Misógino Empedernido rebuznó:Soy de la opinión de que las mujeres buscan a los que vulgarmente conocemos por 'chuloputas' en su etapa de juventud. Deslumbradas por la promesa de aventura, de singularidad, de fruta prohibida y de 'no haré caso a mamá'.
Luego, las malas experiencias las tornan algo más sabias y anhelan otras cosas en los hombres: fundamentalmente el dinero... :D
Has dado absolutamente en el clavo, el viaje sexual de una mujer empieza de la siguiente manera:
De 14 a 16 años, se enrollan absolutamente con casi todos los tíos que conozcan, para probar y experimentar sensaciones.
De los 16 hasta los 20-22 años (variable en función de cada chica) seleccionan al macarra dominante, los objetivos de seleccionar al macarra dominante son varios, el morbo de salir con un chico duro, que las va a tratar mal y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) follar como perras con un tío que las atraiga hormonalmente (normalmente un ejemplo claro de macarra dominante son los típicos peladetes garrulos cachitas que se pasan horas metidos en un gym (donde voy a ver pollas)).
A partir de estas edades (22-23 hasta 25-26) cortan con los garruletis para encontrar al típico pringado que es un poco más mayor que ellas, pero que tiene trabajo fijo, buen sueldo, coche, piso, y se las llevará de viaje, y las tratará bien. Obviamente el síndrome de abstinencia garruleti sigue en su mente y es por ello que las infidelidades están absolutamente justificadas desde un punto de vista femenino. Es ahí donde aparece la gran frase
Chica a chico: Tenemos una relación adulta y por tanto quiero libertad para salir con mis amigas (y para hacer lo que te dé la gana sin que tu novio/marido se entere, pedazo de zorra)
La conclusión es que el pringado se cree que tiene a la mujer de su vida, y lo único que tiene es un parásito chupa-sangre que cuando quiere follar de verdad se enrolla con el primer desgraciado que encuentra en una disco de makinetos.
Esta es mi visión social formada a partir de experiencias propias y quería compartirla con todos vosotros. De las chicas treintañeras no voy a hablar, porque es algo que se escapa a mi conocimiento debido a que tengo 28 años y mi trato con treintañeras ha sido prácticamente nulo hasta ahora.