Hablar de la relojería rusa es básicamente hablar de la relojería soviética. Cierto es que existía una pequeña industria relojera antes de la llegada de la Revolución Rusa, pero no eran más que pequeños talleres de relojería que trabajaban conjuntamente con la Fábrica Imperial de Peterhof dedicada a la talla de piedras preciosas. La producción era a muy pequeña escala y fundamentalmente basándose en ebauches importados, para la confección de piezas de lujo. Con la llegada de la Revolución Rusa, la Fábrica Imperial de Peterhof pasará a convertirse en la fábrica de relojes Petrodvorets, que más tarde se convertirá en la factoría Raketa que sobrevive hoy día.
Stalin fundó la Primera Fabrica de Relojes Estatal en 1930 como parte de su estrategia de industrialización del país, ya que era indispensable para el desarrollo militar y económico de la URSS. Para ello, ni corto ni perezoso, cruzó el atlántico, y como un vulgar fondo buitre capitalista, la misión comercial soviética Amtorg, compró dos compañías relojeras norteamericanas que habían quebrado en la Gran Depresión; la Ansonia Clock Company of Brooklyn, de Nueva York, dedicada a la relojería gruesa, despertadores y relojes de pared, y Dueber-Hampden Watch Company de Canton (Ohio), dedicada a relojes de bolsillo y pulsera. Contrataron a algunos de sus antiguos trabajadores para formar a los trabajadores rusos en el uso del nuevo utillaje traído desde USA, e incluso utilizaron parte del stock marcado como "Dueber-Hampden, Canton, Ohio, USA”. La fábrica fue rebautizada como Kírova en 1935 tras el asesinato, muy posiblemente por orden de Stalin, del dirigente Serguéi Kírov.
En esas mismas fechas se pone en marcha otra fábrica de relojes en Penza con la colaboración de la empresa relojera Lip de origen francés. Y se comienza el desarrollo de un nuevo calibre basado en el francés R-26, que tras unas notables mejoras, pasará convertirse en el K-26 que montará el mítico Pobeda.También producen los relojes de señora Zarja, de unos acabados y precisión encomiables para la época.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y ante el avance alemán, las factorías de la Primera Fábrica de Relojes Estatal se trasladan al interior, a Zlatoust y Chistopol. En Zlatoust se encargaban fundamentalmente del equipamiento de relojería gruesa e instrumental para carros de combate y aviones, pero también salieron los relojes especiales para buzos de la armada, los famosos Agat 191-ЧС (ChS). Éstos sí que son incómodos de llevar con traje, y no los Panerai.
Mientras, en Chistopol se especializaban en relojes de bolsillo y pulsera para el Ejército Rojo. Finalizada la guerra, la fábrica regresó a Moscú bajo el nombre de Primera fábrica de relojes de Moscú. En Chistopol se seguirán haciendo relojes para el ejército, dando lugar a la factoría Vostok que sigue siendo hoy en día una manufactura genuinamente rusa, y parte de la maquinaria y operarios se trasladarán a Chelyabinsk, dando lugar al nacimiento de la factoría Molnija. Aquí se fabricarían los famosos relojes de bolsillo Molnija, con mecanismos derivados/copiados del Rolex-Cortebert 616, empleados por Rolex en los Panerai de los buzos italianos, y los relojes de cabina ACH-1, derivados del Jaeger Chronoflite de la manufactura Jaeger LeCoultre, y que serán los relojes presentes en todos los aparatos de la Fuerza Aerea rusa, y que gracias a esto aún continúa con vida.
Antes incluso de finalizar la guerra, Stalin está preparado para alumbrar el primer reloj genuinamente soviético, el Pobeda (Victoria, en ruso), que además de la fábrica de Penza, su manufactura se realizará en la Primera fábrica de relojes de Moscú, en Chistopol, en Petrodvorets y en planta Maslennikov en Samara, que darán origen a la marca ZIM (de peor calidad que el resto).
De las factorías dotadas con la maquinaria de la compañía Ansonia, Stalin decide crear la Segunda Fabrica de Relojes del Estado, que más tarde pasará a llamarse Slava. Se dedicará a la producción de relojes civiles, en un principio Pobedas.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos se quedaron como reparación de guerra con algunos de los mejores relojes de alemanes, movimientos y fábricas de Glashütte, y el cronógrafo Tutima fue rebautizado como "Kírova" y adoptado por el ejército soviético, para dotación de sus pilotos de combate.
Terminada la contienda y debidamente reestructuradas las factorías, comienzan el desarrollo y lanzamiento de más relojes. Así aparece el Sturmanskie, una variación del Pobeda realizada para los pilotos y que se hará famoso por ser el reloj que llevaba Gagarin en su viaje al espacio en la Vostok en 1959, aunque otros digan que en realidad llevó un Pobeda. A partir de aquí, la mayoría de nombres estarán ligados a la conquista espacial, por lo que la Primera fábrica de relojes de Moscú pasó a llamarse Poljot (vuelo). Poco antes, en el 56 aparece el Rodina (Madre Patria), el primer reloj automático soviético.
En el 61, la Fábrica de relojes de Petrodvorets pasa a denominarse Raketa (cohete), en honor a Gagarin, marca que perdura hasta nuestros días, con relojes de gran calidad y magníficos acabados. Señalar los carismáticos Big Zero, el reloj usado por Gorbachov y los Zvezda (estrella), junto a los Pobeda, de los más populares.
Gracias a la carrera espacial y al desarrollo militar, se comenzó a gestar uno de los hitos de la relojería rusa. El nacimiento del primer Strela, un cronógrafo con rueda de pilares basado en el calibre suizo Venus 150, que los soviéticos mejoraron. Se suele decir que fue el primer reloj en salir al espacio exterior en el primer paseo espacial dado por Alexei Leonov en 1965, pero las imágenes y las declaraciones parecen desmentirlo, ya que no llevó ningún reloj en su accidentado paseo. Sea como fuere, el Strela se ha ganado merecidamente su lugar en la historia, junto al Speedmaster de Omega.
Mientras, en 1969 la fábrica de Chistopol dedicada a manufacturar los relojes de pulsera del ejército, los Komandirskie y Amphibia, pasa a llamarse Vostok en honor a la nave de Gagarin. Es una de las manufacturas que aún sobreviven en la actualidad.
Posteriormente, en los 70, compraron a los suizos la patente y la maquinaria necesaria para producir el calibre Valjoux 7734, al que retocaron nuevamente para mejorar la frecuencia y añadieron rubíes para mejorar la durabilidad, dando lugar al legendario Poljot 3133.
Este mecanismo dio vida a los Strela de los cosmonautas rusos, también al Okeah, crono militar destinado a los oficiales de la marina rusa y a los Buran (en honor al transbordador) y las reediciones del Kirova de los pilotos rusos.
En esta época la relojería suiza alcanza su zenit, gozando de una magnífica fama y demanda en occidente. Las exportaciones, tanto de sus marcas originales, como de otras creadas en occidente para su comercialización, como fue Seconda en UK.
A partir de aquí, la crisis del cuarzo y más tarde el colapso de la URSS, hace que se vaya marchitando poco a poco ese magnífico esplendor al que llegaron las manufacturas soviéticas.
Es un resumen demasiado somero, en el que seguro que he olvidado cosas importantes. Si a alguno le interesa algo en concreto que pregunte o complete él, que este hilo es para eso.
Si veo interés suficiente podría centrarme en algún reloj en concreto y explicar las partes de su mecanismo, pero eso será en otro ladrillo.