Por cierto actualizando el tema, todo se ha calmado y bastante.
Y por una hamija en común me han llegado afotos de la susodicha que se han hecho juntas
Un hostias como una catedral retumbó en mi sesera. Había previsto un declive físico, una expresión ajada, una persona menos atractiva debido al paso de los años, pero ni en sueños podía imaginar lo que me encontré.
Una señora mayor, bastante más gorda, con una cara que a duras penas retiene la lozanía del pasado, alguien que de pasar a mi lado no hubiera caído quién fue
Fue un baño de realidad, un despertar brusco, un seísmo sentimental. Bien es cierto que pese a ese trallazo, una marea de sentimientos volvió a ponerme añoroso, la idealización se ha venido abajo en cierta manera y la verdad me encuentro bastante bien conmigo mismo desde entonces.
Puede sonar frívolo o egoísta, pero es lo que siento.
Lo único que podría dar la vuelta es un face to face, ahí era muy buena.
Fin del ladrillo