La infancia lolérrima de Torquemada

También una vez me hizo ir al colegio en zapatos y chándal porque, según ella, se me estaban poniendo pies de pato por ir todo el día con deportivas.

Es curioso lo de los padres de nuestra generación, que a todos les parecía que las zapatillas deportivas eran algo nocivo para los pies. No sé en qué momento entendieron que el calzado deportivo provocaba deformaciones o que era malo. Luego te fijas y toda la gente mayor tiene los pies destrozados, con callos, juanetes y atrocidades aún peores, pero ey, no puedes ir en deportivas siempre que los pies se te van a _________.
 
Es curioso lo de los padres de nuestra generación, que a todos les parecía que las zapatillas deportivas eran algo nocivo para los pies. No sé en qué momento entendieron que el calzado deportivo provocaba deformaciones o que era malo. Luego te fijas y toda la gente mayor tiene los pies destrozados, con callos, juanetes y atrocidades aún peores, pero ey, no puedes ir en deportivas siempre que los pies se te van a _________.
Mismamente mi puta madre ha sido operada de graves deformidades en los pies y el galeno dijo que algo tenía que ver que llevase los pies embutidos en zapatos todo el día y la recomendó el uso de zapatillas deportivas.
No sé si sería una creencia verdadera, la de que el uso de deportivas deformaba los pieses o era una excusa porque lo que querían era ver a sus hijos como si fueran a misa por aquello del qué dirán las vecinas.
La elección de las deportivas también era lolesco. Por supuesto yo no tenía ni voz ni voto. Mi madre seleccionaba una de entre las más baratas y la doblaba de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro, supongo que viendo la elasticidad. La sostenía en la palma de la mano como si fuese una báscula y la dejaba caer al suelo, para ver si caía de suela o de panza.
Curiosamente siempre salía vencedora de aquella disparatada selección la más barata de toda la tienda.
 
Mismamente mi puta madre ha sido operada de graves deformidades en los pies y el galeno dijo que algo tenía que ver que llevase los pies embutidos en zapatos todo el día y la recomendó el uso de zapatillas deportivas.
No sé si sería una creencia verdadera, la de que el uso de deportivas deformaba los pieses o era una excusa porque lo que querían era ver a sus hijos como si fueran a misa por aquello del qué dirán las vecinas.
La elección de las deportivas también era lolesco. Por supuesto yo no tenía ni voz ni voto. Mi madre seleccionaba una de entre las más baratas y la doblaba de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro, supongo que viendo la elasticidad. La sostenía en la palma de la mano como si fuese una báscula y la dejaba caer al suelo, para ver si caía de suela o de panza.
Curiosamente siempre salía vencedora de aquella disparatada selección la más barata de toda la tienda.
Y no sólo eso, sino que esas zapatillas baratunas, de marcas rollo NEW-FAL (Yumas y J'Hayber estaban un par de escalones por encima) eran de una especie de piel sintética plastiquera que hacía que al quitártelas tus pies aparecieran blancos y como recocidos, como de haber estado con ellos dentro de la piscina, blandurrios. Yo no sé qué puto problema tenían las madres de la época que procuraban siempre que fuéramos con lo puto peor en los pies. Daba igual zapatillas que zapatos, daba igual: ibamos siempre todos con lo peor que podíamos ir. Yo creo que a nuestras espaldas les decían a los zapateros: sáqueme las zapatillas más feas, las más cutres, si tiene algunas que sea ponérselas y reírse de mi hijo toda la clase, ESAS son las que quiero. En el caso de ser zapatos, decían algo como "si tiene algunos que metan un ruido como de martillo neumático al caminar, que hagan rozaduras en puntos diferentes y que en cada par venga uno de una talla diferente y que parezca que han salido de una ortopedia, póngame esos".

De verdad, es que me resulta incomprensible. Siempre lo puto peor que podían encontrar te cascaban en los pies. Siempre.
 
Última edición:
Mi madre siempre, siempre, palpaba la puntera. Tenía que sobrar un trozo, los dedos no podían acercarse ni de casualidad a la puntera. Por que según ella el calzado no podía venir ajustado por que el pie tenia que respirar

Conforme fui creciendo descubrí que era por si me crecía el pie y se me quedaban pequeñas. Copon, si reventaba un par cada cuatro o cinco meses, que pollas me va a crecer el pie cuatro o cinco centímetros en cinco meses
 
Mi madre siempre, siempre, palpaba la puntera. Tenía que sobrar un trozo, los dedos no podían acercarse ni de casualidad a la puntera. Por que según ella el calzado no podía venir ajustado por que el pie tenia que respirar

Conforme fui creciendo descubrí que era por si me crecía el pie y se me quedaban pequeñas. Copon, si reventaba un par cada cuatro o cinco meses, que pollas me va a crecer el pie cuatro o cinco centímetros en cinco meses
Sí, eso lo hacían todas. Igual que hacían todas el rellenar la puntera con un poco de algodón si se habían pasado de talla. Lo de las madres de los 80 y el calzado de los hijos da para estudio sociológico.
 
