Friskies rebuznó:
- Me ha salido fatal el examen(lo dice algunos capullos que luego sacan un 8 en el examen)
Ese tipo de sujetos llorones post-traumáticos
merecen la muerte.
En mi clase de COU (fai tanto tiempo que con la LOGSE hasta ha cambiado de nombre) había una chica intercolegialmente conocida por el tamaño de sus perolas y por ganarse sus innumerables sobresalientes a fuerza de succión chupóptera indiscriminada.
El caso es que era de las que tras acabar cada examen no se limitaba a quejarse de su dificultad, comentar que le había salido mal y tal y cual, no; esta mala muller
lloraba desconsoladamente como una magdalena, como Marco el del mono Amelio el día que se encontró con su vieja enferma de SIDA.
Yo, desconocedor de su mala fama de
hipócrita artística oscarizada, puesto que hasta ese año no habíamos coincidido en el mismo aula, alucinaba comprobando cómo otros compañeros, más sobre aviso que yo, pasaban al lado suyo como si escuchasen llover, mirando
para otro lado como los pasajeros del metro cuando los peruanos te dan la brasa con su poncho, la flauta andina de los cojones y el puto "
Llegando está el carnavaaal" y pasan posteriormente por el pasillo ofreciendo la gorrilla de las limosnas.
Yo la consolé de buenas maneras (sin dobles sentidos, aunque las perolas de la susodicha ya comentadas me instigaban con fuerza a doblesentear) con los týpical espanich
"tranquila, ya verás como no te irá tan mal", "es que era muy difícil", "el fútbol es asín", "no hay rival pequeño" etc etc.
Pasadas dos semanas se hicieron públicas las notas y comprobé estupefacto que la interfecta de las perolas grandes y enormes lloriqueos había tenido un
ocho coma cinco mientras que a mi me encasquetaban un
tres como la copa de un ciprés.
Me miró, se encogió de hombros y dijo: "
un tres no está tan mal".
Pena de muete para este tipo de sujetos.
Con atenuante de grandes perolas.