ElHombreQueViolaLulz
Franco Napiatto
- Registro
- 16 Dic 2003
- Mensajes
- 7.760
- Reacciones
- 3.121
En un hilo lo he comentado y han pedido que abriera tema, así que ahí va. Lamento no poder tener mi nivel de frikez habitual, este tema me toca la patata.
Para empezar todo viene de nuevo. Hay pruebas para detectarlo pero no te las hacen si no eres un persona de riesgo. Lo que se prevé un momento de felicidad se convierte en una auténtica pesadilla: “tiene síndrome de Down”, te dicen y cómo podéis imaginar la pregunta que sigue es ¿y ahora qué?
Uno al principio piensa que bueno, estamos en el siglo XXI y la medicina ha avanzado una barbaridad. Además, sale Pablo Pineda por la tele, tiene síndrome de Down, pero oye parece que dentro de sus posibilidades hace una vida normal y es feliz. Seguro que si se le estimula desde pequeño cualquier síndrome de Down puede llegar a ser un Pablo Pineda.
Primera hostia. No, Pablo Pineda es el Einstein de los Síndromes de Down. Una vez más los medios nos la clavan doblada. Pedagogos, médicos, medicinas, logopedas, llevarla a un colegio de niños “normales” para que aprenda de ellos. Nada de eso sirve. Tardó mucho en andar y con cinco años todavía se cagaba encima. En el cole dependía de la bondad de la profe. Si ésta pasaba iba oliendo a mierda todo el día. El tiempo pasa y le sigue costando comunicarse. No tiene un hablar fluido. Dice frases sueltas, muchas veces sin sentido, una y otra vez, una y otra vez. No se cansa. Una y otra vez, una y otra vez, no se cansa. Pone a prueba mis nervios cada día. Al final acaba yendo a un colegio “especial” con otros niños “especiales”, ese es su lugar.
Se hace mayor de edad y queda claro que será una persona dependiente toda la vida ¿qué pasará cuando le falten los padres? En los medios dicen que la esperanza da vida es corta, no llegan a los 50 años ya que padecen del corazón, pero bueno también mostraban a Pablo Pineda como un Down de referencia.
Y la última alegría es que ahora puede votar. Perfecto, justo lo que necesitaba. Apenas una mísera ayuda a la hora de hacer la renta, sin poder dejar de trabajar y dando volteretas con familiares para que esté con uno u otro, ya que no puede estar solo. Sé que algunos no responden a mis llamadas porque saben de qué les quiero hablar. Pero qué satisfacción cuando lo lleve a votar de la mano y vote con la misma papeleta que yo: un voto nulo que pondrá “iros todos a tomar por culo políticos de mierda”
PD: No, no es un bastardo mío.
Para empezar todo viene de nuevo. Hay pruebas para detectarlo pero no te las hacen si no eres un persona de riesgo. Lo que se prevé un momento de felicidad se convierte en una auténtica pesadilla: “tiene síndrome de Down”, te dicen y cómo podéis imaginar la pregunta que sigue es ¿y ahora qué?
Uno al principio piensa que bueno, estamos en el siglo XXI y la medicina ha avanzado una barbaridad. Además, sale Pablo Pineda por la tele, tiene síndrome de Down, pero oye parece que dentro de sus posibilidades hace una vida normal y es feliz. Seguro que si se le estimula desde pequeño cualquier síndrome de Down puede llegar a ser un Pablo Pineda.
Primera hostia. No, Pablo Pineda es el Einstein de los Síndromes de Down. Una vez más los medios nos la clavan doblada. Pedagogos, médicos, medicinas, logopedas, llevarla a un colegio de niños “normales” para que aprenda de ellos. Nada de eso sirve. Tardó mucho en andar y con cinco años todavía se cagaba encima. En el cole dependía de la bondad de la profe. Si ésta pasaba iba oliendo a mierda todo el día. El tiempo pasa y le sigue costando comunicarse. No tiene un hablar fluido. Dice frases sueltas, muchas veces sin sentido, una y otra vez, una y otra vez. No se cansa. Una y otra vez, una y otra vez, no se cansa. Pone a prueba mis nervios cada día. Al final acaba yendo a un colegio “especial” con otros niños “especiales”, ese es su lugar.
Se hace mayor de edad y queda claro que será una persona dependiente toda la vida ¿qué pasará cuando le falten los padres? En los medios dicen que la esperanza da vida es corta, no llegan a los 50 años ya que padecen del corazón, pero bueno también mostraban a Pablo Pineda como un Down de referencia.
Y la última alegría es que ahora puede votar. Perfecto, justo lo que necesitaba. Apenas una mísera ayuda a la hora de hacer la renta, sin poder dejar de trabajar y dando volteretas con familiares para que esté con uno u otro, ya que no puede estar solo. Sé que algunos no responden a mis llamadas porque saben de qué les quiero hablar. Pero qué satisfacción cuando lo lleve a votar de la mano y vote con la misma papeleta que yo: un voto nulo que pondrá “iros todos a tomar por culo políticos de mierda”
PD: No, no es un bastardo mío.