Benito
"Gracioso" a base de fórceps
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joder @hitsfromthebong, pongame a los pies de su señora.
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Musica para este hilo.
Con ustedes: La Mala Rodríguez y Miguel. Con Miguel me dí un beso hace como 6 años
A ver, es un temazo. El Hits se trincó a la Mala. Yo me dí un beso con ése.por una puta vez en tu puta vida, ignora la mierda que te viene a la cabeza y simplemente disfruta de la narrativa bien hecha y de como se debe contar algo en un hilo, y dejate de musicas y ostias, copon bendito.
A ver, es un temazo. El Hits se trincó a la Mala. Yo me dí un beso con ése.
Viene al pelo que seguro que algunos aquí ni saben quién es La Mala Rodríguez y de esos algunos un porcentaje elevado ni se molestará en averiguarlo.
Pasa menos tiempo con la muhé la mama y la agüela anda, ¡que te estás convirtiendo en una maruja!
¡Te odio!
claro, proque no te tengo en el radio del brazo.¿Ves?
Pareces la muhé.
Lo del bote de Fruco le da un plus a la historia, es un detalle que te transporta a una época.Pues ya me he leido el hilo, la vida no es tan perrrra hoy.
Como soy bastante mong resulta que me hizo gracia lo del bote de Fruco, y el photoshopeo del pana @Monstroid claro.
K♂rma y pollanmano queremos más.
Buenas noches,
cuantos amigos has perdido por la droga? Cuéntanos sus historias y muertes. Que ha pasado con los gitanos que vendían, siguen viviendo en sitios infectos pero podridos de dinero o terminaron en la cárcel?
Mantienes la dentadura completa? Has tenido alguna vez una experiencia que te haya servido de punto de inflexión para decidir que necesitas cambiar de forma de vida?
Maemia, pasar una noche en el Vacie debería de dar puntos en las oposiciones, me cago en mi calavera. Una vez hace 6-7 años quedé con un cliente en la primera rotonda pasando el cementerio, y como era la primera vez que pasaba por alli, me la salté y fui a parar a la entra del Vacie. Fue como esas peliculas en las que vas por una carretera y de repente empeizas a ver un paisaje a los Mad Max; chasis de coches quemados, contenedores humeantes y carros del carrefour en medio de la calle. Y de repente, como surgidos de la nada una manada de jovenzuelos desarrapados y de mirada amenazante que solo de un vistazo parecieron tasar y valorar todas y cada una de las partes de mi coche. Pirulo del 15 que hice sin pensarmelo dos veces y aceleron en segunda mientras veia por el retrovisor aquella muchedumbre correteando entre la negra nube de humo que salio del tubo de escape.
Le entiendo perfectamente señor Edelweiss, y más tratándose de niños. Si le llegan a enganchar, la escena sería parecida a la de los Gremlins en el bar.
Recuerdo ahora una anécdota en las 3000 que me parto la polla cada vez que se me viene a la cabeza.
Resulta que estuve currando una temporada como repartidor de las páginas amarillas. Todas las mañanas teníamos que ir a entregar los albaranes del día anterior y a cuadrar todo y tal. Luego cargábamos la Berlingo hasta el techo, trincábamos la hoja de ruta y a zumbar.
Los encargados venían de Galicia. Eran galegos y no tenían ni zorra idea de Sevilla. Total, que cuando veo mi ruta de aquel día me quedo clavao y les digo:
- Killo, aquí pone "Manuel Falconde", ¿sabéis lo que significa eso?
- Pues no. ¿Es un barrio chungo? (con acento galego)
- Joder si es chungo, son las 3000.
- Ah, en tal caso déjalo. Ya veremos qué hacemos.
Yo ya estaba harto de entrar allí, pero la parte de "Las Vegas" es especialmente chunga (para los que sean foráneos) y no me apetecía un carajo estar quitándome a los yonkis y a los gitanillos de encima como si de moscas se tratase. Entonces les dije:
- Yo si ustedes queréis voy. Pero no me hago responsable de si me dan el palo y se llevan algo de la furgo o si le pasa algo a la furgo misma.
