Sucede que las mujeres tienden a adjudicar valores y cualidades a personas que obviamente no los tienen solo porque son guapos o porque os mojan las bragas. Si un chaval con su mandíbula prominente, su cara angulosa, sus ojos azules, su pelo negro a la moda, su torso cincelado por Vulcano, su metro noventa os dice "bonitos ojos tienes", da igual que sea más tonto que mear para arriba, ante vuestros ojos es una buena persona, inteligente y buen conversador. Porque sí, porque es así, porque teneis la cabeza como la teneis, porque teneis un "paquete de virtudes" que depositais sobre el que más os calienta la entrepierna. Y más que eso, para no sentirse una cualquiera tendeis a pensar que lo que hay es algo especial, que no es solo sexo y que no os vais con el primero que pasa. Por eso no te gustan los chicos con novia, porque para tí son unos cabrones si se acuestan contigo. Y tú, claro, no eres una cualquiera y no te vas acostando con cabrones, tu coñito es muy especial y solo te acuestas con tipos especiales, que saben el nombre del batería de Nightwish o el grupo de mierda que te guste, que te regalan vino como a la otra y que colaboran con siete oenegés.