Ricos en chándal y los lujos del pobre.

iskariote

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Abro este hilo para ahondar más en una postura en la que estoy totalmente convencido, de acuerdo con este post que ha surgido en el hilo del chándal:

Pepepollas rebuznó:
Soy autónomo, consultoría. Ultimamente me he centrado en marketing y ventas. Manejo varias webs, blogs y tiendas online de empresas. Todo aprendido por mi cuenta sin título ninguno ni cursos o titulaciones. Trabajo en casa, por eso valoro el poder ir vestido como me sale. Llevo así ya 5 años. He tenido otros trabajos, he llevado desde ropa de cocina, bata de médico, y traje con corbata cuando hacía de comercial de mi empresa. También he llevado mono azul (campo) y uniforme o traje de empresa.

De vez en cuando voy de traje, claro, sobre todo cuando expongo en ferias y eventos. La primera impresión siempre es la que cuenta, y hay veces que tengo que ir bien vestido. Sé que es algo obligatorio en según qué trabajos o situaciones. Sin embargo, siempre he tenido en cuenta un detalle que es común en casi todas las empresas.

El que decide, o manda, raramente va vestido de traje y corbata. El gerente y el director sí, pero el que de verdad decide, no. Esto daría para otro hilo, los gerentes y directores que ni son gerentes ni son directores. Son simples pringados o tontos útiles con traje y corbata.

En una empresa, normalmente son los comerciales los mejor vestidos. Estos tienen excusa, normalmente disponen de muy poco tiempo y la primera impresión puede ser también la última. Cualquier buen profesional de las ventas sabe que vestir bien es clave.

Pero también hay vendehumos que dedican su vida a la imagen porque saben que su trabajo no es encontrar y satisfacer necesidades de clientes, sino encantar serpientes. Distraer con un reloj caro y otros múltiples abalorios que simulen una imagen de éxito y poderío para convencer a los demás de que necesitan asociarse con ellos.

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Necesitas un buen abogado.


No consigo encontrar un estudio que leí hace tiempo sobre cómo disminuye el precio en el mercado del teléfono móvil según uno sube en la jerarquía de una empresa. Es decir, cómo el conserje tiene un iPhone último modelo y el dueño tiene un zapatófono o incluso no tiene teléfono móvil, delegando en su secretaria las comunicaciones de negocios.

Tampoco hace falta encontrar el dichoso estudio para saber que es una realidad fácilmente observable.

Mi padre siempre comenta que la primera vez que vio una televisión de plasma de chorrocientas pulgadas fue en un viaje a República Dominicana, al bajar de un paseo en burro mojito en mano, pararon en la puerta de una choza hecha con palmeras y en el salón/cocina/dormitorio/cuarto de baño estaba una tele más grande que las que pudo encontrar al volver a España para su salón. Y sí, el viaje a República Dominicana lo podemos meter en el saco de los quiero y no puedo, aunque en este caso se trata más bien de falta de imaginación y búsqueda de que te abaniquen unos negros.

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Yeah, but... I've go' an íPhone.


Estas últimas semanas he acudido varias veces a una joyería para hablarles de Jehová y he observado cómo su clientela es la misma que pasa románticas veladas de sábado noche en la cola del burger king. Gente que manifiesta abiertamente que está pagando otro plazo para su colgante de 800 € con el dinero que debería usar para pagar el recibo del agua. Gente que viste con trapos, con hijos a su cargo, pero que en cuanto recoge dinero va a depositarlo en otro plazo para un cordón de oro de 3000€.

Pero la palma se la lleva una imagen difícil de olvidar. Un mendigo abandonó su puesto junto a una concurrida terraza para entrar a la joyería. Entró a pedir, a pedir una sortija. "Yo pagar, yo dinero". Depositó dos vasos del McDonald's llenos de monedas como forma de pago y escogió una sortija de plata de 32 €. Observé el conteo de monedas anonadado, maravillado, atesorando cada frame como una lección de por qué hay ricos y por qué hay pobres.

