Historias del cole

Krakenjitsu

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19 Mar 2004
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Hola hijos del fracaso escolar. Como cualquier forero de provecho, yo fui a la EGB en colegio de curas, donde entre hostia, hostias y algun episodio de tocamientos (a otros ninyos, ni con pedrobears follo) las historias lolescas fueron muchas.

Paso a contaros una de mis favoritas:

Los gemelos artistas autistas

Teniendo unos 10 anyitos o asi, comparti clase con dos gemelos, protoforeros ellos. No hablaban casi con nadie, eran identicos, vestian la misma mierda de ropa y llevaban las mismas gafas. Hoy en dia estarian en alguna clase para ninyos especiales, pero en aquella epoca si no te cagabas encima y no dabas mucho el conyazo te metian en una clase con otros 40 ninyos y a disfrutar de las collejas.

Estos dos, despues de meses de estar sentados juntos en una esquina del fondo y practicamente olvidarnos de su existencia, tuvieron su momento de brillar: La clase de plastica.

La profesora trajo unos cachos de plastilina y los repartio entre la clase, nos explico como se podian hacer cosas superchulis con ellas y nos dejo cuarenta minutos a nuestra bola mientras ella se escaqueaba por tabaco. Yo recuerdo estar intentando hacer un GI Joe o similar pegando 5 churros de plastidecor juntos. Una puta mierda, vamos.

Recuerdo escuchar ruidos detras mios, exclamaciones tipo "que guay, que pasada, etc..", yo pensando que seria alguna chorrada y cuando miro, los dos autistas se habian currado un dragon en plastilina que ya quisieran los Warhammeros.

Una cosa tal que asin:
plasticine_dragon_by_greensky222-d6kl563.jpg


Una vez recibidas las felicitaciones de la profe, se llevaron al dragon de paseo para que lo vieran los demas profesores, nadie se podia creer que los retras aquellos pudieran hacer algo tan bueno. Pasaron los dias y todos nos olvidamos de su arte porque volvieron al modo autista de esquina.

Aqui es donde viene la parte loleante:

Varias semanas despues, recuerdo que cerraron el banyo que tocaba a nuestra escalera en el colegio. Raro porque fue despues del almuerzo y nunca cerraban para limpiar a esas horas. Estando en clase, despues, llego el director con cara de ganas de matar aumentando buscando a los gemelos. Como cualquier colegio de curas de la epoca, todos teniamos miedo al hijoputa del director, por cosas como estas: La profe senyalo a aquellos dos, el se acerco y agarro a los dos discapacitados cada uno de una oreja, retorcio y tiro pa'rriba para levantarlos y entre gritos y lloros se los llevo fuera.

Estuvieron expulsados durante bastante tiempo, terminaron el curso y al siguiente los metieron en otro colegio o bajo dos metros de tierra porque no los vi mas.

Ahora os preguntareis que cojones hicieron para merecer tal trato. Mi madre, que conocia a una de las de limpieza, me explico los eventos acontecidos aquel dia:

Despues de la hora del almuerzo, durante las dos horas libres que teniamos entre clases, algun afortunado habia entrado en el banyo de nuestra escalera, encontrando algo que le hizo tirar por cordura. Se llamo a las limpiadoras, que cuando entraron se encontraron uno de los cubiculos con manchas marrones con forma de manos de ninyo en las paredes, y una masa de excrementos encima de la tapa del vater. Se quejaron de que aquello no era normal y buscaron al director para que hiciera algo y buscara al culpable, o en este caso culpables.

Que como supo que habian sido los gemelos retra?
Porque la mierda que estaba encima de la tapa del retrete, estaba esculpida como por las mismas manos de Miguel Angel.
 
Última edición:
Llegué a cuarto de primaria sin haberme cagado ni meado nunca en clase, lo cual me hacía sentir enormemente orgulloso, y con la autoridad moral para reírme de los que se cagaron o mearon alguna vez. Los recordaba a todos, incluso a los y las que lo hicieron en parvulitos, y se lo recordaba a menudo a todos ellos.

