Esta mañana he tenido una trifulca de importantes proporciones con un subnormal de mi pueblo, un enano hijo de la gran puta que se cree que la carretera es suya y va con un todoterreno sin respetar a peatones ni a otros vehículos.
Venía yo esta mañana del gimnasio cuando me dispongo a cruzar por un paso de peatones a escasos metros ya de mi hogar cuando veo pasar el todoterreno del citado hijo de perra a toda velocidad obligándome a dar varios pasos precipitados hacia atrás hasta casi caerme. He reaccionado inmediatamente persiguiéndole y al pararse varios metros más abajo ante un semáforo le he dado una patada al retrovisor, que milagrosamente no he roto. El muy subnormal se ha bajado del coche, en plan macho alfa, como pretendiendo intimidarme a base de insultos. En ese momento, yo lleno de ira homicida le he dado con la palma de la mano en la cara tirándole casi las gafas al suelo y directamente nos hemos enganchado para sacudirnos, a lo que ha salido un paleto un viejo de los coches de al lado para detener la paliza que le esperaba al mediometro cincuentón, al que por cierto le he dejado la puta oreja enrojecida de una guasca.
La cuestión es que en escasos minutos ha llegado la guardia civil y he de reconocer que me he cagado en los calzos porque todo parecía que acabaría desembocando en denuncias y esas mierdas, cosas que he vivido con angustia en el pasado. Tras retirar el coche del medio de la carretera nos hemos ido a un lado de la calle a contar las versiones, y al final han apaciguado los ánimos nuestros hamijos de la beremérita.
Finalmente no ha habido denuncias ni nada y todo ha quedado en agua de borrajas. La historia es la siguiente: Mi padre se estuvo follando durante varios meses, hace ya bastantes años, a la exmujer de este comemierdas, y el muy cornudo no se daba cuenta, hasta que el rumor se convirtió en vox populi y falto de cojones como es este tapón no tuvo el valor de hacer frente a mi padre, al cual teme, por cierto. Entonces parece haber visto en mi excelsa persona el objeto de sus cobardes venganzas, pues es ya la segunda vez que me intenta atropellar en un paso de peatones. Lo que tengo claro es que no quiero meterme en denuncias y juicios de mierda, y considero saldada la deuda de este hijo de puta con el puñetazo en la oreja y casi tirarle las putas gafas de mongo al suelo.
Por la tarde más discusiones, esta vez en el trabajo y por gilipolleces. Un día de violencia extrema auuuhhh yeaaahhhh!!!