Intoxicaciones alimenticias

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Falsísimo. Yo SIEMPRE que puedo entro al de minusválidos. Eso de que nadie entra, nanai. Y sí, son la gloria: están limpios siempre, nunca falta papel, el espejo no tiene ni una salpicadura y hasta se puede uno sentar en ellos como si fuera el de tu puta casa.

Por estas latitudes ver unas muletas, una silla de ruedas, un baño de minusválidos... es sucumbir a la desgracia, la mala suerte, (ojo, las plazas de minusválidos son muy cotizadas, ahí no caben supersticiones). Y no digamos más al interior, esas zonas de aldeas, pedanías y pueblos, donde los santos y curanderos son casi instituciones, la superstición es fuerte y más grande el miedo que éstas suscitan.

De todos modos, me alegra saber que los baños son de minusválidos son lugares frecuentes para la forisma, que aunque no sea minusválida, tampoco es válida del todo y alguna tara arrastra.
 
De todos modos, me alegra saber que los baños son de minusválidos son lugares frecuentes para la forisma, que aunque no sea minusválida, tampoco es válida del todo y alguna tara arrastra.
Yo jamás he considerado que esté usurpando nada al usar el baño de minusválidos, ni me he sentido fuera de lugar. Sí que en baños normales me he sentido excluido y extraño, especialmente en alguna estación donde había más gente dando vueltas y escrutando a los demás con la mirada que meando.

Por cierto, que no entiendo cómo es posible que estuviera dos semanas en Tailandia sin irme de varetas ni un sólo día y, lo que es más increíble aún, sin que me picara ni un puto bicho. Si una vez estuve con unos amigos en Sanabria y nos cogimos todos una intoxicación por beber agua de una fuente que nos vino Dios a ver y cada vez que voy al pueblo de mi madre me fríen a picotazos. Aquel viaje a Sanabria sí que fue la risa: tres tíos en una habitación, los tres intoxicaos: uno gimiendo, el otro eructando y el otro peyéndose. A la siguiente ronda, nos intercambiábamos los papeles: el que antes gemía ahora se tiraba unos pedos que te dejaban rubio; el que antes eructaba se ponía con el ayayay, y el de los pedos eructaba de camino al baño a pintar la taza al gotelé.
 
Intoxicaciones no pero viajando si que me he llegado a echar unos cuescos horribles.

Y la peor vez fue en Tenerife donde mis acompañantes se tapaban la nariz cada vez que nos metíamos en el ascensor del hotel.
 
Hará unos 3 años fuimos a Valencia. El primer día, después de dejar las cosas en el hotel fuimos a un centro comercial que hay allí al lado "Aqua" creo que se llamaba a cenar.
El caso es que a mi mujer le dio por ir a un sitio de comida japonesa . Ya al ver la carta empezaba a sospechar que aquello no era para mi.
De todas formas disfruté de la comida.
Me pasé los 3 días siguientes conociendo todos los baños de minusválidos (por ser más privados y más limpios) del Oceanografic, la ciudad de las ciencias, los diferentes museos, ...
Valencia un viaje para recordar. La ciudad de la luz y de la caca.
Pues creo que ese es el japonés que recomendó @Cimmerio ...
 
El Fortasec era lo primero que metía en la maleta hace años siempre que iba de viaje a alguna parte, ahora se ve que ya estoy curado de todo eso o que ya me lo he pillado todo lo que mi cuerpo podía pillar porque hace años que no lo uso.

