Recuerdo también otra de mis salidas solitarias, la tengo grabada en mi mente por un suceso que le ocurrió a otra persona y que me pudo haber costado a mí muy caro.
Mis amigos me la habían jugado, no recuerdo el motivo pues han pasado muchos años y no me quedó más remedio que salir a ver que pillaba con la unica compañia de mis pelotas
Me dirijí al casco viejo y me metí en un local de marcha a pasar el tiempo y observar a la gente. Después de un rato de observación sin nada especial que destacar, salgo y se me ocurre meterme en un local en que que nunca había estado pero en el cual se observaba que entraban bastantes mujeres.
La primera impresión fué buena, había más mujeres que hombres, el pub era grande y se podía mover uno con relativa facilidad sin ser pisoteado. Estaba muy a gusto y me coloqué en un lugar estratégico para ver posibles presas cuando un detalle me llamó la atención.
Un chica esta sóla y era bastante agraciada en todos los aspectos, aparentaba 20-22 añitos. Decidí esperar un poco por prudencia, no fuera a ser que un novio estuviera en el baño o saludando a alguien y apareciera de repente chafándolo todo.
Cuando pasó un rato y para evitar que algún otro buitre se adelantara, me acerqué y me presenté. Ella me contesto rápida que se llamaba Laura y me dijo que no quería más que hablar, que pasaba de rolletes y de novios.
Como no tenía nada que hacer, decidi charlar de temas intranscedentes con ella, por cierto era muy apetecible, con ropa vaquera ajustada, buenos pechos y cabello peinado a lo Cleopatra, que resaltaba unos ojos negros muy bonitos.
Ella me confesó que el motivo de estar sóla era que le gustaba un camarerito, un chaval jovencito que estaba sudando sangre poniendo cubatas como loco, y para que él lo notara, se había puesto esa ropa, ese peinado, bailaba, etc... Lo gracioso es que me dijo que para darle celos se morrearía conmigo aprovechando mi presencia allí y se me lanzó a los brazos metiéndome la lengua hasta la campanilla, con lo cual en algo me había beneficiado yo.
Cuando me cansé de estar allí le dije que me marchaba a otro pub y ella decidió acompañarme. Mientras avanzábamos hacia la salida yo me las prometía muy felices porque pensé en que aún tenía posibilidades y hasta pensé en según como fuera la noche darle una tarjeta de visita por si acaso se lo pensaba y en un futuro me llamaba y nos podíamos revolcar.
No habíamos caminado ni diez metros por la calle cuando nos encontramos con un grupo de gitanos :2 entre los que salió para mi sorpresa una gitana gorda y fea que dle dijo a Laura: ¡¡¡Hola!!! ¡¡¡Cómo estás!!!. Laura empezo a gritar histérica: ¡¡¡Vámonos, vamonos!!! repetidas veces, y la gitana rauda y veloz, puso cara de mala hostia, apretó los dedos de la mano y le sacudió un puñetazo en toda la cara a Laura, sin que yo pudiera hacer absolutamente nada más que agarrarla para que no se cayera y alejarla del lugar toda mareada, mientras resonaban en toda la calle las risotadas de los gitanos.
Me alejé con la chica para calmarla y aliviarle los lloros lógicos de la situación, eso sí, estando muy molesto, porque por la situación vergonzosa vivida. Estaba claro que a Laura no la vería nunca más, a la vez que estaba muy contento porque la hostia se la había llevado ella, y yo estaba sano y salvo y me levantaría al día siguiente como una manzana sin haber recibida puñaladas de gitanos ni nada... :1
Nota: La explicación a todo esto que me dió Laura es que la gitana era una acosadora de tiempos del colegio y que la odiaba por ser guapa, por celos de mujer y por pretender cepillarse los mismos chicos que Laura. Por lo visto la costumbre durante muchos años era que la tonta de Laura ponía la cara y la gitana ponía el puñetazo
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