De verdad, es que me resulta incomprensible. Siempre lo puto peor que podían encontrar te cascaban en los pies. Siempre.

Pues en mi caso, y en el de mis hermanos sobre todo, fue todo lo contrario: en los pies siempre lo mejor. Pero tenía una explicación, todos teníamos los pies planos y era mejor el remedio (zapatos buenos y plantillas caras de cojones) que la enfermedad (tener los pies planos). Lo de mis hermanos sobre todo es porque soy al único que se le corrigió del todo lo de los pies planos, ellos siguen teniendo poco puente.

Debido a este problema no tuve zapatillas deportivas hasta los 13 años. Eso si, debuté con unas "Butragueño" con banderita de España que eran las "mejores" que había en la tienda del pueblo. Luego ya me compraron unas Le Coq Sportif de 8000 pesetazas de 1988 que me tenían que durar todo un año en el internado y lo hicieron, llegaron a junio por los pelos.
 
Unas "gallinas", eso era de lo masmejor que han hecho los afrancesados. Con esas corrí mi primera maratón mientras tu estabas en el internao.
Si pero es curioso, también a mi me tocó lo de llevar de lo peor en los pies:
- Total, las vas a destrozar jugando al fútbol - decía mi mama.
Y era verdad, todo el santo día, en el recreo, en casa , jugando al fútbol, no había calzado por muy bueno que fuera que resistiera ese trajín.

Ka®ma y con Franko todo el día fútbol.
 
Y no sólo eso, sino que esas zapatillas baratunas, de marcas rollo NEW-FAL (Yumas y J'Hayber estaban un par de escalones por encima) eran de una especie de piel sintética plastiquera que hacía que al quitártelas tus pies aparecieran blancos y como recocidos, como de haber estado con ellos dentro de la piscina, blandurrios. Yo no sé qué puto problema tenían las madres de la época que procuraban siempre que fuéramos con lo puto peor en los pies. Daba igual zapatillas que zapatos, daba igual: ibamos siempre todos con lo peor que podíamos ir. Yo creo que a nuestras espaldas les decían a los zapateros: sáqueme las zapatillas más feas, las más cutres, si tiene algunas que sea ponérselas y reírse de mi hijo toda la clase, ESAS son las que quiero. En el caso de ser zapatos, decían algo como "si tiene algunos que metan un ruido como de martillo neumático al caminar, que hagan rozaduras en puntos diferentes y que en cada par venga uno de una talla diferente y que parezca que han salido de una ortopedia, póngame esos".

De verdad, es que me resulta incomprensible. Siempre lo puto peor que podían encontrar te cascaban en los pies. Siempre.
Si te deformaban los pies lo suficiente, igual te librabas de la mili, míralo así.
 
Internado!? Joder, que miserablemente Dickensiano suena también esto. No tengo ningún colega ni familiar cercano que haya pasado por algo así, salvo parientes mayores de 60 tacos.

Si, un colegio interno para estudiar. De hecho era un seminario menor.
 
Unos zapatos de esos yo que sé como definirlos, algo parecido a esto:
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Eso que no sabes definir son náuticos, el calzado más vendido en Sevilla desde 1950 hasta el día de hoy.
 
Buscando esta marca en gügel también te recomienda New Balance,despues haceis la broma con Cimmerio y sus NB :lol:
Le Coq Sportif era una marca puntera en los 80, de hecho era la marca que vistió a la selección española de fútbol en los mundiales de México 86 e Italia 90.

buitre.jpg


Oa oa oa El buitre a la Moncloa.
 
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Buscando esta marca en gügel también te recomienda New Balance,despues haceis la broma con Cimmerio y sus NB :lol:
También he tenido Le Cock de esas. No me gustan.

Ahora bien, una vez tuve unas Nisupu. Le dio a mi vieja por ahí. Y eso que ya lleva bastantes años usando las que me salían del nardo. El caso es que fuimos a una tienda del Casco Viejo, y compró unas que no eran de marca de color negro.