No fue de irme por la pata'abajo si no por arriba la más grande que recuerdo. Fue en Madrid y con un cocido madrileño de esos que te tienen una semana sin comer porque estás lleno todavía. No creo que fuera porque me sentara mal si no por la tupa que me pegué de garbanzos, de verduras, de carne, de tocino, de todo vamos. El caso es que fue en unas jornadas de trabajo y después de comer, menos mal, teníamos sesión de vídeo así que me pegué un siestón de puta madre. Se ve que al despertarme de sopetón en la reunión aquello empezó a bullir y por abajo no había manera de salir o era más rápido por arriba. Fui corriendo al servicio y allí eché la primera. Se me tuvo que quedar mala cara porque al volver todos me preguntaron si estaba bien. Al acabar la jornada me volvía al pueblo y nada más entrar en la M40 tuve que echarme a un lado, abrir la puerta y echar la segunda. Al coger la A5 en San José de Valderas fue la tercera, no me daba tiempo ni a quitarme el cinturón y ya iba manchado el coche por dentro y por fuera. En Navalcarnero ya tuve que parar a echar la cuarta, limpiar el coche, lavarme un poco y echarme en el asiento de atrás porque no podía con mi alma. No sé a qué hora llegué ni cuanto tardé en llegar a casa, pero dormí como un bendito esa noche y no volví a echar nada. Lo que no me explico todavía es cómo cojones cabía tanto dentro de mi, porque las cuatro veces que vomité (que recuerde ahora) siempre echaba comida por la boca.
 
Cuando yo tenía 20 ó 21, por ahí me entró una diarrea tremenda. Recuerdo ir al cine,tomar una pizza e irme a cagar según tragaba. Me fui a hurtadillas al médico por seguridad social por no molestar a mi padre en su hospital. La médico hippy que me tocó retrasada mental no me arreglaba nada, qué subnormal, le vi la pinta de subnormal enseguida pero intenté confiar, y nada, yo cada día más flaca tipo thinner stephen king.
Ya le dije a mi padre, papi que me voy pata abaixo y no sé por qué. Me llevó a un médico de su hospital, fortasec 3 días y como nueva.
Eso te lo hubiera dado un farmacéutico nada más entrar si no te hubiera dado vergüenza explicarlo delante de la gente.
 
Madrid, 2014. Viaje de grupo antes de entrar al Museo Reina Sofía.

- ¿Nos comemos un bocata de calamares?
- Vale.
- Pero no vamos donde todo el mundo si no a un sitio "auténtico" que me han dicho.
- (Ay, pensó mi sentido arácnido)

Empezamos a dar vueltas y revueltas por callejuelas y nos llevó a la tasca más churrosa que hayan visto mis ojos, con un pestazo a fritanga y grasuza que haría vomitar a una puta cabra.

Llegan los bocatas, le hinco el diente y, no sé, tenía un regustillo como un pelín ácido. Por no quedar como el quejica del grupo me lo zampé y a base de cerveza lo metí en mi organismo.

Total, que entramos a la visita y allí mismo mi cuerpo se puso en Defcon 1 en la escala del cacaceite, unos burbujeos de volcán al punto de una erupción de cojones en las tripas que me hacían sudar frío.

- Voy un momento al lavabo, id tirando que ya os alcanzo...

Apenas me dió tiempo a quitarme los pantalones y bajarme los calzoncillos... Me salía caca semi-líquida a presión como si fueran manguerazos acompañados de una mascletá que hubiera hecho llorar a la Fallera Mayor de la emoción por los decibelios, acompañado con un pestazo a aliento de Satán que me mareaba y me nublaba la vista. Lo peor es que creía que había acabado, pulsaba el botón, y volvían los retortijones, y vuelta a empezar, así estuve ni sé el rato.

Debió ser mucho tiempo porque cuando por fin acabé, con el ojete que lo sentía como una coliflor palpitante al rojo, todos me estaban esperando fuera.

- ¿Dónde estabas?
- Es que como el Museo es tan grande me he perdido. (mentira)
- Pues te hemos estado llamando y no lo pillabas.
- Ah, es que lo tenía en silencio. (doble mentira)

Al resto del grupo también les pasó lo mismo pero con efecto bastante retardado porque en la pensión de noche yo en mi habitación sólo oía carrerillas, gñeeeeesssss de hacer fuerza y pedos de tiranosaurus rex adulto.

