Tiene tela vivir en esos sitios. Miedo me da.
Recuerdo cuando aquí, en Bilbao, al venir del instituto con 15 años con una colega siempre solíamos pasar por debajo de unos muros donde había peña de esta. También recuerdo que mi compañero de clase siempre me decía que nos cambiásemos de acera y yo nunca le hacía caso hasta que un día pasamos otra vez por ahí y alguno nos escupió desde arriba con tan mala suerte que me dio a mí.
Subí y me líe a "hostias con todos" (era un flipado del kárate que justo había subido con los mayores y por fin empezábamos a ahostiarnos de verdad), pues bien, creo que di una patadita y YA. Uno de ellos me dio una bofetada que hice un doble tirabuzón para acostarme en un colchón de setos que había al lado.
Me levanté, me fui y cuando estuve a unos metros empecé a insultarles y a echar patas mientras mi colega seguía con cara de WTF y corría por si acaso nos perseguían (que, está claro, ni harían amago). Por supu que no volví a pasar por esa acera el resto del curso. Lo más curioso del caso es que con los años y colegas en común el maromo del sopapo vino y se acercó a mí, le comenté el suceso y el pavo no se acordaba. A saber cómo serían sus días.