este escrito que pego creo que tiene mucho que ver con el tema del post.si la policia no hace nada la gente se tomara la justicia por su mano.
KabreaO escribió " Jamás me he considerado una persona intolerante, especialmente radical o xenófoba. No es un tópico: ni lo he sido ni he dado muestras de ello.
Jamás me he sentido superior a nadie por el color de mi piel, por mi lugar de nacimiento y/o mi nivel cultural o socioeconómico.
Jamás utilicé la violencia como medio para corregir injusticias, por muy evidentes y vergonzantes que estas fueran.
He sido un ciudadano correcto, quizá demasiado "políticamente correcto".
Pero una de mis escasas virtudes es la capacidad de análisis y cuando la empleo en el entorno que me rodea, no me gusta lo que veo.
Supongo que muchos compañeros de otras zonas del Levante español sentirán lo mismo y es que el fenómeno es único y demasiado "visible".
En España estamos viviendo en pocos años el proceso que el resto de la Europa occidental ha asimilado peor que bien en los los últimos veinte años. A pesar de estar lejos de los porcentajes de inmigración de Francia o Alemania, nuestra nación posee unas características que la hacen situarse en una posición bastante crítica en este sentido: situación geográfica, crecimiento industrial, abandono de las tareas agrícolas por parte de una población cada vez más preparada (o que al menos aspira a otro tipo de trabajos), hospitalidad ancestral, incapcidad de reacción ante las injusticias hasta que estas nos desbordan, etc. etc.
Plantearé la cuestión con una sencilla pregunta:
¿Cuántos veces tienen que robar en mi casa o en la de mis vecinos para que mi rechazo ante la inmigración salvaje sea, cuando menos, comprensible?
¿Es algo con lo que tengo que convivir el resto de mi vida sin esperar solución eficiente alguna por lo "anti-popular" de la misma?
Bueno, como tampoco se trata de ser especialmente cordial ni lo pretendo, ¡¡ESTOY HASTA LOS COJONES!!. No gano un sueldo miserable trabajando como un mulo para que luego los que supuestamente vienen a mejorar su calidad de vida recurran al metodo fácil de apropiarse de lo ajeno para mantenerse.
Tengo un pequeñísimo terreno en la famosa Huerta que rodea la ciudad de Murcia (tan pequeño que no tengo ni permiso de construcción). En dicho terreno he ido acumulando las pequeñas cosas que en mis 28 años me he ido permitiendo: 3 perros que me acompañan, unos cuantos limoneros y naranjos, una pequeña granja con conejos y gallinas, una bici de montaña, un equipo de música... en fin, nada del otro mundo.
El otro día mi vecino, que vive permanentemente en una casa pegada a mi terreno, me informó de que vió a dos moros (eran moros porque hay un farola que caé justamente en la puerta de mi casa) observando el interior de mi "pequeño habitat"; el perro que tengo fuera estaba atado por motivos no ha lugar; los otros dos están en un recinto que poseo en la parte de atrás: fueron estos los que alertaron a mi vecino.
Salió, vió a los moros y, alarmado por los recientes robos, decidió coger el coche e irse hacia ellos. Salieron corriendo.
Tras esto me aconsejó, mientras me contaba la anécdota, que dejase al perro suelto y una luz encendida. Le hice caso.
El resultado no ha podido ser más desastroso.
Ayer me envenenaron al perro (los que tengan perros sabrán lo doloroso que puede llegar a ser que te maten a un compañero de 9 años y de esa manera); mi vecino sólo pudo llegar (se había despertado con los ladridos iniciales) a ver los estertores del animal. Me llamó, llegué y, os lo juro, tomé la decisión de que debía de hacer algo. Estuve tentado de, entre lágrimas e ira, ir a la casa donde viven varias familias de inmigrantes y liarme a hostias allí con todo el mundo. Hubiese sido injusto pues ellos son de los pocos cuya integración es real: trabajan, cotizan, educan a sus hijos. No eran mis enemigos.
Pero los hijosdeputa que vigilaron mi terreno y mataron a mi perro SÍ son mis ENEMIGOS.
Automáticamente pensé que si yo estaba así por mi perro (al que quería más que a muchas de las personas que conozco, porque valía más), cómo no estarán aquellos que hayan visto arrasados sus negocios, desaparecidos sus medios de transporte, por no hablar de los que hayan sufrido en sus carnes o las de sus familias esta nueva plaga que nos invade.
No me gusta este sistema, nunca me gustó; he tonteado con todas las ideologías políticas pero ninguna me convence; si soy sincero, ni siquiera la vuestra. Pero en vosotros al menos veo compromiso de actuación. En el resto de políticos veo mierda por todos lados.
Creo sinceramente que este es el mayor problema con el que se enfrenta España a corto, medio y largo plazo; ni ETAs moribundas, ni separatas chantajistas pueden desembocar en un conflicto social como el que se puede generar (ya se han dado casos) si esta situación no se remedia con medidas tan duras como sea necesario tomar. O eso o acabaremos cual yankees con pistolas en la cadera y una horca en medio de cada pueblo.
Mi concepto de patria es ese: compromiso, solidaridad, apoyo, camaradería, compartir experiencias y culturas, lealtad. Todos ellos son valores loables que los Estados-Nación permiten por encima de los microregionalismos o las grandes macroestructuras exclusivamente económicas.
O nos organizamos los que sentimos España como algo susceptible de orgullo y defensa o acabaremos como ocurre en ciudades como París: ghettos de millones de habitantes magrebíes en los que ni entra la policía ni la cultura ni nadie que no sea del propio barrio.
¿Acaso es eso un proceso de enriquecimiento cultural?
Todo lo contrario, las tensiones que genera son brutales: es un foco de marginalidad y, por tanto, de delincuencia.
No se trata de ser superiores ni mejores, es simplemente una cuestión de justicia social, de previsión de conflictos, en definitiva, de análisis realista y acción coherente con dicho análisis.
Un saludo a todos desde Murcia y gracias por leerme."