Pues bien, no sé si era el color negro que atraía el calor o la mala calidad de la suela, que al cabo de unos meses, por primavera, acabé en el hospital con fuertes dolores en la planta de los pies. La mínima caricia con el dorso de la mano dolía muchísimo. Diagnóstico: Pies recocidos más allá de lo normal. Crema y tirar el calzado. Con eso tuve excusa para tirar de zapatillas caras el resto de mis días de colegio.

También tuve unas John Smith, y al poco de comprarlas se separó la parte delantera de suela del resto de la zapatilla, y las tuve que sujetar con celo hasta llegar a casa.

Moraleja: zapatillas de marcas chungalís, pa mí no. Gracias.

Alguna vez, ya crecidito, he tenido algunas de Primark para verano, pero sabiendo que si me las robaban en la piscina o en la playa, me hacían un favor.

Fin.
 
Releyendo este hilo comentaré algo que me pasó en mi infancia y que casualmente mi madre, lamentablemente, me hizo recordar este domingo y reflotó un poco mi inquina hacia ella. También tiene que ver con zapatillas, cosa que veo que es un común denominador en madres de foreros, y mi historia se parece mucho a la de @Torquemada2.0

Mediados de los años 80. Todos los niños llevaban las zapatillas de moda, unas Adidas blancas con las tres rayas. Dos en negro y la roja en medio. No recuerdo el modelo pero se parecían a las Superstar o a lo mejor sí que lo eran. Las zapatillas que tooooooooooooooodos llevaban y por supuesto yo también quería, no iba a ser menos, qué coño.

Tras tiempo rompiéndole las bolas a mi padre, finalmente le suelta la pasta a mi madre para que me las compre. Mi madre en lugar de llevarme a una zapatería común y silvestre me lleva al quinto coño, a un barrio de mierda, turbio, donde solían haber tiendas de ropa de saldo, segunda selección y etcétera. Me acuerdo perfectamente que era una puta tarde lluviosa de invierno, con un frío de tres pares de cojones y oscuridad a una hora temprana. Entramos en una zapatería de mierda, de esas pequeñas con luz diáfana y cajas y cajas hasta el techo. Ella en lugar de comprarme las Adidas va y me compra unas zapatillas, literalmente, de mierda. El nombre de la marca a saber cual sería. Don Pedro o a saber. Eran de color marrón. Horrible. ¿A quién cojones se le ocurre hacer zapatillas marrones? Mi madre diciendo que estas eran mejores, más baratas y me durarían más. Yo con un cabreo y depresión monumental. Cabreo que por supuesto aumentó cuando fui el hazmerreir en la escuela por ser el de las zapatillas color caca, cosa que le reproché por décadas pero ella restaba importancia. Como si no pasara nada porque un niño llevase zapatillas color caca y lo volvieran loco en las escuela. La puta mierda de zapatillas duraron años y creo que no volvió a comprarme otras hasta que necesité otra talla. No sé si hubo trifulca con mi padre luego, quién al fin y al cabo había soltado pasta para mis Adidas.

Pues la hija de puta me recuerda del tema y de mis posteriores reproches con sorna este domingo cuando voy a ver a mis viejos para tomar un café al verme mis botas Red Wing, que a diferencia de esas infectas zapatillas sí que valen un pastón: "¿No era que no te gustaban las zapatillas marrones? jajaja"
 
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Unas "gallinas", eso era de lo masmejor que han hecho los afrancesados. Con esas corrí mi primera maratón mientras tu estabas en el internao.
Si pero es curioso, también a mi me tocó lo de llevar de lo peor en los pies:
- Total, las vas a destrozar jugando al fútbol - decía mi mama.
Y era verdad, todo el santo día, en el recreo, en casa , jugando al fútbol, no había calzado por muy bueno que fuera que resistiera ese trajín.

Ka®ma y con Franko todo el día fútbol.
Internado!? Joder, que miserablemente Dickensiano suena también esto. No tengo ningún colega ni familiar cercano que haya pasado por algo así, salvo parientes mayores de 60 tacos.
A mi al menos en tres ocasiones me amenazo mi padre con internado "No estudia pues al internado" menos mal que tenia mis defensores y en todas aquellas amenazas me libre.Los ochenta,no mas ni menos
 
Pues en mi colegio (público, no os vayáis a creer) existía una auténtica veneración por las bambas -así las llamamos acá, nomás- Era la época de las Jordan, las Air Max, las Reebok The Pump... Nos flipaban a la mayoría y aprovechábamos Reyes y cumpleaños para hacernos con unas. Yo era de Jordan -niggi-, de hecho aún tengo unas, pero las clásicas molaban mucho más. Habían otros con las The Pump todo el día dándole a la pelotita de la lengueta e incluso había uno que tenía las Shaq Attaq y llevaba cada día consigo un aparato de aire comprimido para hincharlas.