Un día, a la hora del recreo, mientras yo y mis secuaces le pegábamos a un niño gordo y homosexual, se me escapó un pedo de esos con caca. "Mierda", pensé, me he cagado y sólo quedan diez minutos para que suene el timbre. Esto huele muy mal, me van a pillar y va a acabar con mi reputación para siempre. Quité mis manos del cuello del mariquita, les dije a mis secuaces que me iba un momento a mear y... Un momento, ahora vuelvo, que me estoy cagando de verdad porque me acabo de beber un cafelito.
 
¿Pero llegaste a notar el frescor en la rayuela o sólo fue un tiro de mierda?
 
Bueno, sigo que ya he terminado de cagar.

Llegué a los baños de la escuela con una pelotilla se considerable tamaño, aplastada entre el ojete y unos calzoncillos rotos ya por el impacto. Nunca había cagado en aquel lugar, de hecho me sorprendió comprobar que no eran váteres comunes sino de esos acoplados al suelo como los que se ven en Doraemon y otras series de animación japonesa. No pude cagar, quizá fue el nerviosismo del momento, el suspense, el saber que pronto sonaría el timbre para volver a clase, pero algo tenía que hacer ya que estaba allí. Debía limpiarme pero no había papel, nunca hay papel en las escuelas porque los niños como yo lo utilizamos para otros fines relacionados con el vandalismo y el acoso escolar. Así que me quité los calzoncillos, me limpié el culo con ellos y los tiré al retrete japonés. Sonó el timbre, estaba salvado. Ya de vuelta en clase me dio por pensar que alguna señora de la limpieza encontraría los calzoncillos, los sacaría y los iría enseñando clase por clase preguntando de quién eran, tal y como hacían con otros objetos perdidos. Las siguientes semanas fueron las peores semanas de mi etapa escolar. Pero nada ocurrió y mi reputación quedó intacta.
 
Un demente en nuestro colegio inventó un juego que causó furor consistente en perseguir a la gente con un truño en la mano y, bajo las reglas y condiciones de juegos adecuadas, porque no éramos unos salvajes sin civilizar, catapultarlo hacia la cara de los demás jugadores.
 
En cuarto de egb se levantó un menda y fue a sacar punta a su lapicero a la papelera, cuando lo quedó bien afilado fue por detrás a una niña que estaba sentada y se lo clavó en toda la coronilla. Al más puro estilo psicosis, como si la estuviese acuchillando. La partió la punta dentro y no sé cómo no la trepanó.
Ahora es el alcalde de mi pueblo, pero está de baja por depresión.
 
Luego se queja de no se qué el caro nuero. El caso es no asumir.
Fue a clases de esas modernas mixtas, donde pudo ver bragas a los 8-10 años y esas cosas.
Servidor no experimentó esa sensación hasta el COU, pero a lo bestia: 4 chicos y 30 chicas.

K♂rma kon Franko.
 
Bueno, sigo que ya he terminado de cagar.

Llegué a los baños de la escuela con una pelotilla se considerable tamaño, aplastada entre el ojete y unos calzoncillos rotos ya por el impacto. Nunca había cagado en aquel lugar, de hecho me sorprendió comprobar que no eran váteres comunes sino de esos acoplados al suelo como los que se ven en Doraemon y otras series de animación japonesa. No pude cagar, quizá fue el nerviosismo del momento, el suspense, el saber que pronto sonaría el timbre para volver a clase, pero algo tenía que hacer ya que estaba allí. Debía limpiarme pero no había papel, nunca hay papel en las escuelas porque los niños como yo lo utilizamos para otros fines relacionados con el vandalismo y el acoso escolar. Así que me quité los calzoncillos, me limpié el culo con ellos y los tiré al retrete japonés. Sonó el timbre, estaba salvado. Ya de vuelta en clase me dio por pensar que alguna señora de la limpieza encontraría los calzoncillos, los sacaría y los iría enseñando clase por clase preguntando de quién eran, tal y como hacían con otros objetos perdidos. Las siguientes semanas fueron las peores semanas de mi etapa escolar. Pero nada ocurrió y mi reputación quedó intacta.