Ellos me dijeron que vale, que lo intentase, para así poder rendir cuentas ante los de arriba y quedar de puta madre habiendo completado el reparto en Sevilla capital al completo.
Trinco el taquito de albaranes y palante. Tenía que repartir solamente a los establecimientos, no a los kelis, de modo que pensé que sería rápido, porque en tal zona pocos establecimientos hay.
Llego allí y tal como paro la furgo y le echo el freno de mano para salir a entregar la primera guía, un enjabre de niños llenos de churretes y despelucaos se me echan encima.
- Illo, dame un sigarro
- Dame dieh duro
- Dame, dame, dame
Les digo que no llevo ná y voy a entregar la puta guía. Cuando vuelvo me los veo intentando forzar la puerta. Entonces les ofrezco que se sirvan a placer de la carga que llevaba detrás pero que no me jodan nada del vehículo. Aceptaron.
Abrí las puertas traseras de la Berlingo y me vaciaron la furgo de guías en un tiempo de super record. Entre los seis o siete que eran dieron tres o cuatro viajes y listos. Entonces bajó el padre de uno de ellos y me preguntó que si me habían hecho algún destrozo, a lo que yo contesté que no, que era yo el que les había dado permiso para que trincaran las guías. ¿Y qué hace el gitano? pues que me invita a sentarme con ellos allí a tomarnos unos botellines, le digo que no puede ser, que tengo que currar, y me dice:
-Pero si aquí nunca llama nadie a nadie. Mira lo que hacen loh niñoh con lah guíah.
Lo que estaban haciendo era empezar a encender una candela con ellas. Ardieron todas y ya alimentado el fuego con un palé que trajeron de por ahí, el gitano sacó una silla de su keli y me invitó a tomar asiento mientras abría un botellín con los dientes y me lo ofrecía. Ya ahí me dije "a tomar por culo", y me senté a bebérmelo. Poco después empezaron a aparecer mendas rollo wolkin dez de todos sitios y se unieron a la fiesta.
Al final, yo acabé doblao de botellines y la furgo ocupada por tres yonkis fumando plata sin parar. Mientras tanto, una gitana gorda (no sé si la madre o la mujer del gitano del botellín) se puso a cantar flamenco, lo que provocó que los niños se pusiesen a danzar alrededor de la candela de guías. Seis o siete horas después volví a la nave donde esperaban los encargados galegos. Les dije que no había guías, que no había albaranes, que no había nada. Hice el teatro de que estaba muy impactado por el palo que me habían dado, y ni siquiera me preguntaron que si me habían shirlao por qué había tardado siete horas en volver. Callaron y punto. Hasta mañana.
Este trabajo también me proporcionó alguna que otra aventurilla. Como por ejemplo ligarme a una veterinaria a la que le llevé la guía y a la que acabé follándome en la misma clínica donde atendía a los animalucos en las dos horas que chapaba para comer al medio día. La próxima que contaré será esta, vamos a dejar tranquilos un poquito al talego y a la drogaína.
Lo de siempre, polla en mano esperando su próximo capítulo, que además tiene erótico resultado.Le entiendo perfectamente señor Edelweiss, y más tratándose de niños. Si le llegan a enganchar, la escena sería parecida a la de los Gremlins en el bar.
Recuerdo ahora una anécdota en las 3000 que me parto la polla cada vez que se me viene a la cabeza.
Resulta que estuve currando una temporada como repartidor de las páginas amarillas. Todas las mañanas teníamos que ir a entregar los albaranes del día anterior y a cuadrar todo y tal. Luego cargábamos la Berlingo hasta el techo, trincábamos la hoja de ruta y a zumbar.
