Día 1. Primera mañana en la ciudad
El primer día todavía se nos notaba la falta del sueño del viaje, así que tocaba día "tranquilo", recorrer el Midtown neoyorkino, comer en Central Park, algún museo y seguir cogiendo el ritmo a la ciudad.
Volvería a ser un día caluroso, así que nada mejor que un latte macchiato con hielo mientras dábamos los primeros pasos a la luz del día, y como no, como el turista empanado que soy, cámara en mano, vaso de plástico en la otra, mirada hacia arriba entre las avenidas, tropiezo y acabo tirándome medio café encima

Por suerte todavía estábamos a dos calles del hotel y en unos minutos volvía a estar con el ánimo intacto.
Compramos la imprescindible Metrocard para una semana a 31$ + 1$ por la tarjeta. Aunque íbamos a estar pocos días, quedaba amortizada de largo con la cantidad de viajes que íbamos a hacer. No recuerdo el precio del pase diario, pero no salía a cuenta. Y primer contacto con el metro, caótico, agobiante, techos bajos, gente con prisas, vida bajo la ciudad. Al final te acabas acostumbrando y consigues orientarte bastante bien. Gracias a los consejos de kokillo por la diferencia entre trenes locales (señalados con un círculo) y los express (dentro de un rombo) aunque en la guía también quedaba claro y por la parte de Manhattan no hay mucho problema a parte de pasarte una o dos estaciones. Otra cosa es si vas a alguna zona más alejada, que un express puede saltarse bastantes estaciones.
Normalmente las lineas van de Uptown a Downtown, por lo que es bastante fácil situarse, caso a parte es que por la misma vía pasan varias lineas, locales y express, pero para moverse por Manhattan no hay apenas problema. Si hay que ir de este a oeste, lo mejor es buscar una parada de bus en una calle en la que la dirección sea la deseada y mirar la inforamción de las paradas o preguntar. Que eso es algo que me ha sorprendido, la gente estaba muy atenta a dar indicaciones, a entablar conversaciones de una manera mucho más natural que aquí, que te pueden mirar raro por hablar con un desconocido sobre cualquier tema en la calle.
Tengo fotos para aburrir dentro de las estaciones, desde carteles, los metros con su metal pulido y sus banderas americanas, los asientos interiores, bandas de jazz tocando en el andén, polis vigilando, gente pintoresca, gente esperando, corriendo, leyendo. Vamos, estampas típicas de cosas que hemos visto 100.000 veces en las películas que al primer momento te evocan recuerdos y pones el modo "noparodehacerfotos" en marcha. Por suerte, ese virus también se supera rápido y uno acaba centrándose ya que si no todo se eterniza.
Y siguiendo con el relato, empezamos el día en Grand Central Terminal, y la verdad es que ni se que foto poner, los altos techos abovedados con las columnas de marmol, las lámparas o el punto de información central coronado por un reloj. Los amantes de la fotografía pueden informarse para escoger la hora ideal para una iluminación perfecta, o hacer fotos desde encima de las escaleras con una alta exposición para capturar el movimiento de la gente.
Es que es la primera parada y uno puede estar hablando horas sobre una puta estación, que si sus millones de usuarios, sus referencias cinéfilas, sus bares, el rincón de los susurros... creo que tendré que bajar el ritmo, pero se me nota que me ha gustado la ciudad

y me está gustando recordarlo mientras lo voy escribiendo.
En la misma 42st hay un par de puntos más obligados de parada, la NY Public Library que tiene la entrada principal en la 5ªAv, con la famosa sala de lectura (Rose Main Reading Room) que estaba cerrada por obras de mantenimiento, pero en la misma biblioteca es posible encontrar alguna exposición gratuita, en nuestro caso de fotografía sobre los barrios de la periferia de NY.
En la parte posterior de la librería, Bryant Park ya nos muestra la otra cara de la ciudad, los espacios verdes, esos parques totalmente aprovechables, con servicios a disposición de los ciudadanos, con terrazas públicas donde poderte sentar en una mesa a pasar el rato, y amplias zonas en las que el ocio y el relax son posibles a pesar de estar en plena ciudad.
Siguiendo por la 42 llegaríamos hasta Broadway y subiendo de nuevo a Times Square pero nosotros bajamos en dirección al Empire State en la 34. En Broadway están los famosos Macy's y es una zona de tiendas y de compras para el que se quiera dejar los cuartos comprando casi lo mismo que puede encontrar por aquí. No comparé precios más que viendo algún que otro escaparate, pero era temporada de rebajas y no me pareció que valiera mucho la pena.
A pesar de no tener previsto subir al Empire State, se puede visitar la entrada del observatorio en los bajos para ver algo del estilo art-deco del edificio. También hay una estación de metro y se puede acceder por uno de los laterales y así se aprovecha para curiosear un poco.
Desde allí combinación de bus y metro para acercarnos a Central Park y buscar algún sitio para comer. Paramos en Columbus Circus (esquina inferior izquierda) para empezar a recorrer el parque, pero en esa misma esquina hay otro par de sitios de casi obligada visita. El Lincoln Center con una sala espectacular para conciertos de jazz y vistas al parque (imagino que debe tener unos precios prohibitivos) y luego hay un mirador en la novena planta del Museum of Arts & Design. Al final lo dejamos para el último día y no pudimos pasarnos (La entrada a 16$ no es de las más caras para los museos de la ciudad).
De Central Park creo que también podría estar horas hablando y eso que apenas pude ver una cuarta parte del mismo. El parque se encuentra entre Central Park West y la 5ª Avenida, nosotros entramos por el lado oeste y fuimos subiendo, pero aquí no puedo recomendar una ruta, hay que pasear, ver a los grupos de gente jugando partidos de baseball, corredores y ciclistas, zonas de skaters, los puentes típicos con sus pasos subterráneos, y como siempre las posibilidades son múltiples. También durante el veranos hay un teatro gratuito donde se representan obras de Shakespeare pero hay que pasarse durante la mañana para recoger las entradas.
Free Shakespeare in the Park
Llegamos a Strawberry Fields y el mosaico en homenaje a John Lennon, atiborrado de gente y con un músico cantando canciones. Si vas con la idea de tener un momento de tranquilidad y rendirle algún tipo de tributo, busca otras horas.
Muy cerca de ahí está el Museo de Historia Natural, entramos para ver el hall de entrada y comprar algo de dinosaurios para un compromiso, pero la tienda estaba en el interior del museo y no teníamos tiempo material, el MET nos esperaba. Le preguntamos a un policía si podíamos pasar a la tienda y nos dejó entrar sin problemas, supongo que podríamos haber aprovechado para entrar gratis, pero el no llevar la pegatina cantaba un poco y supongo que en cualquier momento nos podrían haber pegado el toque, pero si alguien quiere probar.
Menudo tochazo y todavía no hemos ni parado a comer...

Y además Photobucket me ralentiza el trabajo cosa mala. Creo que tocará seguir mañana...