No sólo son muy putas sino que además son atérmicas y la gran mayoría carece por completo de complejos. Supongo que ahí radica gran parte de su desinhibición sexual. Me sorprendió mucho ver desfilar en minifalda, tirantes y sandalias a verdaderos cachalotes en pleno enero. Quien haya pasado un invierno en Inglaterra sabrá que uno siente como si se le congelara el cerebro a los 10 minutos de estar en la calle. Cuadradotas, masculinas, brazos peludos, tetorras de vaca lechera... tan contentas, lucían sus modelitos con una seguridad que ya quisiera para sí cualquier española con 2 kilitos de más.
De todas formas el puterío es algo generalizado allí. Yo al principio alucinaba porque no había noche que no presenciara cómo algún inglesito borracho se sacaba la cola y tiraba de ella al más puro estilo síndrome de Down, y siempre había alguna amiguita suya dispuesta a jalearle y estrujarse las tetas en un alarde de solidaridad.