pai-mei
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- 18 Mar 2006
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Esto del pagafantismo que todo el mundo invoca como si de una deidad sumeria se tratase, se parece mucho a los chistes de animales que están discutiendo sesudos temas filosoficomatemáticos pero en cuanto entra el granjero se ponen a ladrar, mugir y a emitir toda la gama de sonidos guturales propios de su especie.
Esto es igual: unos varones (supuestamente aguerridos y valientes), elucubrando todo tipo de teorías etológicas sobre las féminas a cual más radical, que si "hay que tratarlas como a las putas que son", que si "en su cerebro saben reconocer a un tío de verdad que no les consiente las gracias ni un segundo" que si "son todas unas zorras de mierda", pero en cuanto unas faldas despuntan en el horizonte, se ponen a balar como las mansas ovejitas que son y cambian su discurso del "pero qué zorras son todas" a "jiijij ay te invito a algo, primor de la naturaleza?"
Qué asco cojones, qué asco es sufrir la repentina censura por parte de uno de tus pares que 5 segundos antes de entrar la zorra en cuestión cantaba al unísono la canción del todas putas.
Esto es igual: unos varones (supuestamente aguerridos y valientes), elucubrando todo tipo de teorías etológicas sobre las féminas a cual más radical, que si "hay que tratarlas como a las putas que son", que si "en su cerebro saben reconocer a un tío de verdad que no les consiente las gracias ni un segundo" que si "son todas unas zorras de mierda", pero en cuanto unas faldas despuntan en el horizonte, se ponen a balar como las mansas ovejitas que son y cambian su discurso del "pero qué zorras son todas" a "jiijij ay te invito a algo, primor de la naturaleza?"
Qué asco cojones, qué asco es sufrir la repentina censura por parte de uno de tus pares que 5 segundos antes de entrar la zorra en cuestión cantaba al unísono la canción del todas putas.