Luego estaban los parias que llevaban Paredes, J'hayber y demás.

Eso sí, en mi caso se cumplía lo de que te sobrasen un par de dedos por si te crecía el pie y lo de destrozarlas al año.
 
Paredes. Las zapatillas marrones eran paredes. Marca española y de calidad, pero menos diez en carisma.
 
Yo estuve en internados, y de puta madre. Mejor que en casa. Eso es como todo, depende de donde salgas y a donde llegues, como todo en la vida. Yo salí de un sitio y llegué a otro mejor, para mí el internado moló. Tres comidas calientes al día, dos meriendas, una a media mañana y otra a media tarde. No me despertaban de la cama a voces e insultando, no me hacían sentir un estorbo, no tenía que estar haciendo de botones o criado: que si vete a por leña, que si echa de comer a las gallinas, que vete a hacer este recado, que si vete a ayudar a tu padre a la parcela, que si coloca esto, barre el corral, limpia las corralejas, vete a por la leche, etc, etc; como los hijos de perrino, vamos. Tenía mi propio espacio que era un rincón de la habitación donde estaba mi cama. Recuerdo que eran habitaciones de 5 jamelgos y he dormido cursos enteros en habitaciones con 10 cabestros. Y algunos de ellos me sacaban varios años de edad, que poco más que era su putita.
Hubo años que incluso había calefacción, el puto paraíso, acostumbrado a una vieja casa de adobe con una humedad que se te metía en los huesos y te calaba el alma, por no hablar de los gruesos muros del internado y sus amplios pasillos que en verano eran fresquísimos, en comparación con el chabolo del pueblo, que en verano era un puto horno de barro donde te recocías a fuego lento y por las noches dormías agotado después de dar cien vueltas en el camastro sudado.
No, no, para un mierdecilla un internado es lo más parecido a vivir como un señorito. No para vosotros, claro, que estabais siendo malcriados en casa y todo lo que no fuese trataros como príncipes os resultaba hostil.
 
No me despertaban de la cama a voces e insultando, no me hacían sentir un estorbo, no tenía que estar haciendo de botones o criado: que si vete a por leña, que si echa de comer a las gallinas, que vete a hacer este recado, que si vete a ayudar a tu padre a la parcela, que si coloca esto, barre el corral, limpia las corralejas, vete a por la leche, etc, etc; como los hijos de perrino, vamos.


En los huesos los tengo, no te digo más

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A mi me paso como al resto del foroc, a pesar de nacer a principios de los noventa. No tanto por las zapatillas sino por heredar ropa de mi hermano 9 años mayor o de ropa cedida por conocidos que a sus hijos ya no les valian. Me acuerdo sobre todo de un jersey de lana que me picaba su puta madre. Tambien tengo que admitir que tuve suerte y no recuerdo que nadie en mi clase vistiera demasiado de marca o hicieran burla de la vestimenta de los demás.

En aquella época no lo entendia y me enfadaba mucho el no poder tener ropa "mia", pero cuando te haces mayor y te das cuenta que no es que tus padres no quieran comprarte ropa sino que intentan darte lo mejor que pueden con lo que tienen te sientes como un subnormal por enfadarte con ellos de pequeño, ya que son los primeros en sentirse mal.

Creo que se me quedó algo en el subconsciente desde pequeño ya que ahora pudiendo permitirme comprar ,mas o menos ,la ropa que quiera solo voy a tiendas cuando hay rebajas.
 
La infancia de Torque parece sacada de 13 Rue del Percebe, la de Verru de libro de Dickens o Viaje a las Alpujarras años 40. Es lolérrimo y a la vez deja un poso de que las madres antes estaban hechas de otra pasta. Caprichos los justos, y una zapatilla volante o mocazo para quitar tonterías. Lo de las marcas sí concrepo, ya en esa época éramos un poco esclavos. Y los que íbamos a coles nacionales, con cada uno como lo mandaban, sin uniforme ni ostias, sí se notaba.
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Yo, como era futbolero, y jugábamos en cemento, las zapas o playeros me duraban dos telediarios. Así que al final, me acostumbraba a jugar con los J'Hayber, y no veas lo complicado de tener cierto toque con esos tochos. Otra cosa lolérrima es que tengo primos mayores y heredaba sus camisetas futboleras que usaba para ir a Gimnasia. Así que me plantaba ya en 7º de EGB con la camiseta de Brasil 70 del año de maricastaña, que aunque era muy delgado, me quedaba ya demasiado justa, pero es que molaba ir con esa camiseta. Y envidias que despertaba. La camiseta fue rulando por mi familia, con miles de lavados y ni un roto. Algodón del bueno.

