El problema de tener que lidiar con esa gente era en que tenias que ser alguien fuerte y con caracter, porque como fueras alguien que le afectase todo, con un "no vales para estudiar" podia destrozarte completamente y realmente creer eso. Esa gente lo que pasa esque son solo funcionarios
(algunos con problemas mentales, otros simplemente unos hijos de puta) que se creen que pueden decir lo que realmente quieren sin consecuencias y que si ellos mismos creen que esa persona no vale, hara lo posible para hundirla.
El lol es cuando se equivocan, que no saben por donde meterse cuando se encuentran con ese crio ya adulto en el mundo real.
Había que tomárselo como un desafío.
Si me hubieran dado un euro por cada vez que me dijeron «te voy a suspender como sigas haciendo eso» me habría pagado los estudios, y eso que mi nota moda en la universidad era No Presentado, por lo que salieron caros. El colegio es más interactivo, un profesor te decía eso y en un ataque de algo que piensas que es chulería pero sólo es insolencia adolescente le contestabas «¡a que no te atreves!». Si no presentas un reto a esa persona para que, de suspenderte, pese en su conciencia tamaña injusticia, eres un payaso que llama la atención.
En 5º de EGB las notas eran N.M. (Necesita Mejorar) y P.A. (Progresa adecuadamente), con algún positivo por ciertas áreas que se entendían comunes y por tanto de poco servían sobre el conocimiento de la asignatura que se calificaba.
Una profesora puso en mi cuadernillo de notas, mi más preciado bien, que sólo se me permitía sostener con orgullo cada 3 meses, que yo era un niño «altivo». Jamás se me olvidará. Porque a pesar de ser un resabiado, no conocía la palabra y tuve que buscarla en el diccionario en cuanto llegué a casa.
1. adj. Orgulloso, soberbio.
Esa misma profesora, antes de esa evaluación, me había increpado varias veces sobre si me había lavado los dientes. No me sugería que me los lavase, me preguntaba «iskariote, ¿te has lavado los dientes esta mañana?» o «tienes los dientes amarillos, ¿te los lavas?». Con una frialdad fea. La primera vez por supuesto que me pilló, las demás no. Y le encantaba ver cómo rabiaba cuando lo negaba y no se lo creía.
Hija de puta.
Me detestaba. Su opinión se veía reforzada por la de su marido, que me daba inglés porque le habían dado ese puesto teniendo menos vocabulario que Muzzy el puto mono verde sin gracia. Así era él, un puto mono con jersey verde y ni puta idea de inglés. Yo le corregía cada vez que podía, hacía un año que mi madre me apuntó a inglés y eso me daba un año de ventaja sobre él. Tampoco me tragaba, el gordo de mierda. Ella era militante del PSOE. Jamás le di la mínima importancia, pero sé que a algunos os parece carnaza. Era ese tipo de persona que se cree dueña de lo cierto y la moral, como muchas otras que te encuentras en los centros de adoctrinamiento. Ese tipo de persona no soporta que le lleven la contraria. A algunos se les va la olla y acaban mandando a medio país a Siberia, a otros con menos capacidad resolutiva les aprueban en magisterio si no se cagan encima.
Victoria, sé que no me lees, pero tu marido sí, él seguro que es forero. Pero sólo del putas. Seguro que ha llegado a su bolsillo una tarjeta de visita caída de un parabrisas, con tetas o culos y un número de teléfono. Hizo un esfuerzo cuando fue a cogerla por tener que rodear su ya oronda y peluda barriga. Es más esfuerzo del que ya nadie hace por ti, puta asquerosa.
Espero enterarme el día que mueras para abrirme una cerveza.
Una cosa sí es cierta, las niñas ahora son más putas. Mucho más putas. Putísimas.
NO. No es así.
Vosotros sois más conscientes ahora porque veis el sexo en todas partes, la experiencia os dicta que lo está.
Pero siempre hubo niñas más aventajadas. Siempre hubo una que empezó la primera a fumar y fue la más espabilada. Ahora la reconocéis por el rabillo del ojo, pero de tan niñas algunos chavales ni se enteran de qué va la película. La figura del que viene en vehículo motorizado a recoger a una que parece una infante a su lado no es un tópico que todos conocemos de oídas. Es que es un hecho. Si espabiláis, con alguna os hacéis. Cuanto más viejo más dinero necesitas para compensar lo difícil que te resulta no lucir abdominales. A cambio, tenéis que aguantar a una niñata con la que sólo podréis hablar de su cuenta de Instagram donde se lía porros y luce escotes que brillan más que el Sol.