Ciertamente, ser progre es cansino, y sobre todo, cansado.
Defender una idea basándose en los editoriales de El País o del Avuí, en su caso, y demonizar esa misma idea cuando dichos gurús del pensamiento así lo deciden, debe ser agotador. Aunque, eso si, todo un filón para la profesión psiquiátrica.
Hemos visto por doquier pegatinas, carteles, pancartas y, yo creo que hasta alguno se habrá tatuado, con el lema de "No a la guerra". Lo vimos en aquella esperpéntica gala de los Premios Goya que se autoconceden a si mismos con dinero público, (sí, el mismo dinero público que se niega a las víctimas del terrorismo, ese mismo) esas gentes que se autodenominan, por razones y méritos solo por ellos conocidas, actores y directores de cine.
Lo vimos en manifestaciones, lo hemos visto en los balcones de las casas, en las puertas de los centros de enseñanza. Todo un despliegue de luz y color antibelicista.
El argumento repetido una y otra vez es que la guerra es odiosa, injusta y malévola en si misma. Ni siquiera es legítima para derrocar a un tirano sanguinario como Sadam Hussein. Para el pensamiento progre-pacifista, es preferible que un pueblo, siempre y cuando sea ajeno y lejano, viva oprimido, sojuzgado, y con capas de su población, como en este caso los kurdos, sometidos a exterminio, antes que derrocar al tirano por medio de una acción militar.
Bien, después de tanta pegatina, pancarta y camiseta, ahora la Esquerra Republicana de Cataluña, amenaza con una "Guerra Civil" si no se aprueba el estatuto catalán que ellos desean.
Veamos, veamos, la guerra contra la tiranía es injusta, la guerra contra los genocidas es ilegal, la guerra contra la opresión es infame.
Pero una guerra para imponer un estatuto de autonomía por la fuerza, es legítima, justa e, incluso, necesaria.
Y, de momento, ni El País, ni, por supuesto, el Avuí, ni Zapatero, ni Rubalcaba, ni LLamazares, ni siquiera los Bardem han puesto cerco a las sedes de ERC para clamar contra la guerra, no se organizan manifestaciones pacifistas ante el parlamento catalán, ni se llama a la desobediencia civil del pueblo en defensa de la paz.
La esquizofrenia está servida, o quizá la estupidez, o mas bien, probablemente, ambas cosas.
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