Ella manipulaba de tal forma a Salva que las cartas que le escribía ella a él, siempre las sellaba con corazones y besos:
Salva le respondía a las cartas terminando siempre con dibujitos. Las realciones sexuales entre estos dos eran esporádicas, y se limitaban al sexo oral. La muy hija de puta no paraba de escribie que el amor no era una cuestión física, que eso no era lo más importante, y blablablabla. De todas formas, el tal Salva, claudica con todo. Es su puto esclavo.
Salva, con su mujer y su hija de 19 años: