Maralok
POWER RANGER PL
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Cualquier forero inteligente, al leer el título, probablemente deduzca de manera errónea que puedo personificar al típico listillo old-school que ve como sus presuntos conocimientos sobre fotografía/tratamiento de imagen son eclipsados por esta absurda moda que ha surgido a razón de los presuntos avances en las tomas y el tratamiento de imagen que se anuncian en el título. Pues No. No tengo ni puta idea de fotografía. A duras penas consigo combinar colores con ligero gusto y que no me estallen los ojos (por ahí hay cientos de tuneos míos que lo constatan). Incluso mis fotos de carnet tienen un aire a cenobita que tira de espaldas (y ahí únicamente soy responsable al 50%, el resto de culpa es para el propietario del socorrido fotomatón de turno). Y puedo decirlo muy orgulloso: ME GUSTA ASÍ.
Tú y yo somos así, que no se te olvide
Soy partidario de mostrar la realidad. Odio a la gente que retoca sus fotos: las zorras "perspectivescas" que se toman fotos ante el espejo de sus letrinas comunitarias. Odio a tu primo el del pueblo que le borra los cráteres de la varicela a tu hermana la tetuda. Odio a cualquier subnormal/a que aumenta el brillo de sus fotos hasta casi hacer desaparecer las incongruencias faciales de su fallida génetica. Odio incluso a la limitada inteligencia de la cámara de tu móvil que identifica las caras y borra los ojos de satán de la cara de tu abuela en nochebuena.
El puto amo del Photoshop
Antes las normas sociales permitían eludir el visionado insulso de los cienes y cienes de fotos de las vacaciones del siempre, siempre, puto fotógrafo amateur que todos tenemos en nuestro entorno: con estar un poco alerta en nuestras conversaciones con cualquier cenizo de estos: palabras como "Proyector Fotográfico", "Álbum", "Fotolibro", etc. te anticipaban una aburridísima velada y podías poner pies en polvorosa antes que someterte a la tortura de sus creaciones. Hoy ya no.
Cualquier hijodeputa con un móvil semidecente y con el Instagram o cualquiera de sus clones SE CREE QUE ES EL PUTO REDESCUBRIDOR DEL ARTE GRÁFICO. Instagram, para cualquiera que no lo sepa todavía, es la aplicación chupi-gafapástica que cuenta con multiples filtros que permiten dotar a cualquier foto de un aire cool.
No, no se rían. Esta internec llena de muestras:
Ejemplos aleatorios donde los tonos decadencia y cámara rota se funden en uno sólo
Extracto de El País (11/07/2012):
“La vida vista por una Lomo es maravillosa. Fuera, no tanto”
Los fundadores de Lomography hablan del presente y del futuro de la marca de fotografía analógica
Dos estudiantes, Matthias Fiegl y Wolfgang Stranzinger, descubrieron a principios de los 90 una cámara austriaco-soviética durante un viaje por Checoslovaquia. Era el intento de copia de un modelo de cámara compacta japonesa que había realizado la empresa estatal LOMO, un conglomerado industrial muy relacionado con el Ejército que fabricaba hasta componentes de misiles. Fiegl y Stranzinger comenzaron como meros contrabandistas, comprando las cámaras en San Petersburgo y vendiéndolas en Viena. La URSS se caía a pedazos y ellos vieron una oportunidad de hacer negocio con esas cámaras de fotos con colores saturados, estética algo kitsch. Ayudó a la supervivencia de la aventura empresarial el entonces vicealcalde de San Petersburgo, Vladimir Putin, por el que pasaban todos los negocios de la ciudad y que les permitió que se hicieran con la licencia para poder fabricar ellos mimos las Lomos en factorías chinas bajo la firma Lomography.
