Mi caso

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Pues yo estaba convencido que A lo que tenia era vértigo a salirse de los parametros que hasta entonces habian regido su vida y por eso no podia asumir la reciprocidad por parte de B.

Pero no.
 
Ainnnnnsssss!!!dejate de matematicas,no tengo ganas de hacer ecuaciones,hablanos en cristiano venga! :lol:
 
CaptSamuelVimes rebuznó:
...Racknarok...


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Werther rebuznó:
Siempre amanece un nuevo día y siempre sigue todo igual. Llega un momento en la vida en que te das cuenta de que lo que te queda por vivir va a ser una sucesión de actos que sólo se van a diferenciar en pequeños matices. Conoces a una mujer, luego a otra, a otra…, y son todas iguales, únicamente cambia el tono, mas no la melodía. Vas al trabajo, una jornada, otra, otra…, pura rutina. Te presentan a una persona, dos, tres…, todas con personalidades parecidas. Ves, miras…, y nada cambia, el escenario es invariable. Por eso A no actúa, espera y observa, deseando con toda su alma que este círculo vicioso se rompa. Allí está B, ¿tal vez una esperanza o lo mismo de siempre? A sabía que debía actuar, pero para él la reacción de ella o cualquier acto tendente a unirlos era fundamental. ¿Sería B algo ajeno al mencionado círculo? Tal cuestión lo paraliza a la espera de que si llega a la conclusión de que es afirmativa, actuará, puesto que la quiere. Pero el resultado es el contrario, ya que B está en el círculo, y A observa con tristeza que toda esperanza se ha frustrado.

Creo que todo queda muy claro.

He estado en esa misma situación durante largo tiempo. Me consumía por dentro, me hacía cada vez más pasivo, dejándome llevar por las circunstancias, hasta que la vida me dió dos ostias bien fuertes y espabilé, ya que no podía hundirme más. No esperes a que te lleguen las ostias.

Haz deporte, llama a amigos de esos que no ves desde hace años, haz alguna locura... rompe la puta rutina, esos círculos sociales que cada vez ahogan más, y verás como coges oxígeno y valor suficiente como para enfrentarte a cualquier cosa. No tienes por qué dar todo por perdido si no lo has intentado. La sensación del "¿qué hubiera pasado si...?" es horrible. Nunca te quedes con la duda.

Al final, lo que no mata engorda.
 
Juarez rebuznó:
Ves y diselo lo que te importa ella.
Es difícil conjugar tanta indecencia lingüística en una frase: ve y dile cuánto te importa. Más sencillo, más bonito, "más mejor".

En cuanto al rollito de A y B, creo que al señor Werther la oposición le estrangula el ánimo y no ve que hay vida más allá de la mesa de estudio, que el mundo sigue siendo de colorines y que quien quiere puede disfrutar de la vida, sólo hay que empeñarse en vivir. Mejor con mayúsculas: VIVIR.
 
Misógino Empedernido rebuznó:
En cuanto al rollito de A y B, creo que al señor Werther la oposición le estrangula el ánimo y no ve que hay vida más allá de la mesa de estudio, que el mundo sigue siendo de colorines y que quien quiere puede disfrutar de la vida, sólo hay que empeñarse en vivir. Mejor con mayúsculas: VIVIR.
Tal vez tengas razón, el hecho de opositar y trabajar a la misma vez está matando a A. Ya no es sólo que se levante todos los días a las seis y media de la mañana para ir al trabajo y termine a las 8 de la tarde, para acto seguido ponerse a estudiar hasta las doce de lo noche, sin contar las nueve horas que le dedica a los estudios los sábados y los domingos; sino el propio hecho de que para A suspender esa oposición sería lo mismo que recibir sentencia de muerte. Es la probabilidad del suspenso lo que le atormenta, porque para él sería inasumible un fracaso tal, por mucho que sepa que la gente tarda unos tres años en aprobarla, echándole una media de 8 horas al día. Y es que A es muy exigente consigo mismo, e infravalora todos sus méritos, aunque haya recibido una llamada del bufete Garrigues para que trabaje con ellos, que es a lo máximo a que se puede aspirar en aquello para lo que ha estudiado. Esa inseguridad, A la extrapola a todo lo demás, haciendo mundos de pequeñas tonterías, adquiriendo para él tintes existenciales lo que para otros son meras tonterías.
La pobre B no se entera de nada, aunque parece que disfrute viendo como A se atormenta, a tenor de cómo se ríe cada vez que A le cuenta sus penas. B siempre responde a A: algún día te tendría que pasar algo malo de verdad.
 
Werther rebuznó:
Y es que A es muy exigente consigo mismo, e infravalora todos sus méritos, aunque haya recibido una llamada del bufete Garrigues para que trabaje con ellos, que es a lo máximo a que se puede aspirar en aquello para lo que ha estudiado.
Conozco el paño y aquello es un calabozo. Si ahora cree que no tiene vida pruebe a vender su alma al demonio G, le parecerá que antes tenía una rica vida de ocio y esparcimiento.

Por otra parte, el éxito profesional no debe ser nunca el baremo de la felicidad ni de la autoestima. Yo me enorgullezco de la persona que soy, no del trabajo que tengo.
 
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