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Es de sobra conocida la pasión de los gitanos y otras gentes de mal vivir por el oro o los coches de lujo. Quién no ha visto un BMW frente a un portal de pisos rojos. Más allá de los traficantes de droga, muchos otros se endeudan casi de por vida para permitirse escalar peldaños en una carrera sin final por ser el mejor posicionado del vertedero.

Estos ejemplos extremos son sólo una forma de acentuar algo que sucede en todos los estratos sociales. Parece haber una necesidad de compararse con el grupo mediante el precio de las cosas, un consuelo en el consumo de cosas que cuestan más de lo que valen. Seguro que tenéis ejemplos a patadas, creo que lo raro es encontrar lo contrario en España, porque el bombardeo de la palabra Crisis ha calado tan hondo que esta conducta se ha propagado en todos los estamentos de la sociedad. O que somos todos unos quiero y no puedo, que también puede ser.

Contad miserias ajenas, que eso sí que es deporte nacional.
 
Quieres decir que los concesionarios Ferrari y las joyerías se mantienen gracias a los pobres?

Que los ricos usan teles de tubo y Nokia 3310?

Que a los ricos no les gusta aparentar?
 
Yo hoy he ido a trabajar en pantalón corto tipo desmontable, camiseta, riñonera y bici plegable.
 
Todo lo que dice se resume en una palabra. Codicia.

El que tiene una buena casa aspira a una mejor. El que tiene tres ferraris aspira al último módelo más exclusivo. El político que gana cien mil euros y tiene la vida solucionada se arriesga a ir a la carcel por un porcentaje en la adjudicación de unas obas...

A nivel más bajo tenemos ejemplos que vemos a diario por televisión. Desahucios por impagos al no poder hacer frente a hipotecas insostenibles, ya que el director del banco dijo que ya que se pone, por qué de paso no cambiar el viejo coche por uno más mejor? Total, que son 30.000 euros más sobre 200.000 y a 50 años? Alquiler? Eso es de probes.
 
Zurraspas rebuznó:
Quieres decir que los concesionarios Ferrari y las joyerías se mantienen gracias a los pobres?

Lo de las joyerías no lo digo yo, me lo cuenta un joyero. Aunque, obviamente, sus mejores clientes son los que llegan y desembolsan por miles sin preocuparse, pero son los menos numerosos.

Los Ferrari son un buen ejemplo de lo que quiero decir. No son los mejores coches en su rango de precios, en comparación con otros de similar coste, la mayor virtud de algunos de sus modelos es ser "un Ferrari". Pero es que eso vale mucho, porque el hecho de que todo hijo de vecino (pobre, claro) sueñe y no pueda tener un Ferrari, hace que quien pueda permitírselo y necesite presumir de estatus haga el escandaloso desembolso.


Zurraspas rebuznó:
Que los ricos usan teles de tubo y Nokia 3310?

Las teles de tubo están obsoletas, obviamente, pero la proporción precio del televisor/Salario del propietario para ponerla en una gráfica y alucinar. Y esto se lo puedes preguntar a cualquiera que gestione las financiaciones en un media markt.

Sobre los teléfonos, voy incluso más lejos: el que es rico no tiene móvil. Porque la finalidad de un teléfono móvil, por mucho que sea un ordenador más potente que un mainframe de hace 40 años con el que se lucraban empresas de millones de dólares, es comunicarse. Y si eres rico, la gente quiere acercarse a ti, ya se preocupan ellos de comunicarse.

Yo no lo soy, por eso tengo whatsapp, por obligación, porque si no perdería el contacto con ciertas personas a las que aprecio. Y, qué coño, necesito mantener el contacto con gente que de no tener vigilada, desaparecería. A pesar de no ser rico ni haberlo sido nunca, sí he pasado una larga temporada con un terminal del pleistoceno por el mero placer de tenerlo como excusa para no atenderlo.

En cambio, vete a un barrio obrero, vete a la cola de una discoteca de garrafón de saldo, y verás teléfonos más caros que todos los que he tenido yo en mi vida. En manos, claro está, de gente que no es capaz de sacarles ni la mitad de rendimiento que le he sacado yo a un galaxy mini que se pasaba más tiempo sin cobertura que con ella.


Zurraspas rebuznó:
Que a los ricos no les gusta aparentar?