Los encargados venían de Galicia. Eran galegos y no tenían ni zorra idea de Sevilla. Total, que cuando veo mi ruta de aquel día me quedo clavao y les digo:
- Killo, aquí pone "Manuel Falconde", ¿sabéis lo que significa eso?
- Pues no. ¿Es un barrio chungo? (con acento galego)
- Joder si es chungo, son las 3000.
- Ah, en tal caso déjalo. Ya veremos qué hacemos.
Yo ya estaba harto de entrar allí, pero la parte de "Las Vegas" es especialmente chunga (para los que sean foráneos) y no me apetecía un carajo estar quitándome a los yonkis y a los gitanillos de encima como si de moscas se tratase. Entonces les dije:
- Yo si ustedes queréis voy. Pero no me hago responsable de si me dan el palo y se llevan algo de la furgo o si le pasa algo a la furgo misma.
Ellos me dijeron que vale, que lo intentase, para así poder rendir cuentas ante los de arriba y quedar de puta madre habiendo completado el reparto en Sevilla capital al completo.
Trinco el taquito de albaranes y palante. Tenía que repartir solamente a los establecimientos, no a los kelis, de modo que pensé que sería rápido, porque en tal zona pocos establecimientos hay.
Llego allí y tal como paro la furgo y le echo el freno de mano para salir a entregar la primera guía, un enjabre de niños llenos de churretes y despelucaos se me echan encima.
- Illo, dame un sigarro
- Dame dieh duro
- Dame, dame, dame
Les digo que no llevo ná y voy a entregar la puta guía. Cuando vuelvo me los veo intentando forzar la puerta. Entonces les ofrezco que se sirvan a placer de la carga que llevaba detrás pero que no me jodan nada del vehículo. Aceptaron.
Abrí las puertas traseras de la Berlingo y me vaciaron la furgo de guías en un tiempo de super record. Entre los seis o siete que eran dieron tres o cuatro viajes y listos. Entonces bajó el padre de uno de ellos y me preguntó que si me habían hecho algún destrozo, a lo que yo contesté que no, que era yo el que les había dado permiso para que trincaran las guías. ¿Y qué hace el gitano? pues que me invita a sentarme con ellos allí a tomarnos unos botellines, le digo que no puede ser, que tengo que currar, y me dice:
-Pero si aquí nunca llama nadie a nadie. Mira lo que hacen loh niñoh con lah guíah.
Lo que estaban haciendo era empezar a encender una candela con ellas. Ardieron todas y ya alimentado el fuego con un palé que trajeron de por ahí, el gitano sacó una silla de su keli y me invitó a tomar asiento mientras abría un botellín con los dientes y me lo ofrecía. Ya ahí me dije "a tomar por culo", y me senté a bebérmelo. Poco después empezaron a aparecer mendas rollo wolkin dez de todos sitios y se unieron a la fiesta.
Al final, yo acabé doblao de botellines y la furgo ocupada por tres yonkis fumando plata sin parar. Mientras tanto, una gitana gorda (no sé si la madre o la mujer del gitano del botellín) se puso a cantar flamenco, lo que provocó que los niños se pusiesen a danzar alrededor de la candela de guías. Seis o siete horas después volví a la nave donde esperaban los encargados galegos. Les dije que no había guías, que no había albaranes, que no había nada. Hice el teatro de que estaba muy impactado por el palo que me habían dado, y ni siquiera me preguntaron que si me habían shirlao por qué había tardado siete horas en volver. Callaron y punto. Hasta mañana.
Este trabajo también me proporcionó alguna que otra aventurilla. Como por ejemplo ligarme a una veterinaria a la que le llevé la guía y a la que acabé follándome en la misma clínica donde atendía a los animalucos en las dos horas que chapaba para comer al medio día. La próxima que contaré será esta, vamos a dejar tranquilos un poquito al talego y a la drogaína.
Al final, yo acabé doblao de botellines y la furgo ocupada por tres yonkis fumando plata sin parar.
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