El (hideputa) que avisa no es traidor: ahí va el tocho.
Experiencias de un calvo.
Es harto sabido que este post va dirigido a la autoestima de Rubén y otros tantos alopécicos, pero como todo el mundo habla sin ser calvo, pues doy mi opinión por el derecho que me confiere ser calvorotus máximus.
Antedecentes. Calvo de nacimiento. Me creció mi primer hilillo velloso pasados los tres años de edad. En el barrio, allá por los felices 80, me llamaban Cojack. A los cuatro años me creció algo de pelo. Mi madre hizo una fiesta y acto seguido me afeitó la cabeza, bajo la creciente fe de que me crecería más fuerte. Fui albino hasta los cinco años, rubio hasta los nueve, castaño hasta la pubertad y moreno hasta que dejé de tener pelo. Mientras lo tuve, mi pelo fue fino y graso, pero abundante. Tuve melena, me lo afeité, me hice rizos... y lo disfruté.
Conversión a calvo. La transformación en bombilla duró alrededor de un año. Calvicie fulminante a los 23. Además de lo consabido, al parecer influyó el stress de ese año negro que viví. Ahora luzco la calva que llamo landiana (que luce también Javier Cámara, por decir alguien más joven).
Momento calvo. Durante la conversión a calvo y en los años siguientes perder pelo me importó una puta mierda. Tenía cosas más importantes que atender. Descubrí además que me deshacía de la carga de peinarme y repeinarme los remolinos, y de sentirme imbécil llevando el corte de moda (que siempre es de imbéciles). Motero como soy, la calvicie me dejaba exento de parecer más imbécil todavía al quitarme el casco.
Calvo maduro. Pasan los años y la calvicie ya asumida se vuelve contra mí. Es tema de conversación, los desconocidos se atreven a llamarte calvo y gente con demasiadas libertades te hace preguntas indiscretas. La calva, por culpa de los demás, empieza a afectar. Llegan las consideraciones al respecto.
Consideraciones.
- El pelo se cae porque se cae. Ni genética ni ostias. Cuando se sepa por qué coño se cae tendremos sobre la faz de la tierra al hombre más rico y poderoso. Por encima de Bill Gates y Obama (os lo juro por snoopy). La geñética es una asquerosa excusa. Curiosamente en la raza humana todo es hereditario excepto la inteligencia, que nos la hemos currado nosotros mismos porque somos así de listos. ¿O no? Con dos cojones.
- Desconocidas las causas, inexistentes los remedios. El más efectivo es el implante, por lo evidente, pero requiere de mucho dinero, algo de pelo en la cabeza (para quitarlo y reponerlo en otro sitio) y mucha paciencia en el postratamiento. En la previa de la operación te avisan de que el método es falible. Todo lo demás son inventos sacacuartos.
- Cuando eres calvo tu defecto salta a la vista de todos. Los hay que tratan de insultarte o hacer gracietas a tu costa llamándote calvo. Yo desde entonces he dado de comer a la capacidad de sacar el mayor defecto del contrincante en cero coma (gafas, dientes torcidos, culos gordos, pies zambos...) Variedad en los cuerpos nos dio Dios nuestro Señor. Prefiero ser calvo, pues el resto de mi cuerpo está impoluto de defecto.
- Tipos de calvas. Ni todas las calvas son iguales ni a todos les queda igual. No hay calvas bonitas; como calvas que son, afean por naturaleza. El que sea guapo, con buenas facciones, lo sobrellevará mejor que el feo hijodeputa.
- Cabezas afeitadas. Por lo mismo de antes, no a todos les queda bien. En mi caso no me afeito dada la alta cantidad de manchas y lunares que tengo. Afeitado parezco un traje de gitana. Mejor con pelusilla (aunque escuche tres veces a la semana la recomendación de afeitarme para parecer cool). Respecto al style, te pongas lo que te pongas todo te quedará mal.
- Calva vs. autoestima. Se piensa que lucir la calva es sinónimo de entereza y autoestima. Por esa regla de tres, ¿gordos, peludos, enanos, barrigones y demás adefesios deberían quedarse en sus casas? Amos, no me jodas. Salgo a la calle calvo porque no me queda otra.
- Calva vs. sexo. Con la calva se pierden muchos enteros, pues se reduce notablemente el número de féminas predispuestas. No por el hecho de que la calva afea, que afea de verdad, sino porque las mujeres a las que no les molesta son menos que más. Desde que soy calvo sólo atraigo a feas, gordas y viejas (por ese orden). De todas formas sigo eligiendo yo, calvo o con pelo. Con los tiempos he descubiertos que el hombre calvo equivale a la mujer obesa. Saquen sus conclusiones.
- Calva en la sociedad. Vayas donde vayas, quieras o no, eres el calvo. Para no acabar a ostias, hay que desarrollar ciertas destrezas sociales para mandar a comer mierda con elegancia a quien saca el tema cuando, donde y con quien menos interesa. También hay que saber hacer gestos cuando el interlocutor no te aparta la vista de la calva. "Y bien, ¿desde cuándo tienes las tetas caídas?" suele ser válido como arma arrojadiza tanto en hombres como en mujeres (100% de efectividad testada).
Resumen:
* Si antes ligaba poco, ahora ligo menos.
* Si antes me importaba menos ser calvo, ahora me importa más.
* Mejor calvo que malpeinao y andrajoso (nunca verás un calvo guarro).
* Mejor solo que mal acompañao (pajillas antes que tetas pellejas).
* A mí me tocó ser calvo. ¿Qué te tocó a ti? Canta tus complejos.
Anécdota:
me encata llegar al merendero en mi motaca reluciente, pero si hacer mucho ruido. Mono de cuero negro, cual power ranger venido a la tierra en son de paz. Aparco y me bajo con estilazo. Las guarrillas de turno ya me miran por detrás de sus Gabanna de mercadillo, piernas cruzadas y codo con cigarrillo. Y mientras avanzo me voy quitando el caso. Cuando me ven siempre se miran entre ellas, y encima con descaro. Es como si tuviera superpoderes y leyera sus mentes "¿te has fijao?, pero si está calvorota!". Esas veces suelo comer de lo mejorcito, reírme a carcajadas, hacer ruidito y dejar notar mi presencia. Y sí, cuando me marcho suelo hacer brum brum con la moto, porque seré calvo, pero me quedan otras cosas.
Ellas se lo pierden.
P.D: soy calvo, pero a la rubia macizona del fondo le huelen los pies. Fijo.