Hoy es domingo, y os voy a dirigir una homilía, queridos hermanos.
En este momento de lamentos , lloros y rechinar de dientes. Cuando parece que hasta el Gimnástico de Tarragona nos golearía sin piedad. En el día en el que muchos creen que Mbappe no vale ya ni para taco de escopeta. Y que Ancelotti es un anciano borracho al que llevan al Estadio en silla de ruedas, y dopan con pastillas para que no se caiga al suelo y se orine encima. Ahora, que desesperáis. Que os mesáis los cabellos, lloráis desconsolados y habéis abandonado vuestro aseo personal. Ahora, os tengo que contar unas cuantas verdades. No es la primera vez que las digo, pero no me oísteis. No me importa, he sido Casandra en muchas ocasiones.
Primero , el galacticismo tira al monte.
Florentino Pérez, alias el ser superior, alias el Querido Líder, o como él más modestamente se autopercibe: «Dios», es un empresario y gestor espectacular. Ha llevado al Madrid a ser el líder del fútbol actual atendiendo factores económicos o de impacto de mercado , y todo ello con unos éxitos deportivos incuestionables. Yo no voy a decir lo contrario, sería absurdo. En su primera etapa, aunque económicamente fue un éxito, el fracaso deportivo final lo hizo apartarse. Ya en esta segundo período en el que estamos, pulió errores pasados y ha mejorado el rendimiento. Pero la visión que tiene del fútbol es la de un espectáculo atractivo para la venta de productos, para el impacto mediático y para ello confía en traer a las mejores estrellas posibles. Eso está bien, pero a veces un equipo necesita jugadores no tan rentables pero sí necesarios para que un equipo de fútbol funcione. La clase media con la que no construyes un equipo, pero sí completas tus carencias. Ahí Flóper ha fallado siempre, y especialmente en este último año. Primero, traer a Mbappe era un reto personal del presidente que ha conseguido contra viento y marea. Un éxito que mide su capacidad empresarial extrema. Pero había un problema: Mbappe es extremo izquierdo , y ya tenemos al mejor extremo izquierdo del mundo. Yo no digo que Mbappe sobre en ningún equipo. Alguien de tal calidad yo lo querría hasta de utillero. Pero fríamente, había otros puestos más urgentes, que han sido desatendidos porque el esfuerzo económico se ha focalizado en la estrella francesa.
Lo cierto es que dos piezas claves como Kroos y Nacho, sumadas al único 9 especialista que teníamos, Joselu, han salido sin traer a nadie en su lugar. Una defensa que ya el año pasado andaba un poco dubitativa, este año está directamente en cuadro. Y esto viene porque Flóper nunca ha creído en los refuerzos especialistas puntuales. Los que no venden camisetas. El bloque 6 veces campeón de Europa ya está acabado, y el reemplazo no está equilibrado. Aunque tengamos el mayor número de estrellas que podamos recordar en una plantilla. Este galacticismo , dicho sea de paso, se ha llevado por delante a la cantera, que no ha aportado NADA a las últimas plantillas. Puede que sea la falta de calidad de las recientes hornadas de chavales, o una política y un cuerpo técnico que no apuesta en absoluto por el talento local. De una forma o de otra, la cantera se ha convertido en un lujo inútil. Y eso es bastante doloroso en un día como hoy. Cuando perdemos ante un equipo que , aunque por necesidad, se nutre de formación local con notable éxito.
Segundo. El desorden táctico, mal endémico del Madrid.
Cuando nos pinta la cara un equipo con orden táctico, ya sea lo sucedido contra el Barcelona, o cuando hace dos años nos repasó el City en la Pérfida Albión, sale a la palestra la forma de jugar del Madrid. Ese eterno «no juega a nada». Aquí hay que puntualizar algo. Ningún equipo de alto nivel puede rendir sin una táctica. El Madrid, por supuesto, la tiene. Los jugadores tienen un plan, un rol en el equipo y lo intentan llevar a cabo más o menos. Lo que sucede es que ese plan es más visible en otros conjuntos. Y la sensación de «ejército de Pancho Villa» que siempre ha acompañado al equipo blanco , hasta en las noches de mayor gloria, es como la marca de la casa. En momentos como éste la gente indefectiblemente mira al banquillo y exige al entrenador de turno un rigor táctico que observa en nuestros rivales. Es verdad que un partido después, cuando golea al siguiente, nadie pide táctica. Pero la cuestión siempre flota en el ambiente.