Eso sí, el cagadero del Reina Sofía, estaba impoluto y con abundancia de papel... Bueno, después de que pasara yo, ya no.
 
Última edición:
A mí me causa estreñimiento comer cosas distintas a las habituales por estar de viaje.
Durante mi tour por la Europa del Este me llevé casi dos semanas sin cagar con la dieta de salchichas y pan con mantequilla. Cuando por fin parecía que la cosa iba a salir atasqué el w.c con un mojón que parecía un brazo gitano, negro y humeante con restos de piel de salchicha y algo de sangre.
Estuve contemplando ese horror que había salido de mi cuerpo varios minutos antes de tirar de la cadena unas ocho veces mientras empujaba con la escobilla que acabó igual de negra impregnada de pegostes de mierda que a base de empujones, como si atacase un cañón pude hacer desaparecer entre turbulencias de agua marrón.
Me llevé con dolor de culo unos dias más. Supongo que la sensación debe ser parecida a cuando te sodomiza alguien de polla gorda.
 
Madrid, 2014. Viaje de grupo antes de entrar al Museo Reina Sofía.

- ¿Nos comemos un bocata de calamares?
- Vale.
- Pero no vamos donde va todo el mundo si no a un sitio "auténtico" que me han dicho.
- (Ay, pensé para dentro)

Empezamos a dar vueltas y revueltas por callejuelas y nos llevó a la tasca más churrosa que hayan visto mis ojos, con un pestazo a fritanga y grasuza que haría vomitar a una puta cabra.

Llegan los bocatas, le hinco el diente y, no sé, tenía un regustillo como un pelín ácido. Por no quedar como el quejica del grupo me lo zampé y a base de cerveza lo metí en mi organismo.

Total, que entramos a la visita y allí mismo mi cuerpo se puso en Defcon 1 en la escala del cacaceite, unos burbujeos de volcán al punto de una erupción de cojones en las tripas que me hacían sudar frío.

- Voy un momento al lavabo, id tirando que ya os alcanzo...

Apenas me dió tiempo a quitarme los pantalones y bajarme los calzoncillos... Me salía caca semi-líquida a presión como si fueran manguerazos acompañados de una mascletá que hubiera hecho llorar a la Fallera Mayor de la emoción por los decibelios, acompañado con un pestazo a aliento de Satán que me mareaba y me nublaba la vista. Lo peor es que creía que había acabado, pulsaba el botón, y volvían los retortijones, y vuelta a empezar, así estuve ni sé el rato.

Debió ser mucho tiempo porque cuando por fin acabé, con el ojete que lo sentía como una coliflor palpitante al rojo, todos me estaban esperando fuera.

- ¿Dónde estabas?
- Es que como el Museo es tan grande me he perdido. (mentira)
- Pues te hemos estado llamando y no lo pillabas.
- Ah, es que lo tenía en silencio. (doble mentira)

Al resto del grupo también les pasó lo mismo pero con efecto bastante retardado porque en la pensión de noche yo en mi habitación sólo oía carrerillas, gñeeeeesssss de hacer fuerza y pedos de tiranosaurus rex adulto.

Eso sí, el cagadero del Reina Sofía, estaba impoluto y con abundancia de papel... Bueno, después de que pasara yo, ya no.
Pero si el Reina Sofía está a veinte metros de El Brillante, que es el sitio de bocadillos de calamares por antonomasia :lol:

Hay que ver la gente lo que hace por sentirse especial. Me imagino a esa misma persona de tu grupo en plan "No vayamos al Museo del Prado, que es donde va todo el mundo, conozco yo un museo que ese SÍ que lo peta".
 
