Mi abuelo se fue a la guerra de Marruecos en el 21 y se tiró catorce meses en las trincheras, dice que no dio un tiro, que era todo esperar con el barro hasta las rodillas y recoger cadáveres del frente y vuelta a empezar.
Cuando le preguntábamos que fue lo más chungo de todo, no fueron los cadáveres everywhere, ni el fuego de mortero, ni la disenteria... nos decía que las pulgas y los piojos. De hecho nada más llegar todo famélico de vuelta al caserío, dice que se quitó la camisa, la tiró al suelo, y esta aún se movía sola de tantos bichos que había debajo intentando salir.
Mi bisabuela la agarró con el gancho de la estufa de chapa y directamente lo echó al fuego. Luego mi abuelo se lavó con jabon, cosa que seguramente no volvió a hacer hasta el 26 cuando se casó con mi abuela.