzaron su cruzada antigrasas ya en la década anterior.

No debe extrañarnos que importantes nombres de la nutrición paleo sean abiertamente liberales. Son por ejemplo los casos del Dr. Michael Eades, autor del best-seller Protein Power de 1996 y considerado iniciador del movimiento paleo actual, que es admirador del pensamiento liberal de los economistas Hayek o Mises; el Dr. Kurt Harris, creador del término "archevorismo" (etimológicamente significa "comer lo esencial o fundamental") para definir la nutrición paleo, quien se considera muy influido por el pensamiento zen y por el libertarismo individualista de Murray Rothbard; el nutricionista Don Matesz, lector del importante y liberal Mises Institute y autor del blog Primal Wisdom, en clave paleolítica; Karen de Coster, quien se considera una liberal que escribe contra el complejo militar-industrial-político-farmacéutico, como ella le llama, y la tiranía nutricional ensu blog, donde promueve una nutrición y fitness paleo, así como en la famosa página libertaria LewRockwell.com; o Richard Nikoley, autor del paleo-blog Free the Animal, seguidor del político libertario Ron Paul que revolucionó las primarias presidenciales de 2008.

El desastre de la dieta proinflamatoria promocionada por el Gobierno se inició con dos políticos: el demócrata George McGovern, responsable de aquellos Dietary Goals de 1977 a que me refería antes, y el republicano Earl Butz, el secretario de Agricultura de Nixon que subvencionó masivamente el maíz o la soja para inundar Occidente de aceites vegetales altos en Omega 6. Tal como predicen los liberales, la intervención gubernamental, por muy bienintencionada que sea –mejorar la salud pública en este caso–, ha acabado teniendo consecuencias nada deseadas, por no decir catastróficas.

Si pasamos del campo político al científico, el campeón de los carbohidratos y enemigo por antonomasia de la grasa fue Ancel Keys. En 1953, urgía al servicio público de salud de EEUU a encargarse de prevenir toda enfermedad, y al Gobierno a que tomara una postura proactiva para subvencionarle. El Estado, como Keys, odia el colesterol. Pero los paralelismos pueden llegar a ser sorprendentes. Si estudiamos historia de la ciencia económica y social sabremos que en los años 20 y 30 del pasado siglo la llamada Escuela Austríaca de Economía, caracterizada por la ortodoxia liberal, llegó a dominar el mundo académico, pero tras la II Guerra Mundial acabó casi relegada al olvido cuando Keynes propuso atractivas recetas intervencionistas a los políticos: que los Gobiernos gastaran más, esto es, que aumentaran su poder. Aquella corriente liberal se llamaba Austríaca porque sus fundadores, Carl Menger y Bohm-Bawerk, eran efectivamente austríacos. Y aquí viene un paralelismo sorprendente. Si estudiamos historia de la ciencia del metabolismo, sabremos que antes de la II Guerra Mundial, los europeos éramos los más avanzados en este campo. Concretamente, el austríaco Julius Bauer, de la Universidad de Viena, llegó a considerarse la mayor autoridad mundial en metabolismo. En esencia, Bauer creía absurdo pensar que las calorías ingeridas o gastadas podían explicar la obesidad (la ciencia de las dietas restringidas en carbohidratos, como las paleo, se basa en parte en las teorías de Bauer). Pero, tras la II Guerra Mundial, todo el estudio del metabolismo de los europeos fue ignorado en favor del pensamiento calórico encabezado por el norteamericano Louis Newburgh. Y dado que la grasa tiene más calorías por gramo que carbohidratos o proteína, el grasofóbico Ancel Keys empezó a ser escuchado, comenzando por la clase política. Es decir, tanto el liberalismo como la ciencia metabólica que respaldaría la restricción de carbohidratos fueron dominantes académicamente en los 20 y 30, gracias a científicos austrogermanos, y la II Guerra Mundial les relegó al olvido por culpa de pensadores anglosajones.