Señor DeLaTranca, su historia me ha hecho descojonarme y me ha recordado una pequeña anécdota de cuando estaba en séptimo de egebé. Resulta que una tarde lluviosa de invierno estábamos todos en la clase acurrucados y echando vaho por el boquino, porque ahora no sé cómo está el percal, pero antes en las jaulas no había ni calefacción ni porras. Teníamos un egsamen de física, con un profesor que era tela de hijoputa, y la basca no había estudiado un culo. Entonces se me ocurrió una idea cojonuda y solidaria con el resto de mis compañeros.

Yo ya desde pequeño me tiraba unos peos de puta madre tanto en potencia sonora como en hedor, pero ya cuando salen silenciosos es la repera. Bien, pues ese día no sé qué carallo había comido que no era capaz de soltar uno solo de los sonoros, todos eran silenciosos y mortales de necesidad para quien pillara por medio. Tomé la decisión de: Cuando notaba que me bajaba por el intestino todo el metano ahí shu primo, aguantaba sin soltarlo hasta el siguiente aviso, y vuelta a empezar. Así hasta que hube recopilado como quince avisos. Entonces lo solté todo y en cuestión de pocos segundos la peña empezó a vociferar y a escandalizarse que ríete tú del blac fraidei del que hablábamos en el otro hilo.
La peste se volvió realmente tremebunda e inundó toda el habitáculo, al maestro no le quedó otra que desalojarnos al pasillo, donde hacía un pelete de muerte pero al que todos corrieron desesperados. Hicieron subir a una tipa que curraba de limpiadora allí, y ésta, armada con dos botes de esprai, a lo Clint Eastwood, roció todo hasta formar una nube tal, que no podíamos entrar porque nos iba a joder los ojos y todo eso.
Nos libramos del examen, lo aplazó el señor maestro, y encima nadie me señaló como el culpable porque se sabía cual había sido el punto de partida del pestazo, pero en ese punto de partida había cuatro chavalillos (yo uno de ellos) que negaban rotundamente haber sido ellos.

Luego me he llevado reglazos en la mano, tizazos, tirones de oreja y de patillas, y hasta un borrador me han tirado a la cabeza. Días de escuela.

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En mi colegio había varios subnormales con sus papeles en regla y su todo, por lo que la mayoría de anécdotas las protagonizaban ellos.
Ya conté la que me pasó a mi con el bueno de paquito, un mongólico tierno y bueno hasta que la llamada de la selva le sobrevino. Se levantaba en medio de clase y se ponía a pajear su mastodóntico y peludo pollón, se subía a las mesas y refrotaba ese falo como una cinta de lomo por la cabeza de las niñas.
Pues un día la tomó conmigo, se levantó en mitad de clase y sin mediar palabra me tiró mi amado estuche de los chicago bulls a tomar por culo por la ventana. Me levanté a pedirle una explicación y como respuesta recibí un hostión que me tiró al suelo. Como pegar a un subnormal podría acarrearme problemas de estatus social, esperé al final del día y le seguí, cuando no había gente le asalté por la espalda con la intención de arrearle la paliza de su vida al puto retrasado ese y lo que me encontré fue otra hostia que volvió a tirarme al suelo y una vez en el suelo me escupió. Joder que humillación, menos mal que nadie lo vió.
Había otro down que gustaba de quitarse la camiseta y cantar canciones populares. Recuerdo con afecto un día de lluvia y en clase empezó a oírse que de la calle salían sonidos de canción seguidos de berreos como te oveja. Era él, pablito, que estaba cantando " por la bahía yo quiero ser marinero" sin camiseta, calándose hasta los huesos y de vez en cuando aderezaba su canción con grotescos gritos de Mongolia.
Luego los típicos taraos que desde que tienen uso de razón hacen el mal. Uno de ellos era mi compañero de clase Ángel, que un día le retamos a que no tenía huevos de cortarle el dedo a alguna compañera con las tijeras de recortar cartulinas. No hubo que decírselo dos veces, allí que fue, cogió del brazo a una, le estiró un dedo y se cepilló toda la yema de dicho dedo y porque no pudo cortar hueso con esas tijeras que si no...
 
