Thelonious rebuznó:
Si os parece, podemos hacer una serie de los mejores discos de las grandes estrellas del jazz a modo introductorio para el que quiera descubrir esta música. Propongo a Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans, Lee Morgan, Thelonious Monk, Art Blakey & The Jazz Messengers... Consistiría en empezar por un determinado músico y hacer un repaso a sus mejores discos dentro de los diferentes sellos y etapas musicales por las que fue pasando cada uno.
Ustedes deciden por quien empezamos; si alguien desea añadir algún otro músico con el que empezar que lo diga...
Me parece una grandísima idea, francamente. Propongo que para hacer más digerible a los cuatro gatos que estén interesados en penetrar en el mundo del jazz se vaya haciendo siguiendo un orden, de digamos, facilidad de escucha. Si empezamos con el Bitches Brew de Miles Davis, por ejemplo, haremos más difícil que la gente se inicie que si empezamos con Duke Ellington o con algo más sencillo de Davis, como el Ballads&Blues o el Birth of the Cool. No sé qué os parece la idea, como veáis.
Thelonious rebuznó:
Realmente es desolador. Por más que uno intenta brindar la posibilidad de conocer una música tan rica como el jazz a todo aquel que supone tiene cierta predisposición para poder ser seducido por esta música, es resultado casi siempre es nefasto. Son honrosas excepciones dentro de mi grupo de amistades y conocidos los que han tenido algún coqueteo con el jazz.
Tan sólo puedo hablar de jazz con mi viejo amigo Paolo (profesor de matemáticas de la univerisad de Siena de 49 de años de edad), al cual conocí en el foro de jazz que uso habitualmente allá por el año 2004. También tengo un amiguete de Fuengirola que tiene bastante buen gusto en ese sentido, aunque el Love Supreme le desborde...
Acepto con resignación que no todo el mundo sea capaz de explorar terrenos tan profundos como los de la historia del jazz, pero de ahí a descalificar este arte desde la más completa ignorancia...No han sido pocas las veces que he oído de muchas personas tachar al jazz como de "música aburrida". Realmente, no saben lo que se pierden. Luego están los que han oído un par de discos recopilatorios de jazz y ya se creen Rudy Van Gelder.
Hace unos días tuve una improvisada conversación con un verdadero snob en la puerta de un pub popero de mi localidad. Observar como el tío iba creciéndose hablando de jazz sin tener la menor idea me empezó a revolver las tripas. La suficiencia que intentaba mostrar en sus palabras se desmoronó en seguida cuando se dio cuenta de que a mi no me la iba a pegar. No como a sus amigas con gafas de pasta y chapas.
En definitiva, me sobran dedos de la mano para contar a verdaderos amantes de la música que haya conocido a lo largo de mi vida. Como anécdota, decir que hace años conocí en el chat de un hub del Direct Connect (programa mítico de P2P) a una chica catalana de tan solo 17 años que tenía un gusto exquisito en lo que se refiere al jazz, especialmente al jazz más avanzado de finales de los 60 y principios de los 70.
Sí, es así. Yo, que ni siquiera me considero un entendido, sino un simple aficionado, que no sé mucho, sino sólo un poquitín de nada, también he tenido la sensación de ver a más de un mascachapas dándose pisto como dices. Y con respecto a lo de las mujeres, es francamente descorazonador. Descorazonador. Como casi todo con ellas.
gdx54 rebuznó:
Y digo yo, mejor que siga siendo así.
Ya sé que es egoísmo puro y duro, pero me parece bien que exista la vulgaridad y el buen gusto, si no habría forma alguna de diferenciarse del resto de los mortales, y eso es algo que se saborea muy gustosamente.
A veces te leo y veo que estás en la línea que separa la pedantería y el esnobismo del buen gusto. No me seas gafapasta, joder, no me seas como esos a los que describe Thelonious, ese discurso se parece demasiado a los que sueltan los gafapastas de BBAA. Ah, que tu eres de BBAA.

. Bah, en serio, no sé, chico, a mí me gustaría que el buen gusto estuviese más extendido, aunque eso hiciese que mi buen gusto personal fuese más común. Por lo menos no tendría la sensación de pasear entre basura.