El Gobierno prefiere además la industria de los cereales a la cárnica porque la primera la puede controlar mejor. Mientras la cerealística se resume en menor número de grandes productores, la segunda está más fragmentada. Además, tradicionalmente en el campo es relativamente fácil tener animales para comer, desde alguna vaca, cerdos o gallinas, y en muchos sitios cazar, pero no cualquiera tiene un campo de cereales que cultivar. Es decir, favoreciendo una alimentación digamos agrícola sobre una ganadera el Gobierno tiene más fácil el control sobre la población. De ahí que se calcule que en EEUU, comparados ambos sectores, el agrícola recibe más del 95% de subsidios y el ganadero menos del 5%. En la rural Nueva Inglaterra del siglo XIX, hasta los más pobres solían poseer un pequeño terreno con una vaca para tener leche y quesos. Sin embargo, al Estado no le gusta la independencia individual, prefiere la dependencia gubernamental.

Probablemente el movimiento nutricional más alejado –y opuesto– del paleo es el vegetariano. El vegetarianismo prescinde de todo lo animal, invoca lo bajo en grasas y demoniza el colesterol. Al Gobierno le encanta el vegetarianismo. Y si alguna vez nos hemos preguntado por qué el vegetarianismo suele mostrarse cercano con las ideas pro-Estado, colectivistas e intervencionistas, quizás ahora lo entendamos.

El vegetarianismo, siempre tan preponderante, ha visto seriamente amenazados sus postulados en los últimos años en internet. Y es que la red, campo fructífero de libertad individual, ha visto crecer a gran ritmo el seguimiento de la nutrición paleo. Y por eso mismo, quizás, según la mayoría de expertos en internet el liberalismo es en la red una corriente social y política con renovada fuerza en nuestros días. Tampoco parece casualidad que los mayores críticos de la farma-industria en la mayor potencia farmacéutica, Estados Unidos, suelan tener una orientación liberal, como la fundación Life Extension, con la que estoy orgulloso de trabajar. Y es que los paleo somos ferozmente críticos con la industria farmacéutica. El New York Times publicó en 2010 un reportaje sobre el creciente movimiento de la paleodieta, donde originalmente definía a sus integrantes como "jóvenes, individualistas y liberales". Al economista liberal Carlos Rodríguez Braun le gusta emplear la frase "a pesar del Gobierno", en referencia a que vivimos y sobrevivimos a pesar de él, no gracias a él. Yo añadiría "a pesar de los carbohidratos y aceites vegetales". Tu salud, y la de tus hijos, es lo más preciado que tienes. Todo lo demás importante en la vida no puedes disfrutarlo si no tienes salud. No dejes que te la quite el Gobierno.

Bonus track, "Son los carbohidratos, estúpido".

Uno de los estandartes electorales con que Bill Clinton ganó las elecciones de 1992 a George Bush padre fue el famoso "The economy, stupid", ideado por su estratega de campaña James Carville. Con ello se quería remarcar que no se atendiera a otras cuestiones accesorias, sino a la economía. No son pocas las veces que preferimos obviar la realidad misma y optamos por consolarnos con verdades a medias, o directamente mentiras y gordas.

En los últimos días han sido varias las personas que me han enviado la misma noticia, bajo el titular El pan no engorda. Realizado este ensayo clínico por el Hospital de La Paz de Madrid, concluye que el pan no interfiere en la pérdida de peso, que mejora la saciedad, y poco menos que es la clave para adelgazar. Es el tipo perfecto de estudio con que consolarnos y eludir la verdad insoslayable de que los carbohidratos engordan. Para entender por qué este estudio –y muchos otros semejantes– no echa ni puede echar por tierra que los carbohidratos engorden, hay que tener en cuenta las siguientes variables:

1. Los participantes seguían dietas hipocalóricas

El valor de controlar las variables en un experimento científico es esencial. Por qué tantos nutricionistas y periodistas de salud siguen eludiendo esta cuestión puede que en parte explique por qué persiste tanta confusión acerca de las dietas adecuadas o la regulación del peso. Cuando una dieta hipocalórica funciona tendemos automáticamente a pensar que es porque se redujeron las calorías. Al fin y al cabo hay múltiples estudios exitosos para perder peso con dietas bajas en grasa e hipocalóricas (recordemos que la grasa tiene algo más del doble de calorías por gramo que la proteína y los carbohidratos); es el caso del estudio de Gary Foster publicado en 2010 donde se determina que tanto una dieta baja en grasa hipocalórica como una baja en carbohidratos son efectivas para perder peso. Sin embargo, ha de notarse que la restringida en carbohidratos no lo fue en calorías totales.

Prácticamente cualquier dieta que restringa las calorías totales reducirá el total de carbohidratos consumidos. Es una obviedad aritmética que si reducimos a la mitad todas las calorías, reduciremos también a la mitad los carbohidratos. Supongamos una dieta estándar de 2.500 calorías con un 60% de carbohidratos (1.500 calorías), 20% de proteína (500 calorías) y 20% de grasa (500 calorías). Si reducimos las calorías a la mitad, estaremos consumiendo 250 calorías menos de grasas y proteínas, ¡y 750 calorías menos de carbohidratos! Incluso aunque comencemos por un mayor equilibrio porcentual de calorías de proteínas, carbohidratos y grasas, los carbohidratos siempre se van a reducir significativamente.

Esto mismo puede observarse en el estudio israelí publicado en 2008 en el New England Journal of Medicine. Comparó una dieta baja en grasa restringida en calorías, con una dieta mediterránea restringida en calorías y otra dieta baja en carbohidratos tipo Atkins sin limitación de calorías. La dieta baja en grasa y calorías redujo prácticamente el doble de calorías de carbohidratos que de grasas (330 frente a 170 calorías). En efecto, si no controlamos ni observamos las variables (en este caso de los macronutrientes), y nos dejamos llevar por los titulares (como ‘dieta baja en grasas’) podemos llegar a conclusiones equivocadas. Entonces, en el estudio de La Paz, ¿no será más causa explicativa la reducción total de carbohidratos que la inclusión del pan? Además, el consumo de pan no era ilimitado, sino bastante reducido (una ración por comida). Si el pan no engordara, tal como afirman los periodistas sobre este estudio, no habría problema en que hubieran consumido una hogaza de pan los participantes todos los días.

2. Todos los participantes redujeron su consumo de azúcares

En cualquier dieta hipocalórica o restringida en calorías también eliminamos los refrescos azucarados y el alcohol. Con ello, estamos eliminando numerosas calorías de carbohidratos (una lata de cola tiene unas 140 calorías de carbohidratos). Ni que decir tiene que también eliminamos dulces, pasteles o bollería. Aunque pensemos que simplemente estamos restringiendo calorías, podemos ver que hay una reducción drástica de hidratos de carbono. Debemos remarcar que el grupo que consumió pan fue el que más redujo el consumo de azúcar. Entonces, en este estudio de La Paz, ¿no será más variable explicativa la reducción de azúcar que la inclusión de pan?

3. Los participantes que no consumían pan tomaban otros carbohidratos glucémicos

Hasta ahora he explicado que esta dieta con pan muy probablemente funcionó porque restringía los carbohidratos totales. Sin embargo, el estudio resulta un tanto grotesco en su diseño cuando comprobamos que los que no consumían pan, sí tomaban arroz o pasta, carbohidratos igualmente glucémicos. ¿No se atrevieron a comparar un grupo con pan con otro grupo sin pan ni arroz ni pasta, y en su lugar frutas y verduras? Un estudio publicado en 2007 determinó que una dieta paleolítica (sin cereales) era más efectiva para perder grasa corporal que una mediterránea (con cereales como los del pan). Y en 2010, Nutrition and Metabolism concluyó en un estudio que una dieta paleo era más saciante que una mediterránea.