El gusto por aparentar no entiende de clases. Las modas en cada una de ellas cambian, la percepción de qué es el lujo cambia, pero la necesidad de compararse e intentar medrar a base de consumir cosas que no se necesitan es algo común. Los únicos que no necesitan aparentar son los que ya tienen constancia de ser los más opulentos de su entorno y alrededores.

Bueno, y los marginados sociales que no tienen entorno al que impresionar.
 
raizen rebuznó:
Todo lo que dice se resume en una palabra. Codicia.

El que tiene una buena casa aspira a una mejor. El que tiene tres ferraris aspira al último módelo más exclusivo. El político que gana cien mil euros y tiene la vida solucionada se arriesga a ir a la carcel por un porcentaje en la adjudicación de unas obas...

A nivel más bajo tenemos ejemplos que vemos a diario por televisión. Desahucios por impagos al no poder hacer frente a hipotecas insostenibles, ya que el director del banco dijo que ya que se pone, por qué de paso no cambiar el viejo coche por uno más mejor? Total, que son 30.000 euros más sobre 200.000 y a 50 años? Alquiler? Eso es de probes.

Pues yo creo que son cosas distintas, que una cosa es querer mejorar, algo que bien dirigido puede ser muy útil y sensato, y otra muy distinta es un impulso casi irracional por tener cosas con el único fin de tener cosas mejores que otros. Buscando una especie de aprobación del grupo, grupo que se maravilla con cosas brillantes y con todo aquello que le dicen que es bueno porque no lo pueden tener.

Porque una casa mejor tiene un valor incuestionable. Ya pagas por la que tienes, ¿por qué no aspirar a poder pagar por otra que puedas permitirte y que te dé más ventajas? Lo enfermizo es, como comentas, querer comprarse una casa cuando incluso firmar un contrato de alquiler por un año es un riesgo en ciertas situaciones laborales. Y ahí sí ha jugado un papel importante el fenómeno que me ha hecho abrir el hilo, ahí sí que ha importado eso de "Fulanita se ha comprado una casa, yo NECESITO una mejor". Y se compran una casa en un pueblo fantasma, sin farmacia, SIN BAR, sólo por el hecho de poder presumir de tener una casa con mampara de cristal en la bañera.

No me gusta entrar en discusiones semánticas, pero creo que la codicia, como forma de ambición desmedida, no es exactamente lo que provoca esto.
 
Y masturbarse delante del concesionario de Ferrari, ¿es de pobres?
 
iskariote rebuznó:
El gusto por aparentar no entiende de clases. Las modas en cada una de ellas cambian, la percepción de qué es el lujo cambia, pero la necesidad de compararse e intentar medrar a base de consumir cosas que no se necesitan es algo común. Los únicos que no necesitan aparentar son los que ya tienen constancia de ser los más opulentos de su entorno y alrededores.
Bueno, y los marginados sociales que no tienen entorno al que impresionar.

Habría que mirar caso por caso porque los ricos están en otra liga distinta. Por ahí tienes la típica foto de Amancio Ortega en su yate. Qué más le dará a Amancio tener panza o llevar un polo de tres duros teniendo todo lo demás para impresionar. Y por poner otro ejemplo, Mark Zuckerberg, que siempre va vestido con una cutre camiseta gris. Supongo que en este caso será por cuestiones de marketing para llevar a Facebook a todo el mundo.
 
Iskariote tiene toda la puta razón del mundo. En Londres los "Council flats" son edificios de titularidad pública destinados a los menos favorecidos, y la mayoría son como el que se ve en la foto que hay en el post de inicio con la choni y los cochecitos de niño o parecidos. A través de sus ventanas se pueden ver televisionacas tamaño sábana. En todos. No hay nadie que tenga una tele pequeña en esos edificios. Tiene una explicación, claro: ¿qué ocio consume el lumpen? ¿qué educación tiene esa gente? ¿Van acaso a la ópera, al teatro, a los museos? ¿Son tan morrofinos como para despreciar los programas del corazón y decantarse sólo por el cine birmano existencialista? ¿Acaso poseen bibliotecas de muchos miles de volúmenes o es la lectura uno de sus pasatiempos favoritos? No, claro. Esta gente sin educación ni cultura consume básicamente televisión, nada más; los estratos sociales bajos consumen el doble de horas de tele que los altos. Programas del corazón, fútbol, corazón, fútbol. Nada más. Lógico que tengan las más tochas. El que no la ve apenas tiene una de mierda.