Hace calor en la tienda, la puerta está abierta y se mete el ruido de la calle Argensola. Fiegl saca algo de su pantalón, y uno no se da cuenta de que es una cámara de fotos hasta que oye el obturador. Deja sobre la mesa la LOMO LC-A+, su modelo más representativo. Ninguno de ellos saca un teléfono móvil. "Tira miles y miles de fotografías", aclara su esposa Sally. Algunas de esas fotografías personales están incorporadas al catálogo de las cámaras. “Mira, ese de allí es nuestro hijo”, dirán luego señalando a una de las imágenes veraniegas que cuelgan del muro de la tienda. Transmiten ellos mismos la filosofía de la lomografía, una suerte de principios entorno a su universo de cámaras. "La fotografía en los años 90 era algo muy serio", explica Sally. "La gente estaba acostumbrada a usara la cámara solo en los cumpleaños y las navidades. Nosotros le quitamos seriedad, y empezamos a decir a la gente que cogiera la cámara, se la llevara a su bolsillo y se pusiera a disparar en su día a día".
Uno de los puntos fuertes de lo que estos tres socios han logrado es la comunidad entorno a estas cámaras hechas con mucho plástico. El usuario no compra solo la cámara, si no el acceso a encuentros, exposiciones e intercambio de pareceres con gente que comparte la misma pasión por la fotografía.
Parece contradictorio, pero la lomografía, pura fotografía analógica, está unida a Internet desde sus inicios. En 1994, ya tenían una web; en 1998 ya daba la opción a los usuarios de subir sus propias fotos y compartirlas con otros usuarios, seis años antes de que Flickr, la gran red para difundir fotografías, viera la luz. "Para nosotros era algo natural", explica Fiegl. “Nacimos en Viena, Austria, pero enseguida nos expandimos. La gente necesitaba tener una referencia, e Internet nos ha dado esa posibilidad de intercambiar intereses con otras culturas y sensibilidades”. Sally intercede: “Estás con una cámara, fotografiando, necesitas comunicar, es normal que quieras compartirlo por la web”. Y Fiegl añade: “Pero no buscamos ni los datos ni saber nada de nadie, como otras páginas que enseguida te piden un email para darte de alta. Nosotros dejamos que todo el mundo pueda navegar y que sea muy fácil participar”.
Uno puede pensar que la fotografía analógica es un engorro, cuando tenemos imágenes a golpe de clickdesde cámaras digitales o teléfono móvil. La moda ahora es Instagram, una aplicación para smartphones que permite hacer fotografías con aire analógico y compartirlo en una red social. "A Nosotros nos encanta Instagram", se arranca Fiegl al ser preguntado por la aplicación, en una respuesta a la que vuelve a la filosofía de la marca, a sus principios con los que venden cámaras. "Muchos de los que trabajan para nosotros la usan. Pero es distinto. Se trata de compartir inmediatamente fotos a través de un dispositivo móvil y aplicarle un filtro", dice. “La lomografía es distinta, incluso si la comparas con las cámaras digitales. Tu puedes tocar una fotografía en Photoshop y cambiarla; nosotros decimos: ‘Toma la fotografía, que salga como sea, no la borres, es válida, y lo sabrás después de haberla tomado. Todo lo contrario que ofrece Instagram’”.
Si tan compatible es Instagram con la lomografía, ¿por qué mandaron cambiar el nombre de un filtro llamado ‘lomo’? "Estaban haciendo negocio con nuestro nombre, sin pedir permiso. Les dijemos: 'Es una aplicación maravillosa, pero no promociones tu servicio usando nuestra marca'. Llamaba además a la confusión, porque nosotros no trabajamos para la imagen inmediata”, responde Fiegl. “Y mira, en la tienda de Nueva York nos han contado como han entrado clientes diciendo que habían probado Instagram y que ahora querían probar lo verdadero”, dice con una sonrisa de oreja. “En verdad, no fue tan importante para nosotros este tema”, zanja finalmente.
Una imagen vale mas que mil palabras
Hace calor y anoche me tocaron mucho los cojones con este estúpido tema. Si alguien tiene opinión al respecto o ha sufrido a algún converso, con gusto me gustaría leerle.