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Vaserqueno rebuznó:Yo se lo daba al del bigote que está junto al ex-gobernador de Californa. Solo por el moustache. Le pone aparte de todos los demás que, siendo francos, son como clones de músculo, esteroides, minipenes y aceites corporales.
Mike Mentzer había tumbado el sistema Weider clásico de entreno con su Heavy Duty, basado en muchas menos series pero más intensas. Era un personaje muy obsesivo, conocido por tomar determinaciones extremas, como tomar anfetaminas para recortar en sus preparaciones para competiciones. En el Olympia de 1979 había estado a punto de ganar a Zane, pero Zane le robó la cartera en el último momento porque sabía debido a su mayor experiencia cuánto tiempo aguantar las poses, etc. En 1980 acudía como claro favorito, totalmente determinado a ganar. Dicen que tan buen punto llegó al hotel de Sydney donde se celebraba la competición se encerró en su cuarto, sin salir para hablar con nadie, y puso la calefacción al máximo para transformarlo en una sauna y eliminar cualquier rastro de agua subcutánea.
La mañana previa a la competición se produjo una gran discusión entre los 15 atletas restantes, que proponían eliminar las dos clases -90/+90 kg y sustituirla por una única categoría abierta, y Arnold, que se presentó en el último momento por sorpresa. Arnold quería su gran retorno triunfal después de 5 años retirado y era consciente de que, tras 8 semanas de preparación en secreto, no estaba en la mejor forma de su vida, pero seguía siendo el más alto y pesado y sabía que tendría muchas más oportunidades de ganar contrea un sólo ganador de la categoría baja que midiéndose contra todos ellos a la vez. En esa reunión Arnold empezó a mostrarse descortés, a cortar los turnos de palabra y a faltar el respeto a Boyer Coe. En ese momento Mentzer saltó, dirigiéndose hacia Arnold y amenazándole con el dedo mientras Arnold se refugiaba cagado de miedo en su silla, en una foto mítica de la historia del culturismo.

Después del resultado final Dickerson se largó profiriendo exclamaciones, Zane se lo tomó con calma y luego hizo pedazos su trofeo en un callejón del teatro, Boyer Coe estampó unas cuantas sillas contra una pared, pero fue Mike el que se llevó la peor parte aquél día. Nunca más volvió a ser el mismo, se retiró del mundo competitivo asqueado por lo que él consideraba un sabotaje sistemático por parte de la IFBB, gobernada por Weider, que lo odiaba por criticarlo en toda oportunidad que tenía y recordarle que, como competidor, Joe Weider nunca tuvo piernas. Sufrió un batacazo mental irreversible. Empezaron a circular historias sobre Mentzer exhibiendo comportamientos erráticos. Rumores suyos corriendo desnudo por las calles de noche, dirigiendo el tráfico, revelando profecías sobre el fin del mundo, siendo arrestado por la policía en innumerables ocasiones, esperando atrincherado en su casa la llegada inminente de los extraterrestres. Dan Duchaine contaba que en cierto punto Mike llegó a incluir su propia orina en su dieta. Fue oficialmente recluído en una institución mental de 1985 a 1990.

Desafortunadamente, dejó que ese infausto condenara el resto de su vida y felicidad, pero es que algunas personas sólo viven buscando excusas para autodestruirse. Quizás, si no hubiera pasado en el Olympia de 1980, hubiera acabado pasando más tarde. Grande Mike, pro-bodybuilder y pro-toforero.