Última edición:
En mi colegio había varios subnormales con sus papeles en regla y su todo, por lo que la mayoría de anécdotas las protagonizaban ellos.
Ya conté la que me pasó a mi con el bueno de paquito, un mongólico tierno y bueno hasta que la llamada de la selva le sobrevino. Se levantaba en medio de clase y se ponía a pajear su mastodóntico y peludo pollón, se subía a las mesas y refrotaba ese falo como una cinta de lomo por la cabeza de las niñas.
Pues un día la tomó conmigo, se levantó en mitad de clase y sin mediar palabra me tiró mi amado estuche de los chicago bulls a tomar por culo por la ventana. Me levanté a pedirle una explicación y como respuesta recibí un hostión que me tiró al suelo. Como pegar a un subnormal podría acarrearme problemas de estatus social, esperé al final del día y le seguí, cuando no había gente le asalté por la espalda con la intención de arrearle la paliza de su vida al puto retrasado ese y lo que me encontré fue otra hostia que volvió a tirarme al suelo y una vez en el suelo me escupió. Joder que humillación, menos mal que nadie lo vió.
Había otro down que gustaba de quitarse la camiseta y cantar canciones populares. Recuerdo con afecto un día de lluvia y en clase empezó a oírse que de la calle salían sonidos de canción seguidos de berreos como te oveja. Era él, pablito, que estaba cantando " por la bahía yo quiero ser marinero" sin camiseta, calándose hasta los huesos y de vez en cuando aderezaba su canción con grotescos gritos de Mongolia.
Luego los típicos taraos que desde que tienen uso de razón hacen el mal. Uno de ellos era mi compañero de clase Ángel, que un día le retamos a que no tenía huevos de cortarle el dedo a alguna compañera con las tijeras de recortar cartulinas. No hubo que decírselo dos veces, allí que fue, cogió del brazo a una, le estiró un dedo y se cepilló toda la yema de dicho dedo y porque no pudo cortar hueso con esas tijeras que si no...

¿Cómo es posible que hubiese tantos síndromes de Down en tu clase? ¿Tú estás seguro de que no fuiste a un colegio especial y nunca se atrevieron a decírtelo?
 
Creo que lo he contado, pero vamos lo vuelvo a hacer.

Quinto o cuarto de EGB, bueno da igual. Era el curso escolar siguiente al verano donde me compraron las Yumas, una compra llena de LOL y miseria por parte de mi madre.

Pues bien, mi madre atendiendo al desfalco que según ella provoqué a la economía de la casa por esa compra, no me las dejaba poner salvo que hubiera clase de gimnasia o fuéramos a un bar o terraza.

Ese año empezó el colegio sin gimnasio, ya que se filtró no se qué y levantó todo el suelo. Para dar las clases nos dejaron las mañanas en un pabellón deportivo llamado Joan Miró nuevo, todo reshulon.

Aquí viene la tercermundada. Mi madre decía que había que cruzar un campo sin asfaltar para llegar desde el colegio al pabellón, algo totalmente cierto. Su magnífica idea era ponerme unos zapatos marrones viejos de cordones con el chándal azul marino y las Yumas en una bolsa para no macharlas. Así iba al colegio y del colegio al pabellón. Imaginaros la postal, sólo me faltaba el sol y sombra y el Farías, sino tuviera 10 años. Lo raro es que no había mucho escarnio por parte de los demás, por lo que seguro no era una práctica extraña entre el lumpen mostoleño.

Pues bien, dos o tres veces me puse las Yumas en el pabellón y hacer deporte. Aquí paz y después, después la deshonra, joder, se me erizan los pelos cada vez que lo recuerdo.

Pero hete aquí, que un día por la razón que fuese, me olvidé las Yumas en mi cartera y fui al pabellón tan pichi. Cuando llegué me di cuenta del olvido en los vestuarios. Allí entré en pánico. Le dije al profesor que tenía que ir a por las zapatillas. Algo dijo de la gitanada de llevar los zapatos, pero vamos yo ya no escuchaba, estaba deshecho con la visión de hacer gimnasia descalzo.