Recuerdo una vez que estaba reunido con uno de los que llevan las campañas de publicidad de no sé si era Gol TV o algo del estilo. Me dijo que al principio fracasaron en sus campañas porque las destinaban a un target alto, claro, pensaron que la tele de pago y el pay per view era cosa de ricos y contrataron campañas en medios con audiencias de perfil alto. Fracaso total. Se dieron cuenta de que quienes pagaban por ver partidos eran las clases bajas. Cambiaron y se centraron en medios de audiencias de perfil social bajo y triunfaron. Viviendo en Inglaterra me contaron el caso de una individua que vive de las ayudas que te da el gobierno por cada hijo y que se quedaba preñada cada año de un padre distinto (8 tenía ya). Probablemente la de la foto viva de lo mismo. Tenía menos camas en su casa que hijos. Casi no había muebles. Pero el plasma de 55" ahí estaba. Seguro que también tenía un iPhone por teléfono.
 
La de la foto vive de la tele, porque es Matt Lucas, de Little Britain.

Me fascinan esas chonis británicas que viven de gobierno y de no pegar un palo al agua gracias a su capacidad receptora de simiente, alguien que conozca el asunto mas en detalle nos podría contar.
 
Me supongo de que se está hablando de si alguien se ha follado a la chonis inglesas
 
Dr. LeChuck rebuznó:
La de la foto vive de la tele, porque es Matt Lucas, de Little Britain.

Me fascinan esas chonis británicas que viven de gobierno y de no pegar un palo al agua gracias a su capacidad receptora de simiente, alguien que conozca el asunto mas en detalle nos podría contar.

Pues es un personaje bastante realista, la verdad:lol:

Ya te lo cuento yo, que lo vi. Es tan sencillo como eso que has dicho. Por cada niño, pasta, benefits, lo llaman. A partir de x niños te ingresan tanta pasta que puedes vivir de ello, amén del council flat de turno, con lo cual hale, encima casa por un precio ridiculísimo. Te dedicas a tener hijos y sanseacabó. Que trabaje Rita, que tú vives tan ricamente de tus benefits y encima te partes la polla, porque hasta te da para irte de vacaciones a Tailandia con esos benefits. La individua que contaba era una jamaicana con 8 niños CADA UNO DE UN PADRE DIFERENTE. Cada año, viaje a su tierra por vacaciones donde le hacían un bombo, vuelta a UK, paso por la ventanilla de reclamar los benefits, more benefits, let's buy a 55" telly, but not a bed for the new baby -he can sleep with his bro.

El gobierno se ha empezado a hartar y va a empezar a poner un tope, porque había algunas que ganaban pastaza, ya que se liaban a tener hijos como conejas. Sobre todo tras la polémica surgida gracias a una serie que hubo creo que en Channel 4, llamada Benefit Street, donde contaban el día a día de los habitantes de una calle de un suburbio de Birmingham en la que el 80% de ellos ni trabajaban ni lo habían hecho en su puta vida, ni ganas que tenían, porque era más fácil parir, inventarse una enfermedad que les impedía trabajar pero no nada de todo lo demás, y a correr. Contra estas medidas se han levantado no pocas madres de estas, porque, ¿sabes? Si me recortan los benefits ¡VOY A TENER QUE BUSCAR TRABAJO, OH MY GOSH!

Pero vamos, que tampoco quiero que se desvíe el tema del hilo, así que centrémonos en lo que Iskariote ha propuesto.
 
Recuerdo el caso de un hombre con el que mi padre hizo negocios por un breve espacio de tiempo.

Había sido un trabajador más hasta que llegó el boom inmobiliario, se supo mover y amasó una morterada de millones, nunca mejor dicho.