4. Atender a la calidad de los carbohidratos

Si bien desconozco si los carbohidratos a partir de cereales permitidos en el estudio de La Paz eran refinados o integrales, por desgracia suele obviarse la variable de la calidad de los carbohidratos en las dietas bajas en grasa. Por un lado, podemos consumir sólo o principalmente carbohidratos no glucémicos como verduras y frutas. Pero dentro de los glucémicos también podemos optar por las formas refinadas o integrales. Por ejemplo, una de las dietas bajas en grasa más populares en EEUU es la del Dr. Ornish (amigo y dietista por cierto de Bill Clinton, de quien hablaba al principio). Aunque todos asumen sin más que la dieta del Dr. Ornish puede ser efectiva por la reducción de calorías y de grasa, en realidad reduce también los carbohidratos totales (como vemos que sucede en este caso), elimina el azúcar y obliga a sustituir los carbohidratos refinados por sus formas integrales. Si bien consumir cereales integrales no es ningún maná ni recomendación obligada que yo haga, al menos eliminar las formas refinadas es un paso en la dirección correcta.

A.J. Liebling, mítico periodista norteamericano, decía que "para combatir un prejuicio humano en favor del testimonio presencial, el experto debe acceder a alguna fuente oculta o ciencia no disponible a cualquier reportero. Él es el Sacerdote del Elíseo, el hombre que ve el cuadro completo". Aunque Liebling se refería al periodismo, podría hacerlo igualmente a la medicina y, en este caso, particularmente a la nutrición. Por muy significativa que sea la experiencia científica, si ésta entra en conflicto con la opinión establecida por los líderes de opinión, acaba prevaleciendo ésta en detrimento de la experiencia científica. Hacer buenas y efectivas las dietas restringidas en carbohidratos sigue chocando con esa opinión preestablecida.

Como podemos ver, sin necesidad de salirnos de los estándares de las dietas bajas en grasas y calorías, es explicable que éstas lleguen a ser exitosas por la influencia que acaban teniendo en la cantidad y calidad de carbohidratos consumidos. Como ya he expuesto, la reducción de calorías totales no es la clave primaria para la reducción de sobrepeso. Si la guerra de las dietas se tratara de una contienda electoral, deberíamos proclamar que ‘sí son los carbohidratos, estúpido’. Al menos, si deseamos que la victoria final sea el de la verdad científica

Joder, os los copipasteaba todos, pero mejor que os sirvais vosotros mismos:

Adolfo D. Lozano - Libertad Digital
 
Vuelvo a dar la brasa con el notas este, pero es que este concepto de dieta antiinflamatoria es muy interesante, es como un resumen Montigñéc:

5 normas para seguir una Dieta Antiinflamatoria (y la REGLA DE LOS 3 DEDOS)
Si nos propusieran una vida más sana y prolongada nadie diría que no. Para conseguirlo resulta esencial seguir un estilo de vida antiinflamatorio, tal como durante años han demostrado centenares de estudios clínicos e infinidad de casos reales. Dicho estilo de vida se compone de muchas piezas, como una vida activa y un ejercicio físico moderado, el equilibrio emocional y control del estrés...Pero este puzzle no puede entenderse sin lo que probablemente sea su base: la dieta antiinflamatoria. En realidad, una dieta antiinflamatoria es enormemente sencilla. Simplemente tienes que seguir estas 5 normas:

1- Come proteína en todas tus comidas. Tu piel, tus huesos, todos tus órganos se componen de proteína. Las opciones recomendadas pasan por los pescados, pavo, pollo, huevos ricos en Omega 3 y claras de huevo, ternera, queso fresco, proteínas vegetales como el tofu o el seitán o proteína aislada en polvo.

