Hola foreros. Yo discrepo. El amor es un concepto muy amplio, abstracto, profundo y (afortunadamente) subjetivo.
Por la forma en la que habláis parece que sois actores de una obra de teatro, y de vuestra actuación depende la acogida de este drama (porque está carente de comicidad) pero parece que actuáis de una manera insulsa y tediosa. Os excusáis en vuestro talento innato y el buen nombre del teatro pero con eso no basta. Si no trabajas, no te esfuerzas, no sudas, no sangras; nunca podrás ganarte el aplauso del público, la ovación verdadera, la que hace que se levanten de su butaca y te miren con admiración.
Y como tal, parece que ahora estáis cansados, sin ganas ni fuerzas para seguir luchando.
El amor como inocencia y capacidad de ilusión,
como aptitud para resumir el conjunto del otro sexo en un solo
ser amado, rara vez resiste un año de vagabundeo sexual, y
nunca dos.
Yo la cambiaría por esta otra, creo que se asemeja más a la realidad actual.
La esperanza como inocencia y capacidad de ilusión,
como aptitud para resumir el conjunto de la vida en un solo
momento , rara vez resiste un año de delirio, y
nunca dos.
ilovegintonic rebuznó:
Así es, es exactamente así. Eso es lo malo, lo que dices al final: que todo sabe a casi nada, que la emoción de un gran polvo dura una hora, que una loca más es sólo una loca más. Que cuando ha habido muchos polvos y ha habido muchas locas uno ya no se emociona para lo malo, pero tampoco -y aquí está el problema- para lo bueno.
Esto es, la falta de emoción, un lastre muy común de esta sociedad y tú estás anclado en ella. Vista 10 locas, vistas todas; echado 10 polvos, echados todos. NO.
La última vez me enamoré más profundamente que la anterior, y en ésta lo hice con mayor decisión que la primera. Y no me cabe duda que si vuelve a ocurrir, lo haré con más entusiasmo que todas las demás. No porque quiera ya que no lo puedo decidir, son sentimientos y como tales, les atenderé. Otra cosa es que me conozco y sé como soy de radical, por lo tanto, mi implicación siempre es máxima.
zabawny rebuznó:
El texto que citas contiene sus buenas dosis de verdad. El sexo demasiado despersonalizado acaba hastiando y situándole a uno demasiado de-vuelta-de-todo, cosa que casa mal con la capacidad de amar, sobre todo cuando se tiene mucha vida por delante y por tanto - al menos teóricamente - mucho por dar. Ya que amar en realidad no es otra cosa que dar).
Y un cojón. ¿Desde cuándo amar no es otra cosa que dar? Pónme un ejemplo, sólo uno, donde alguien haga un acto de amor y no le repercuta. Hasta cuando das la vida (obvio que es un putadón, sobre todo para la persona que no ama o que nunca ha amado) por otra persona estás recibiendo algo: estás recibiendo tu libertad ( aunque parezca una paradoja), y no eres más libre, puro y luminoso que en ese momento.
Vaserqueno rebuznó:
Lo que pasa es que la intimidad, ya no física, sino intelectual, para mí es un poderoso afrodisíaco. De manera que sólamente entre mis congéneres del mismo sexo puedo alcanzar una amistad profunda, ya que si existe la posibilidad de alcanzar esa proximidad de comunicación, el sexo es el siguiente paso natural a esa comunicación, el subir (o bajar) a ese nivel más básico de interactuación.
Por eso yo no puedo ser amigo de una mujer.
¿Por qué en esta sociedad está mal visto tener sexo con una hermana?, ¿por qué no pensaríamos en tenerlo con nuestra “santa “ madre? Porque está concebido de esa manera. Eso no quiere decir que sea imposible o que no se pueda hacer, simplemente no se hace, está mal. El sexo es el siguiente paso natural porque te has acostumbrado a verlo así, tal cual.
Una pregunta:
¿Si tuvieras sexo con tus amigas, qué? ¿Ya no serían amigas? ¿Es algo sucio o incompatible? Pregunto por tu parte, si todo eso sería incompatible para ti.
Mi concepto es distinto (no me refiero al de la hermana ni al de la madre), cuando tuve la temporada tonta, de los 19 a los 23, sabía lo que hacía, dónde encontrarlo y cómo buscarlo. A mí, personalmente me hizo apreciar más los gestos, los detalles, los roces, las poses, las miradas, más los todos de las mujeres para poder descubrir que es lo que realmente deseaba.