Pues no ocurrió eso, fue peor. El hijoputa del profesor no me dejó volver y me obligó a hacer la clase con los zapatones. Menuda escandalera, parecía una exhibición de caballos jerezanos. Qué vergüenza yo trataba de no pisar fuerte e ir de puntillas, pero eso era algo parecido a una apoteosis flamenca. Una de las horas más larga de mi vida

Llegué a casa blasfemando, y encima me llevé una hostia de mi madre, que tuvo la osadía de culparme de la vergüenza que la hice pasar delante del profesor
 
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Hace treinta años en el patio del recreo del colegio público al que luego fui habia uno de los varios gitanos que vivian en un solar contiguo a donde viviamos nosotros. Total que había uno en particular que llevaba el pelo cortado a trasquilone y olía como al caldo de aceitunas caliente cuando pasaba por ahí.

El caso es que estando en el patio de recreo los niños le vieron pasar (el chiti era de nuestra edad más o menos) y le empezaron a gritar con esa musiquilla tocapelotas "GITAAANOOO!!!-GITAAAANOOO!!!" Y este sin pensarselo dos veces como un llilli alin de la vida enterró bien profundo las manos en un arbol que habían abonado de caca fresca y lo lanzó a la cara de los que allí le insultaban, haciendoles retroceder asqueados dandoles bien, incluso ver como se les metian tropezones en la boca. Buenas paladas de mierda les metió, fueron unas cuantas.

El gitano me miró, yo le miré y me sonrió henchido y lo vi alejarse. Años después me lo vi en una disco a mediados de los noventa donde varias tias le hacian corrillo y el se echaba uno bailes de break dance con sus alpargatas de follador. Me alegré de verlo.
 
¿Cómo es posible que hubiese tantos síndromes de Down en tu clase? ¿Tú estás seguro de que no fuiste a un colegio especial y nunca se atrevieron a decírtelo?
Era un colegio que tenía una parte llamada de integración, para niños mongólicos, autistas y demás fauna. En algunas clases venían con los normales, en las clases chorras como música.
No, yo no iba con ellos a integración aunque a lo mejor no me hubiese venido mal una temporada en el infierno, como el atleti
 
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Hola hijos del fracaso escolar. Como cualquier forero de provecho, yo fui a la EGB en colegio de curas, donde entre hostia, hostias y algun episodio de tocamientos (a otros ninyos, ni con pedrobears follo) las historias lolescas fueron muchas.

Paso a contaros una de mis favoritas:

Los gemelos artistas autistas

Teniendo unos 10 anyitos o asi, comparti clase con dos gemelos, protoforeros ellos. No hablaban casi con nadie, eran identicos, vestian la misma mierda de ropa y llevaban las mismas gafas. Hoy en dia estarian en alguna clase para ninyos especiales, pero en aquella epoca si no te cagabas encima y no dabas mucho el conyazo te metian en una clase con otros 40 ninyos y a disfrutar de las collejas.

Estos dos, despues de meses de estar sentados juntos en una esquina del fondo y practicamente olvidarnos de su existencia, tuvieron su momento de brillar: La clase de plastica.

La profesora trajo unos cachos de plastilina y los repartio entre la clase, nos explico como se podian hacer cosas superchulis con ellas y nos dejo cuarenta minutos a nuestra bola mientras ella se escaqueaba por tabaco. Yo recuerdo estar intentando hacer un GI Joe o similar pegando 5 churros de plastidecor juntos. Una puta mierda, vamos.

Recuerdo escuchar ruidos detras mios, exclamaciones tipo "que guay, que pasada, etc..", yo pensando que seria alguna chorrada y cuando miro, los dos autistas se habian currado un dragon en plastilina que ya quisieran los Warhammeros.

Una cosa tal que asin:
plasticine_dragon_by_greensky222-d6kl563.jpg


Una vez recibidas las felicitaciones de la profe, se llevaron al dragon de paseo para que lo vieran los demas profesores, nadie se podia creer que los retras aquellos pudieran hacer algo tan bueno. Pasaron los dias y todos nos olvidamos de su arte porque volvieron al modo autista de esquina.