En una comida con su familia y la nuestra, nos habló sobre su viaje a Los Ángeles, en relación a su decepción por lo gorda que estaba la gente allí y lo mucho que nos había engañado Los Vigilantes de la Playa. Él era más voluminoso que mi hermano y yo juntos, no lo escondía y no se avergonzaba de reconocer que no era quién para hablar, pero le insultaba el hecho de no haber visto a Pamela Anderson después de llevarse a toda la familia allí. Entonces se acordó de una anécdota que les sucedió después, salieron de la playa para ir a comer a algún sitio, con unos niños de modales murcianos y cangrejeras de colores, acompañados de unos padres al más puro estilo dominguero cutre.

Entraron a un sitio que les pareció apetecible y les sentaron en una mesa. No tardó ni 2 minutos en acercarse el jefe de sala, que les dijo, según él con muy malas maneras, que ese era un "expensive restaurant" y que quizá deberían buscar otro sitio. Imitando el gesto con el que le respondió, este constructor ladeó su orondo trasero como quien ahueca para tirarse un pedo, sacó su cartera, tiró una Visa (que debía ser especial por algo que ignoro) sobre la mesa y dijo "is this OK?". Y luego se jactó de cómo les estuvieron lamiendo el culo toda la comida, para terminar añadiendo que el sitio en el que estábamos comiendo era mucho mejor, menos tontería y más croquetas. Dicho sitio, por cierto, era una pollería de esas con pollos dando vueltas, croquetas deliciosas pero de sobras del día anterior, sillas de plástico, manteles de papel y chusma haciendo cola para llevarse pedidos.

A lo que voy es a que hay cierto umbral económico a partir del cual la comodidad vale mucho más que la apariencia o la aprobación del grupo. El grupo ya te da su aprobación lamiéndote el culo por la cantidad de dinero que tienes o incluso pagándote por lo que sea que ofreces. El relatado es un ejemplo un poco particular, es posible que ese hombre ya no tenga nada de rico, aunque sus gustos sencillos sin duda le podrían haber permitido vivir hasta hoy sin haber ganado un céntimo más. Pero sí me parece ejemplo de cómo para cierta gente se percibe como lujo lo que para otros es vergonzoso.

Ir en camiseta a un restaurante de etiqueta, ir en vaqueros a una reunión con accionistas o tener un móvil más viejo que la tos y sacarlo a relucir entre áifones y galaxis. Son cosas que a cualquier currito jamás se le ocurrirían, ideas que le suenan descabelladas y le erizan el vello. Y por eso son un lujo, porque se necesita un estatus privilegiado para poder hacerlo sin que nadie se atreva a cuestionárselo. Por supuesto que a sus espaldas les pondrán de vuelta y media, pero eso es tener poder, esa es la diferencia, que nadie puede impedírselo.
 
Pues sí, así es, la verdad, tal y como lo cuentas y tal y como lo explicas.

Aunque también se da el caso de los sitios donde no te dejan entrar por más dinero que tengas como no vayas como dios manda: este año en la final de Wimbledon le dieron con la puerta en las narices a Lewis Hamilton, el de la F1, que aparte de multimillonario es famoso y de la tierra, por no ir correctamente vestido. Y ahí no le valieron ni sus millones ni pollas.

La cuestión es que si eres rico de estar podrido, no de estar desahogado, no, de estar podrido, puedes hacer lo que quieras, no tener ni móvil si no quieres, y hasta pasar de la etiqueta requerida en los sitios sólo porque te sale de la polla, aunque habrá sitios en los que no podrás, seas quien seas o tengas lo que tengas. Otra cosa es que hagas el risión, claro, que si vas de ese palo lo harás.
 
El problema es que en una reunión de amigos llega un tío hiperculto e interesante en un Dacia y llega un ignorante en un Aston Martin, y ya os digo yo que se escucharía con más atención y parecería más autorizada la opinión del cateto del Aston Martin.
Igual que si de una gorda de mierda y una tía buena se trarara, todos pendientes de la jashonda.

Es la jodida ATRACCIÓN de las cosas que trinca por los cojones a toda esa masa fácilmente impresionable.
 
