Son de la misma quinta. El anime que señalas cubría unos apetitos de violencia pornográfica con una plástica que el cine convencional no cubría por lo limitado de los efectos especiales de la época. Sin embargo, llegamos a la seguna mitad de los años 90 y se producen varios fenómenos simultáneos. Quizá el más importante es la expansión de la internet doméstica, pero también está el salto que supuso la sexta generación de videoconsolas o los nuevos efectos especiales que Matrix supuso, culminación de los iniciados en Abyss, Termintor 2 o Parque Jurásico.
Todo esto supusieron nuevas formas, mucho más interactivas y atractivas, de saciar pulsiones agresivas y sexuales por lo repugnante. Ese desplazamiento paulatino mató al anime, cuyo nicho lo ocuparon las grandes corporaciones que abarcaban varios mercados como juguetes, videojuegos, anime, etc. Este era mucho más rentable y aceptable para un público masivo. Fíjate como Toei pasa de ser Dios en los 80 con El puño de la Estrella del Norte, Dragon Ball, Dr. Slump o Saint Seya, a ser algo amorfo en los 90 con Sailor Moon y Digimon.