Aqui es donde viene la parte loleante:

Varias semanas despues, recuerdo que cerraron el banyo que tocaba a nuestra escalera en el colegio. Raro porque fue despues del almuerzo y nunca cerraban para limpiar a esas horas. Estando en clase, despues, llego el director con cara de ganas de matar aumentando buscando a los gemelos. Como cualquier colegio de curas de la epoca, todos teniamos miedo al hijoputa del director, por cosas como estas: La profe senyalo a aquellos dos, el se acerco y agarro a los dos discapacitados cada uno de una oreja, retorcio y tiro pa'rriba para levantarlos y entre gritos y lloros se los llevo fuera.

Estuvieron expulsados durante bastante tiempo, terminaron el curso y al siguiente los metieron en otro coleguio o bajo dos metros de tierra porque no los vi mas.

Ahora os preguntareis que cojones hicieron para merecer tal trato. Mi madre, que conocia a una de las de limpieza, me explico los eventos acontecidos aquel dia:

Despues de la hora del almuerzo, durante las dos horas libres que teniamos entre clases, algun afortunado habia entrado en el banyo de nuestra escalera, encontrando algo que le hizo tirar por cordura. Se llamo a las limpiadoras, que cuando entraron se encontraron uno de los cubiculos con manchas marrones con forma de manos de ninyo en las paredes, y una masa de excrementos encima de la tapa del vater. Se quejaron de que aquello no era normal y buscaron al director para que hiciera algo y buscara al culpable, o en este caso culpables.

Que como supo que habian sido los gemelos retra?
Porque la mierda que estaba encima de la tapa del retrete, estaba esculpida como por las mismas manos de Miguel Angel.
joder, porque le dara a todos los "especiales" por movidas de esas.

cuando tenia yo 12 palos, un dia, aparecio el baño con las paredes repletas de mierda, sin saberlo nosotros.

a esto que antes del recreo, aparece en clase la jefa de estudios, y se pone a olernos las manos.

cuando iba por la fila de delante mia, yo sudaba, porque llevaba semana y media sin ducharme y de aquella, tal como hoy, me la pasaba rascandome la genitalidad.

al final trincaron al sucnor dos posiciones delante de mi, y resulto que era el que hasta entonces era un malote, a partir de lo cual era, "el alfarero".

se nos intento acoplar a "los exentos", pero como lider de grupo, no cumplia las especificaciones y le denegue la entrada.
 
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pues te puedes creer que a dia de hoy, en mi curro, hay alguien que sigue con semejante practica?

cada x dias, no sigue un patron que haya podido reconocer hasta ahora, alguien en mi curro, derrepente un dia caga, pilla el truño y embadurna con el las paredes, la puerta, el secador, el dispensador del jabon, el espejo...

si ya currar da asco, ir a orinar en el curro, empujando la puerta con el pie y asomando el tarro por si hay berserk de barro, se torna lisergico.
 
Parece el modus operandi del célebre terrorista del ascensor de mi comunidad.
 
En cuarto de egb se levantó un menda y fue a sacar punta a su lapicero a la papelera, cuando lo quedó bien afilado fue por detrás a una niña que estaba sentada y se lo clavó en toda la coronilla. Al más puro estilo psicosis, como si la estuviese acuchillando. La partió la punta dentro y no sé cómo no la trepanó.
Ahora es el alcalde de mi pueblo, pero está de baja por depresión.

España. O Catalunya, que más da...
 
Pues no ocurrió eso, fue peor. El hijoputa del profesor no me dejó volver y me obligó a hacer la clase con los zapatones. Menuda escandalera, parecía una exhibición de caballos jerezanos. Qué vergüenza yo trataba de no pisar fuerte e ir de puntillas, pero eso era algo parecido a una apoteosis flamenca. Una de las horas más larga de mi vida

Llegué a casa blasfemando, y encima me llevé una hostia de mi madre, que tuvo la osadía de culparme de la vergüenza que la hice pasar delante del profesor

Pero que grande joder. Me acabo de mear encima.
 
Te gano en altura, en tamaño de porra, en tamaño de tranca y en todo lo que pongas.
Todos saben que los down tiene una fuerza gorilacea, no miran dónde dan, se lían a hacer el molinillo y que dios reparta suerte. Son los rivales más fuertes que ha dado la madre naturaleza, por eso lea dió ese pollote y ese instinto sexual animalesco, para que procreen todo lo que puedan
 
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