"De bueno que eres, eres tonto del culo". Con esta frase me ha recompensado mi madre (no hay más que una, y 60 años de experiencia la avalan) muchas veces.
Ser malo es el camino fácil, consigues tu objetivo en un tiempo razonablemente corto y si lo haces bien, no tiene porque tener consequencias no deseadas.
El problema es cuando, como yo, no sabes ser malo. No quiero decir que no pueda ser a veces un pelín cabroncete; pero en muchas ocasiones he sido bueno cuando o con quien no debia y he salido mal parado...
Peco de ser un blando cuando alguien a quien aprecio me pide algo (aunque no le conozca a fondo), no le puedo negar un favor o el perdon. Y así me van las cosas ahora...
C.
Tengo el alma de mantequilla fundida, aunque vaya de duro