Mi turno:
Era agosto, hacía mucho calor y era de madrugada. No tenía ganas de follar, ni de hacerme una paja, ni me apetecía irme de putas, además de que mi puta preferida se había largado a Colombia a descansar y las putas sustitutas no existían porque el puticlub estaba cerrado todo el mes.
Me marché a un pub Canterbury a escuchar música de discoteca, mi preferida para pasar el rato, relajarme y elevar mi moral. Me tomé un refresco lentamente y sin novedad alguna. La gente entraba y salía del local como siempre, las mujeres siempre en grupo y los hombres o con sus amigos y amigas y algunos sólos, como lobos solitarios.
Salí del local y me dirijí a otro Canterbury que está a 10 minutos, en este mezclan la música disco con la salsa, el ambiente era muy gracioso, abundancia de niñatos inmaduros sin posibilidad alguna de meterla en varios años, buscando hembras; niñatas pijas en busca de príncipes azules inexistentes y alguna que otra chica suramericana escasa de estatura y con barriga celulítica o cervecera dando saltitos al estilo de sus países de origen.
El local está repleto y me dirijo al único hueco de la barra donde puedo tomarme alguna cosilla sin alcohol, introduzo mi cuerpo y mientras espero al camarero que está sudando sangre mentras atiende a los borrachos del lugar, me doy cuenta que al lado mío hay una chica con aspecto descarado de ser una rusa de pura cepa ¡¡¡y que está sin compañía!!!
(¡¡¡Cielos!!! ¿Será una puta descansando? ¿Será la mujer de mi vida? ¿Estará el novio haciendo pis y aparecerá pronto reclamando el derecho de pernada? ¿Me espera un polvo precisamente el día de mi vida que menos ganas tengo de meterla en caliente?.
Decido ser frio y esperar acontecimientos. Me pellizco mentalmente y me recuerdo a mi mismo que soy ateo y que los milagros no existen y que esto es la vida real y no una peli del Tom Cruise y que las mujeres son (casi) todas iguales...
Sumido estaba en mis pensamientos y la rusa se vuelve, muy guapa, alta sobre 1,80-1,83, melena rubia, ojos azules y con algún kilo de más pero muy taladrable, se me queda mirando, vuelve a mirar a la pista y luego se gira de nuevo y me dice en perfecto español: ¿Porque estás sólo?. Yo alucino, las españolas nunca me han dirijido la palabra en un local y le respondo. "No lo sé, la vida es así".
Me mira con los ojos muy abiertos sin saber que contestar y le pregunto (por si hubiera alguna pequeña posibilidad de algo) ¿Eres rusa?. Me responde: "Si". Se inicia un diálogo breve donde me explica que vive en Moscú, que estudia económicas en la universidad y que está de vacaciones en España y que ha vivido varios años aquí y por eso habla español.
El diálogo se interrumpe porque todo el local está pendiente de ella y recibo miradas de odio masivas por parte de los machos del lugar que ven como un hombre mucho mayor que ellos está haciendo buenas migas con una jovencita y empiezan las provocaciones. Sin venir a cuento un niñato la coge del brazo y la invita a bailar en mis narices, bailan una canción pero me hace gracia, pues ella lo rechaza y vuelve a mi lado a charlar. Pasan un par de minutos y otro niñato hace la misma maniobra, la coge del brazo y se lla lleva a bailar, están una canción bailando y ella lo rechaza y vuelve conmigo.
Parece como si ella estuviera a gusto conmigo y me asalta una duda muy grave porque de repente me pide una invitación a una botella de cava. ¿Es una puta que está mintiendo? o ¿Es de verdad una estudiante que quiere emborracharse a mi costa?. Me niego a invitarla, le digo que no bebo alcohol pero que si quiere una cerveza, que vale, ella acepta la cerveza y de nuevo otro niñato la coge del brazo pero ella lo rechaza, ya no quiere bailar.
Sigo hablando con ella y me doy cuenta de que no tengo nada que ganar, la chica está bastante bebida y hasta se tambalea y acaba sentada en el suelo, la ayudo a levantarse y me comenta de irse a su casa en un taxi. Se disparan todas mis alarmas, ya no hay duda, es una caradura que quiere que le salga todo gratis sin dar nada a cambio, (comportamiento típico de mujer española que tantas veces he sufrido). Decido utilizar una maniobra estratégica como buen forero que soy y le digo: "Voy a la puerta a llamar por teléfono móvil, esperame que vuelvo a hora a recogerte".
Salgo del bar rozándome con la gente mientras escucho merengue y estoy deseando llegar a mi casa para ducharme y dormir tranquilo. No me importa esa rusa, ni su coño, ni ningún otro coño, ni si se han aprovechado de ella los niñatos, ni si se la ha llevado uno de ellos o se la han follado en masa, ni como ha llegado a su casa si es que ha llegado. Sólo quiero estar tranquilo, olvidarme del mundo unas horas y felicitarme por no haber tenido que pagar una botella de cava, un taxi o más cosas, sin recibir absolutamente nada a cambio.
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