pastanaga
 Freak
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- 14 Ago 2007
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Dejando a un lado las realmente peligrosas (tipo carabela bigotuda), las picadas de medusa suelen ser poca cosa. Desagradables, pero no imposibilitantes. Siempre que no sean en la cara. Entonces se convierten en inhumanas. No es que sea el mismo picor que en una pierna sólo que más intenso, es que es un dolor que te hace desear que te corten la cabeza. Se puede reconocer fácilmente a alguien a quien le haya picado en la cara no por las marcas que deja, sino por la expresión de desesperación que se refleja en ella.
Bueno, conozco a uno al que el efecto fue como el de una picada en cualquier otra parte, pero es un caso entre mil. Lo normal es sufrir como una hindú rociada con sulfúrico.
	
		
			
		
		
	
				
			Bueno, conozco a uno al que el efecto fue como el de una picada en cualquier otra parte, pero es un caso entre mil. Lo normal es sufrir como una hindú rociada con sulfúrico.
 
	 
  
 
		 
 
		 Clásico
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	 Frikazo
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		 Veterano
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	 Leyenda
Leyenda 
	 
 
		 esto me recuerda a una vez que estaba con un novio mío en el salón tan tranquilos, cuando de repente me dice "mira para la pared", me giro y... ahí estaba un cucarachón como una vaca de lo enorme que era. El corazón empezó a latirme fuerte. El muy cabrón tiró un calcetín hacia el puto bicho, el cual empezó a volar de inmediato. Gritando como una posesa me levanté y salí corriendo mientras la cucaracha me seguía y en cuanto aterrizó en mi cabeza tropecé y me golpeé contra un jarrón, rompiéndolo en pedazos. La cucaracha desapareció, y yo abrí la puerta de la calle llorando, gateando hacia el ascensor como buenamente podía, temblando... Le costó Dios y ayuda al pobre chaval conseguir tranquilizarme. Nunca más volvimos a ver a la cucaracha. Menos mal que ya no estamos juntos y no tengo que volver ahí.
 esto me recuerda a una vez que estaba con un novio mío en el salón tan tranquilos, cuando de repente me dice "mira para la pared", me giro y... ahí estaba un cucarachón como una vaca de lo enorme que era. El corazón empezó a latirme fuerte. El muy cabrón tiró un calcetín hacia el puto bicho, el cual empezó a volar de inmediato. Gritando como una posesa me levanté y salí corriendo mientras la cucaracha me seguía y en cuanto aterrizó en mi cabeza tropecé y me golpeé contra un jarrón, rompiéndolo en pedazos. La cucaracha desapareció, y yo abrí la puerta de la calle llorando, gateando hacia el ascensor como buenamente podía, temblando... Le costó Dios y ayuda al pobre chaval conseguir tranquilizarme. Nunca más volvimos a ver a la cucaracha. Menos mal que ya no estamos juntos y no tengo que volver ahí.
		 
 
		 
	 
	 
	 
 
		 
	 
 
		 Muerto por dentro
Muerto por dentro 
 
		 Forero del todo a cien
Forero del todo a cien 
 
		 
 
		 
	 
 
		 
	 
	 
	 
	 
	 
 
		
 
	 
 
		
 
 
		 
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