THORNDIKE rebuznó:
El problema es que en una reunión de amigos llega un tío hiperculto e interesante en un Dacia y llega un ignorante en un Aston Martin, y ya os digo yo que se escucharía con más atención y parecería más autorizada la opinión del cateto del Aston Martin.
Igual que si de una gorda de mierda y una tía buena se trarara, todos pendientes de la jashonda.

Es la jodida ATRACCIÓN de las cosas que trinca por los cojones a toda esa masa fácilmente impresionable.

En una reunión de amigos no creo, porque ya todos se conocen y saben quién es el que cada vez que abre la boca hace que suba un duro el pan y quién no. En una reunión entre gente que no se conoce, sí, desde luego. Lo que ocurre es que como el del Aston Martin empiece a decir gilipolleces muy gordas ya se le cae el personaje y ni el Aston Martin lo levanta, todo lo más servirá para insultarle también por ello.
 
A veces tengo que tratar con un tipo bastante notable a nivel filantrópico en aragón que NO tiene ni si quiera móvil. Viste como si estuviese en la huerta y no se pone nervioso ni aunque le apunten con un pistolón. Lleva el pelo a lo punset. Es el dueño de siete gasolineras y exfutbolista profesional.
 
Mi padre y 2 hermanos suyos tienen una cafeteria y es donde curro yo todos los veranos sin cobrar (ya que mi padre me paga la universidad y me pareceria muy sobrao querer cobrarle a quien me ha cuidado toda la puta vida currando el), bueno pues hay 4 camareros y TODOS tienen telefonaco, TODOS. Que si un Iphone 6, que si el ultimo Samsung que ha salido libre, etc. Tambien hay uno que farda de haberle comprado el Ipad al hijo de 10 años.
 
Estoy hablando de lumpen, decir gilipolleces es lo normal entre ellos, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) con coños de por medio.
Obviamente, entre gente postmaterialista como nosotros, un buen coche, unas buenas tetas, una buena casa, no quieren decir NADA.
 
iskariote rebuznó:
Los Ferrari son un buen ejemplo de lo que quiero decir. No son los mejores coches en su rango de precios, en comparación con otros de similar coste, la mayor virtud de algunos de sus modelos es ser "un Ferrari". Pero es que eso vale mucho, porque el hecho de que todo hijo de vecino (pobre, claro) sueñe y no pueda tener un Ferrari, hace que quien pueda permitírselo y necesite presumir de estatus haga el escandaloso desembolso.

Pues yo me he comprado un par de ferraris

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iskariote rebuznó:
En cambio, vete a un barrio obrero, vete a la cola de una discoteca de garrafón de saldo, y verás teléfonos más caros que todos los que he tenido yo en mi vida. En manos, claro está, de gente que no es capaz de sacarles ni la mitad de rendimiento que le he sacado yo a un galaxy mini que se pasaba más tiempo sin cobertura que con ella.

Esto lo he visto con un compañero de entreno, inmigrante, currando a media jornada de reponedor en un carrefour y sabiendo que en Septiembre se le termina el contrato va y se compra un telefono movil de 600 euros. Con la ropa más de lo mismo, la más cara y que lleve el sello, insignia de la marca de turno. Tio, que no tienes para vivir...
 
Algo similar le ocurrió a mi hermano con una cubana. Nos ligamos, bueno ya tú sabes, un par de negras en La Habana y mi negra me dijo que si quería ir a comer a su casa. Fuimos a su casa pero antes paramos a comprar comida, que luego nos comimos los dos lógicamente y una tía suya que la preparó. Esta era normal. Pero la que se ligó mi hermano, unos ojazos espectaculares por cierto, le dijo que si le daba dinero, supongo que por el polvo. Mi hermano, escarmentado de dos días antes, le dijo que no, que si quería la llevaba a la tienda y le compraba algo. Se pidió un tinte de pelo, teniendo un hijo como tenía se pidió un tinte en vez de comida, que no creo que le sobrara mucha.
 
"Los puteros hermanos"

¿No te ha dado por pensar, que esa negra zumbona estaba invirtiendo en su aspecto, tan necesario para seguir atrayendo pichitas europeas como las vuestras y asegurar futuros beneficios con los que mantener la economía familiar?

Tú a la tuya le untaste guita además del papeo, no nos mientas perrino.
 
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