BAILARÉ SOBRE TU TUMBA
Conspirotaggeanoico
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- 25 Mar 2007
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En una ocasión, a finales de los noventa, asistí a un campus deportivo de unos diez días de duración. Dicho evento estaba enfocado a jóvenes de distintas edades. En él se practicaban diversos deportes aunque el predominante era el baloncesto. Nunca he estado en la cárcel pero esto fue relativamente parecido. Dormíamos en una especie de celdas de cuatro camas y los horarios estaban estrictamente marcados. Los entrenamientos eran bastante duros. En los diversos días se recibían visitas de personajes conocidos en el ámbito baloncestístico principalmente aunque también recuerdo a una yudoka que nos impartió también un charla.
Recuerdo a un tal Beirán, éste se puso a tirar triples en una exhibición y practicamente los metía todos. Tenía varias cicatrices en ambas rodillas. También se pasó Luis Casimiro y fue pasando por los distintos grupos de entrenamiento dando algunas consignas. Dicho sea de paso yo fui asignado con un grupo de tristecs con menos nivel que la masa de guays.
Aunque la visita estelar de esos diez días era la de Fernando Romay. Llegó sobre las dos de la tarde y nada más llegar se puso a echar una pachanga con toda la solana que caía en pleno mes de julio. Debido a esto se retrasó la hora de la comida así como una hora. Fernando comió con nosotros de la misma comida que el resto, aunque no estaba en la misma mesa que yo. Pasó de la cancha al comedor directamente, debido a esto comió con la camiseta sudada si no totalmente sí con varios lamparones de sudor y los pertinetes cercos en los sobacos mientras mantenía animada conversación con sus adyacentes.
Llegada la hora de los autógrafos la gente se amontonó avidamente sobre Fernando y éste firmó uno por uno a todos los asistentes lo cual creo recordar que le costó más de media hora tranquilamente. He dicho de todos pero en realidad le faltó un autógrafo por firmar. Yo quedé rezagado al ir a coger mi modesta libreta preparada ex profeso para eso, aunque más por presión de grupo que por que me hiciese realmente ilusión. Me quedé algo apartado del grupo durante el proceso de firmar aunque observando timidamente en última fila sin terminar por atreverme a entrar por entre el bullicio de gente. Nadie reparó en mi presencia y pensé en irme pero al final cuando la gente despejó el camino y dejaron libre a Fernando me acerqué asustado a aquella mole y educadamente, con un hilo de voz y mirando mucho hacia arriba le dije (yo tenía catorce años) Fernando por favor pon " para eider". Fernando ni me miró a la cara y me dijo "luego" abandonando cansado el lugar.
Ese luego nunca llegó. Avergonzado dejé mi libreta nuevamente en la maleta para nunca más ser sacada. Fernando ni se volvió a acordar de mí.
Las historia que emocionó a espilber...
Ya es putada, tan campechano dando hifives a todos y ni te mira. Claro, tanta timidez y lo cogiste ya estando hasta la polla.
¿Os acordáis de la demencia?
Yo recuerdo que la liga era cosas de...4
Bueno, en realidad 3: Ron negrita joventud. El estudiantes habrá sacado algún sucampeonato, pero qué guerra daban en casa.