Te odio porque no puedo colarme en tu cerebro ni ser esponja que lo absorba por completo y ver qué hay en tu sesera de fundamento o no. Te odio porque siempre me quedo a las puertas de tu corazón y te llamo a gritos y la maldita puerta sólo se abre un palmo y yo no quepo. Te odio porque no te quieres enterar que te quiero de verdad (y eso que un ciego lo vería). Te odio porque pienso que tus palabras están llenas de silencios y sentimientos que disfrazas con la mascara de la orfandad del amor. Te odio porque te entiendo, demasiado igual a mí en tantas cosas... te odio porque el tiempo pasa y me voy volviendo vieja mientras tú transitas por tu juventud que presiento llena de cicatrices. Te odio porque no puedo mostrarme indiferente contigo. Te odio porque tal vez juegas conmigo y soy consciente de que todo es un juego. Te odio porque no te veo, te odio porque no te oigo, te odio porque no te toco, te odio porque no te beso ni te abrazo. Te odio por haber nacido tarde y lejos de mí. Te odio porque no te tengo. Te odio, te odio, te odio, maldita sea, (mi quimérico amor), te odioooooooo.
Te odio amor mío.