En la calle también formamos equipo, aparte del cole. Y total, como andábamos justos, montábamos una especie de mercadillo donde cada uno bajaba los tebeos que teníamos por casa y luego nos pillábamos unas camisetas todas iguales para jugar en el torneo del barrio. El caso es que juntamos las camisetas, pero nos faltaban las medias, y nos fuimos todos a una tienda de saldos de ropa del año del hambre. Y así salíamos a jugar, los Stars, con nuestras camisetas verde brillante, con su número y todo, y unas medias rojas y blancas, de franjas horizontales (Atlético Aviación o así) que eran las únicas que tenía la tienda disponibles.

Causábamos cierta risa y nos vacilaban, pero luego ganábamos y se pasaba al guasa al rival a base de leña y goles. Las medias aun deben de andar por casa de mi madre.
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Mi padre solamente nos acompañó una vez. Y fue para ver si era verdad que los zagales de la edad de mi hermano llevaba los pelos de punta.

Se puso de moda ese peinado y a mi viejo le parecía una aberración. Cuando lo vió una mañana le dijo que así no salía a la calle. Mi madre que si, que era lo que se llevaba. Mi padre que no, que donde iba que esos pelajos y que no le volviera a echar laca en el pelo al zagal. Al final dijo mi padre se venía con nosotros a ver si era verdad.

Calle arriba los cuatro, mi hermana partiendose el ojete y diciendole a mi hermano que iba a cobrar, mi hermano acojonado por si no veía a nadie con los pelos de punta y al lado de mi padre intentando mantener su paso y sin comprender la cara de mala hostia que llevaba y que no presagiaba nada bueno. Llegando al colegio nos tropezados con uno que iba a la clase de mi hermano, y llevaba los pelos de punta. Mi padre soltó un bufido y le pregunto a Juan como lo debaja salir su padre así. Este le dijo que no lo había visto aun, pero seguro que el dia que lo viese no salía mas así. Tambien te echa tu madre laca?? le preguntó mi padre. No, limon, que se quedan mas tiesos, le respondió.

Al llegar a la escuela, mi padre miró por la verjas y vió un monton de zagales con los pelos de punta, casi todos los de la segunda etapa los llevaban así. Se cago en dios tres o cuatro veces y le dijo a mi hermano que vale, que los pelos de punta pero sin laca. Que a partir de mañana se los pusiera tiesos con limon.

Esa fue la única vez que me acompañó mi padre al colegio. Siempre solos, lloviendo y con frío. Paraguas y botas de agua en invierno esos dias. No recuerdo a nadie conocido al que le llevaran sus padres.

No se en las ciudades como sería en aquellos tiempos. Pero en Granada da grima vez las colas que se lían ahora por los padres dejando a los niños en la misma puerta

Les acompañan al colegio hasta que cumplen 12 años los muy hijos de puta :face:
A nosotros como mucho hasta que empezabas la egb con 6 años. Como mucho.
Las historias de Torquemada2.0 muy lolescas. Hoy le dice una madre a un zagal para poner una rodillera, y el niño 👦 le saca los ojos. Luego si, mamá acompáñame a casa de Juan que me da miedo. Yo es que me cago en todo
 
Les acompañan al colegio hasta que cumplen 12 años los muy hijos de puta :face:
A nosotros como mucho hasta que empezabas la egb con 6 años. Como mucho.
Las historias de Torquemada2.0 muy lolescas. Hoy le dice una madre a un zagal para poner una rodillera, y el niño 👦 le saca los ojos. Luego si, mamá acompáñame a casa de Juan que me da miedo. Yo es que me cago en todo

@Perrino Chico, discrepa mucho con ese comentario.
 
Respecto a los zapatos y chándal, en mi clase había uno que siempre iba así, por un problema en los pies, pero nunca sufrió chanzas por ello.
En aquella época, los niños, el 99 %, iban todos los días con chándal. En cambio yo, desde muy infante iba con vaqueros etc con zapatos. De hecho nunca me ha gustado el chándal. Llevaré como 20 años sin ponerme uno para salir a la calle, ni aunque sea para echar la basura.
Y cuando había un evento, yo quería ir vestido como los mayores, con mis pantalones, camisa y a poder ser corbata. En mi época había chavales que iban a las bbc en chándal :face: hay un sitio en el infierno reservado para ellod
 
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