En mis comienzos laborales, me alisté en una empresa consultora que llevaban dos puretas ya mayorcetes, cuya magnífica idea era ir a puerta fría a las empresas de los polígonos a ofertar sus servicios para la implantación de sistemas de gestión de calidad, principalmente la ISO 9001.
Obviamente me tocó esa digna labor a mí. Algún LoL recuerdo, en especial las charos que solían estar en la recepción o de secretarias, que les decía a qué venías, entraban en bloqueo, se ponían nerviosas y algunas te confundían con el inspector de sanidad y salía el gerente a darte la mano, pero cuando se daba cuenta te mandaban al carrer inmediatamente.
Aguanté una semana, me acuerdo que uno me dejó muy tocado, el director de una empresa de ortopedia en Móstoles, cuando me dijo, pero chaval tu crees que un sistema de gestión se puede ir vendiendo como un juego de sartenes.
Me hundió. Era media mañana, y me fui al bar a tomar sermesas, y a mediodía les dije a los puretas lo mismo que me había dicho el de la ortopedia