Sus voy a contar la movida con la puta que me lloró. Era una puta española de confianza a la que ya había visitado varias veces y desde el primer día se dejó a pelo, una noche la llamo y me cita en su loft. Sí, vivía con su chulo en un loft de esos modernos que solo tienen una habitación en la parte de arriba sin pared, solo la barandilla de la escalera con vistas al salón-comedor-cocina americana. Estando allí la llama el chulo para ver cuánto tiempo iba a estar ocupada, el chulo cuando iba un cliente se salía a la calle y esperaba en su renault megane. Le digo que una hora, ella se lo dice por teléfono al chulo, no sé cómo se complica la conversación entre ellos y oigo las voces del chulo por el móvil y ella ahí aguantando el chaparrón. Al final me dice que lo siente pero que no me puedo quedar, que está loco y que cree que le chulea con las horas y que no quiere que haya nadie en su casa cuando entre. Me visto y me voy.
Con el calentón me paso por el chinipiso y hay ganado nuevo y joven, le echo dos mixtos seguidos a una chinita a pelo y salgo del piso como un señor. Bajando las escaleras miro el móvil y tengo varias llamadas perdidas. Es la puta de antes y me dice que si quiero nos podemos ver. Le digo que ya nada, que ya he desfogado. Me dice que se ha ido del loft a un hostal porque el chulo se volvió loco y le daba miedo. Que si quiero pasarme. Ok, me paso por el hostal donde estaba hospedada, que además me cogía de paso, y ahí me cuenta sus penas. Se me pone a llorar y tuve que abrazarla y todo porque no paraba. Que si no tenía casa ni a dónde ir, que no iba a volver allí porque la pegaba, que una vez salió detrás de ella con un cuchillo, que estába loco, que no tenía a nadie, ni trabajo, guaaa, guaaa. En fin, yo nunca había estado hablando con una mujer tanto rato porque con las putas la conversación se reduce a un acuerdo de servicios y tarifas y listo.
Pues no sé cómo, creo que de verla tan vulnerable, se me puso otra vez dura y como no atinaba a decir las palabras correctas para que parase, se me ocurrió empezar a acariciarle el coño y las tetas. Ademas que me excitaba verla llorar y oírla gimotear mientras yo le sobaba el chocho. Y poco a poco fue dejando el llanto y le eché otros dos polvos, uno por el culo a pelo que tuve que ir al lavabo a limpiarme aquello. Yo estaba super verraco bombeando ese coño que tenía todo el rímel corrido de las lágrimas. Todo super guarro, me dio tanta pena que al salir, y sin que ella me viese, le dejé 50 euros en la mesilla. Porque no me había cobrado nada, pero lloraba tanto de que no tenía dinero ni para el hostal que al final le dejé una propina. Ah, y me dijo que no había cenado, eran ya las tres y media de la noche o por ahí y me bajé con ella a un vendding de esos y allí le invité a una hamburguesa recalentada y una palmera de chocolate.
Por aquel entonces entraba a trabajar a las 6 de la mañana y tenía una hora de trayecto desde casa. Total que me tumbé un rato en la cama y sin duchar ni nada me fui al trabajo oliendo a prostituta que tumbaba.
Luego alguna vez más la visité por distintos pisos y una vez no me cobró el servicio a cambio de una buena crítica en un foro. Pero eso, amigos, eso es otra historia.