Me pasó esto la primera vez que fuí al KFC,me comí dos menubox de 5€ con la confianza y empeze a sudar frío mientras iba al baño de aquel centro comercial,pase de 0 a 100 km/h andando buscando el cuarto de baño como alma que corre del diablo,me tire unos pedos que retumbaban en todo el puto bater vacío en plan metralleta semi-automatica tras llegar la hecatombe nuclear en aquel recien limpiado cuarto de baño,menos mal que el baño se ubicaba fuera del KFC si no me muero de la vergüenza alli mesmo.
No sé si es que le hechan saciantes o que ostias pero no me sentí tan mal como ese día y mira que como en bares 'medio-guarros' a patadas.
 
Pero si el Reina Sofía está a veinte metros de El Brillante, que es el sitio de bocadillos de calamares por antonomasia :lol:

Hay que ver la gente lo que hace por sentirse especial. Me imagino a esa misma persona de tu grupo en plan "No vayamos al Museo del Prado, que es donde va todo el mundo, conozco yo un museo que ese SÍ que lo peta".
Ya, ya lo sé. Cuando volví un par de años después sí que fuí a El Brillante, una maravilla y me saqué esa espinita del probar el glorioso bocata de calamares.

Pero es lo que pasa cuando se pone en plan lider un tonto a las tres y como apenas nos conociamos pues no ibamos a discutir. Al día siguiente en el desayuno nadie sacó el tema pero si las miradas fueran vudú el hijoputa habría caído seco en el sitio.
 
Última edición:
Acabo de recordar otra en un retiro de fin de semana en la casa rural de un colega. Hicimos una melonada (consistía en echar vodka a un melón y hacer n agujeros poniendo en cada uno un porro e ibas fumando por otro agujero al que habías puesto la carcaza de un boli bic)
Se me soltó el vientre no sé si por los porros o por el melón aliñado pero me cagué de tal manera que no llegué al vater y lo tuve que hacer en el porche. La cuestión es que mi colega tenía un pastor alemán que se iba comiendo mi mierda a medida que la iba cagando... No sé si tiene relación pero el pobre chucho palmó a los 2 meses.
 
Durante mi tour por la Europa del Este me llevé casi dos semanas sin cagar

No se me ocurre mayor sufrimiento. Si no cago antes de ir a trabajar, me siento fatal. Si no cago al llegar de trabajar, me siento incompleto. Y si no cago antes de ducharme, me siento sucio.

Tres cagadas al día si no hay jarana.

Yo estoy tres días sin cagar en esos países que has dicho y, o me meto un palo de escoba por el ojete para desatascar, o me vuelvo en el primer vuelo.
 
No se me ocurre mayor sufrimiento. Si no cago antes de ir a trabajar, me siento fatal. Si no cago al llegar de trabajar, me siento incompleto. Y si no cago antes de ducharme, me siento sucio.

Tres cagadas al día si no hay jarana.

Yo estoy tres días sin cagar en esos países que has dicho y, o me meto un palo de escoba por el ojete para desatascar, o me vuelvo en el primer vuelo.
Tanto cagar tampoco debe ser bueno. Al menos para el ojete que lo debe de tener en carne viva.
Supongo que también coincide que no fumé nada en todo el viaje...porque aquí es echar un cigarro después del desayuno y cagar como una mirla.
 
Después de dos meses el vomito y la cagalera tocan mi puerta otra vez.

Ayer tuve que pasar la mañana con la familia en pediatría debido a vomitos y tras una noche de pinchazos en la tripa he amanecido con la cabeza en el retrete a lo que se le ha sumado una diarrea.

Sus muertos.
 
Después de dos meses el vomito y la cagalera tocan mi puerta otra vez.

Ayer tuve que pasar la mañana con la familia en pediatría debido a vomitos y tras una noche de pinchazos en la tripa he amanecido con la cabeza en el retrete a lo que se le ha sumado una diarrea.

Sus muertos.

No sufra hombre, que eso no es nada... Así empezó Echenique y mírelo qué bien le va todo ahora.

Les dejo, que voy a dar a luz a un negrito.
 
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