2- Consume carbohidratos buenos, restringe los carbohidratos malos. Esta idea se traduce por que debes consumir carbohidratos poco glucémicos -que no disparan el azúcar en sangre- como verduras, frutas y legumbres; pero tienes que restringir los carbohidratos glucémicos -que elevan rápidamente el azúcar en sangre- como son la pasta, pan, arroz, maíz, patata, harinas refinadas y cereales. Las formas integrales de estos últimos alimentos pueden ser aceptables con mucha moderación si se toleran bien, pero los ideales son los no glucémicos previamente enumerados. El vino con moderación es un carbohidrato saludable.

3- Añade algo de grasa saludable. Aunque mucha gente teme a toda forma de grasa, esto es un error. Tu cuerpo necesita estar lubricado y para eso debes consumir grasa. Pero no cualquier grasa, pues también hay grasa buena y grasa mala. La buena es la monoinsaturada de aceite de oliva virgen, y frutos secos como nueces, almendras o avellanas, y las poliinsaturadas del tipo omega 3, que puede ser vegetal -lino, nueces- o de origen marino -pescados azules-, aunque son muy superiores éstas últimas. Las grasas malas son muy especialmente los omega 6 de los aceites vegetales (aceites de maíz, soja y girasol). Otra grasa más que mala muy mala son las grasas trans que se encuentran como 'grasas hidorgenadas' o 'parcialmente hidrogenadas' en algunos alimentos industriales del tipo margarinas, bollería, dulces y muchos otros. Las grasas saturadas no sólo no son dañinas sino que forman parte, siempre con moderación y probablemente con el predominio de las grasas anteriormente recomendadas, de una dieta saludable en forma de mantequilla, nata o aceite de coco.

4- Reparte las comidas a lo largo del día y emplea la REGLA DE LOS 3 DEDOS. Idealmente debes hacer un desayuno, una comida y una cena y pequeños aperitivos o tentempiés a lo largo del día. La regla de los 3 dedos consiste en que en cada comida te mires 3 dedos (los 3 macronutrientes): 1. Proteína, 2. Carbohidratos buenos, 3. Grasas buenas. Si los tres están presentes en tu comida, es que está equilibrada. Tu organismo estará equilibrado.

5.- Si quieres ir aún más allá. En ese caso debes consumir un suplemento de aceite de pescado destilado y concentrado (omega 3) en primer lugar, y en segundo alguno de polifenoles. Desde el punto de vista antiinflamatorio, el Omega 3 es el nutriente más importante si sólo tuviéramos que elegir uno. Otros compuestos y nutrientes poderosamente antiinflamatorios para tu dieta son la cúrcuma, el jengibre, el curry o el sésamo y en general todas las especias.

Como puedes ver, las 5 normas se resumen en la REGLA DE LOS 3 DEDOS: PROTEÍNA+ CARBOHIDRATOS BUENOS+ GRASA BUENA. Si no te falta ningún dedo en tus comidas, estás en la dirección correcta. Si deseas que tu lucha contra la inflamación sea más exitosa sólo hay que añadir un suplemento de omega 3 destilado y concentrado, consumir especias y considerar otros suplementos. Cuanto más controles el estrés y tu vida sea físicamente más activa, tu marcador antiinflamatorio irá sumando más puntos.

En resumidas cuentas, seguir los pasos que conducen a la dieta y estilo de vida antiinflamatorios es esencial para todos los que quieran disfrutar de una salud óptima y una vitalidad mayor. En el caso de que padezcas una enfermedad crónica o tengas indicios o riesgo de padecerla, es prioritario. Metabólicamente una dieta antiinflamatoria es superior al controlar la insulina, glucosa, el perfil lipídico (colesterol, triglicéridos..) y reducir la grasa corporal. Todo ello reporta incontables beneficios, como el de la reducción calórica sin hambre ni privación -ya que controlas el azúcar e insulina-, el método más contrastado para aumentar la esperanza de vida. En el juego de la salud y el bienestar tú eres el protagonista. Conoces ya las reglas. Si quieres ganar la partida debes seguirlas el resto de tu vida.
 
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