Esta auditoría puede acabar en los tribunales
Josep Maria Casanovas
UNA AUDITORIA REVELADORA. Hoy toca hablar de números, de balances económicos, de la auditoría del Barça. Vaya por delante que es un tema complicado de explicar y difícil de entender. Los socios están preocupados por el baile de números y el maquillaje financiero. Si usted o yo, querido lector, tenemos 11.000 euros en el banco –es un ejemplo- cuesta creer que al mes siguiente esta cantidad se haya convertido en una deuda de 77.000 euros sin haber hecho ninguna operación. Por lo tanto, resulta extraño que la directiva de Laporta cerrara la temporada el 29 de junio anunciando un beneficio de de 11 millones y un mes después la directiva de Rosell presentara una auditoría que revela que este superávit se ha convertido en una deuda de 77 millones, o sea, un desajuste de 88 millones de euros, 14.500 millones de las antiguas pesetas. La primera pregunta que se hace el socio es clara: ¿Qué pasa de verdad? Estafa, engaño, mala gestión o intoxicación. La verdad es que en este tema es necesario llegar hasta el fondo y exigir responsabilidades si procede.
¿ESTAFA O MALA GESTION? De entrada hay que decir que esta auditoría que revela tantas irregularidades la ha realizado Deloitte por encargo de la junta anterior. Sucede que contabilizaron algunos ingresos que no se han cobrado y otros que hay que periodificar en próximas temporadas. En consecuencia, bajan los ingresos y suben los gastos y el resultado final se convierte en números rojos. Que nadie piense lo que se comentaba ayer en una tertulia de bar, cuando un aficionado exaltado al conocer el déficit de 77 millones decía que esto era el doble de gordo que el ‘caso Millet-Palau’. Falso y retorcido. Aquí de momento nadie ha demostrado que se haya puesto la mano en la caja ni que hayan volado millones. El problema es haber querido cuadrar los números a medida para mostrar una buena foto económica de despedida, criterio que el auditor les ha censurado por considerar que las cuentas no corresponden a la realidad.
SE ESTAN LEVANTANDO LAS ALFOMBRAS. La polémica esta servida y no hace falta ser un lince para saber que hará correr mucha tinta. La verdad, estamos ante una situación que no había sucedido nunca, algunos lo interpretarán como que los nuevos tiran de la manta y otros que se comienzan a levantar las alfombras. El resultado de esta auditoría es un golpe importante a los cimientos del club, ya que entre otras cosas revela que la deuda alcanza los 442 millones de euros y que los siete años de Laporta se cierran con un balance negativo de
46 millones. Quiere esto decir que en la próxima Asamblea algún socio puede solicitar una acción social de responsabilidad a la anterior directiva y que el caso puede terminar en los tribunales. Por lo que se ve, la excelencia deportiva no se ha correspondido con la excelencia económica. Es posible incluso que aunque la junta anterior no tenía presentado ningún aval, se tenga que hacer responsable de la deuda acumulada en siete años porque judicialmente le puede ser exigida. Como pueden comprobar, un caso muy grave que se sabe como comienza pero no como puede acabar.
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