La cuestión es ¿puede el Madrid jugar tan ordenado como ayer el Barcelona, o el City de Guardiola? ¿Puede hacer una presión tan ordenada o unas ayudas tan perfectas? ¿puede defender con líneas adelantadas volcado en el campo contrario? ¿algún entrenador «all over the world» podría llegar al Santo Grial de jugar como una máquina con la materia prima que tiene el equipo? Porque juntas a los mejores, jugando perfectamente engranados, y sería ya la Estrella de la Muerte del fútbol.
A esa pregunta, que yo mismo me he hecho en incontables ocasiones, puedo responder que «no se puede tener todo». Un equipo de estrellas nunca tendrá un gran orden táctico, y para tener orden necesitas jugadores que se sacrifiquen al máximo por el equipo sin preocuparse de sus números personales ni de brillar. El Barcelona actual de esos chavales ha encontrado la materia prima idónea. Los Gavis, Pedris, Cubarsís y compañía no se creen que estén jugando en el primer equipo, que vayan por Europa y que encima estén ganando. Harán lo que diga el entrenador sin cuestionar nada. Son un cúmulo de casualidades, y el «hacer de la necesidad virtud». La planificación estelar del Madrid impide que podamos llegar a un orden similar. Y lo más importante , no creo que ningún entrenador lo consiga. Benítez el «científico» duró tres meses en esta casa. Los mejores resultados siempre han venido que preparadores un poco «caóticos». Y que han metido la táctica que han podido, hasta el punto de que las estrellas no se te rebelen. Si quieres estrellas, vender camisetas y mucho brilli-brilli, es el precio a pagar. Esto lo puedes compensar en parte teniendo jugadores de nivel medio que sí se sacrifiquen. Idealmente de la cantera, que les da el plus sentimental. Pero como hemos dicho en el punto anterior, el «galacticismo» tiende a cargarse al jugador «de relleno». Y el caos aumenta.
Tercero. Vamos a morir todos.
Tradicionalmente tras una debacle, aparece una figura mítica: «La Limpia»(Tm). Los jugadores no valen, no sienten los colores, son un hatajo de vagos y maleantes más preocupados por comer en restaurantes de moda, en lucir como gánsters de Baltimore o en acostarse con la enésima petarda de reservado de club (y que después los denunciará por abuso). El entrenador es un viejo decrépito al que nadie hace caso. La estrella fichada a precio de oro resulta que está más acabada que las Spice Girls.
Los desahogos son comprensibles. Uno se cabrea como una mona y lo paga con todo bicho viviente. Pero normalmente cuando uno se enfada no piensa con claridad.
¿Qué equipo tenemos?. Pues resulta que tenemos una plantilla con varios de los mejores jugadores del mundo. Además, ayer no salieron apáticos ni dieron el 80%. Ante su púlbico y ante el Barcelona cualquier jugador de la plantilla da lo que tiene. Mbappe no está acabado ni nada parecido. Ayer falló mucho, cayó en muchos fueras de juego y no le salió nada. Pero yo no ví a un jugador lento o fuera de las jugadas. Pudo meter perfectamente tres goles. Y ahora todos le estarían lamiendo el orto con devoción. Los demás jugadores tampoco tuvieron su día, pero no los ví desmotivados ni apáticos. No metieron las ocasiones de la primera parte, no ensayaron bien cómo romper el fuera de juego (y estaban avisados) , y ellos llegaron con el 0-0 al descanso. Luego el Madrid fue volcándose arriba más y más, dejando espacio atrás y llegaron los goles. Ahora, si hubiésemos llegado al descanso con un 1-0 al menos, no habríamos dejado tanto espacio atrás, y ellos en estático no son tan peligrosos. Igual el resultado habría sido el opuesto. Por tanto, no cortemos nuestro cuerpo todavía.
La plantilla es en general buena. Falta trabajo táctico, es evidente, y faltan refuerzos en posiciones concretas. Pero no todo está perdido. Es muy real la posibilidad de no ganar nada este año. Pero todos hemos visto que en una temporada tan larga, equipos que parecen invencibles al principio terminan con problemas para entrar en Europa League. Y lo contrario. Lo único que se puede hacer es seguir trabajando la táctica (quizá el palo de anoche anime a ensayar más a los jugadores), quizá algún refuerzo que se ponga a tiro en Diciembre, y a pasar el año. Y ya planificar para arreglar nuestras carencias de cara a la próxima temporada.
Mientras, a disfrutar la montaña rusa.
Podéis ir en paz.
Muerto por dentro+el inicio de la golden axe
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Muerto por dentro
