Pero estáis posteando unos trunyos de lo más normalito, estáis haciendo como las niñas idiotas con sus cafelitos o sus tortitas con nata o sus gintonics en Instagram: poniendo la foto de algo NORMAL y enseñándole al mundo que también toman café o tortitas o gintonics, como si fuera algo extraordinario.
Poned cagaos que sean dignos de un elefante diarreico, truños como la manga de un loden, váteres salpicados hasta la cisterna, o como han dicho más arriba, un truño depuesto en la mesa del comedor, en la baldosa del kilómetro cero de la Puerta del Sol, o el truño que ponéis en el pecho de vuestras novias vestidos de portero del Osasuna, que una cagada normal y corriente en el sitio de cagar no tiene ni gracia ni mérito.