Hombre si vas a darle con un palo hacia él sí, pero si vas a tu bola ningún animal va a meterse contigo a menos que te quieran comer y el toro es vegetariano.
Lo primero que hace el toro en la plaza es buscar la salida, pero al ser redonda en seguida pierde la sensación del espacio y se siente encerrado, por eso embiste.
Eso es una verdad a medias.
En la lidia al toro se le encierra en un recinto, se le achucha, se le marea y se le cansa para conseguir acercarse lo suficiente como para matarle con un hierro toledano, a mano, a pecho descubierto y de forma bastante arriesgada, mediante una destreza y una condición mental privilegiada que convierten en un arte y un espectáculo el acto valiente, brutal y despiadado de matar con sus propias manos a uno de los animales mas peligrosos que existen sobre la tierra.
Porque el toro, tan damnificado y reivindicado por los animalistas, es un animal territorial que embiste a todo bicho que incursiona en sus pastos, o abrevaderos o simplemente que se acerca a sus vacas, o que pasaba por allí. Un mal bicho, que no avisa como hacen otros antes de atacar y no duda en destripar adultos, cachorros y todo lo que se le ponga al asta.
Si existieran en libertad, sus dominios se extenderían por bosques, campos y montes bajos de tal forma que el senderismo, el Trekking y salir a pasear al campo serían inviables sin portar armas de fuego de calibre gordo, sin contar que más tarde o más temprano se acercarían a los campos y las ciudades habitados por humanos y tendríamos encierros sanfermineros locales varias veces al día...
Mas o menos lo que se vieron obligados a hacer los hombres hace unos miles de años para poder cultivar tierras, recoger frutos y caminar sin ser corneado y destripado por los simpáticos bóvidos.
El toro de lidia es uno de los supervivientes de una raza extinta hace milenios en toda Europa por su peligrosidad. Fueron cazados hasta el exterminio porque simplemente, era incompatible la coexistencia entre los Sapiens y los toros bravos.
Que el espectáculo de la lidia le parezca a alguien brutal y no le guste pues lo admito y me parece justificable.
Que se pretenda hacer creer que los morlacos son peluches adorables, eso ya es sucnormalidad profunda y síntoma claro de desmanganillamiento cerebral.